Sobre la Peste Negra…

Sobre la Peste Negra…

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La peste negra o también bubónica se remonta al año 1333 en China, se asoció a una hambruna y llegó a las costas del mar cruzando la India en 1347. En este mismo año, en un puerto de Sicilia, al sur de Italia, se registró la entrada de 12 barcos genoveses que transportaban gente ya enferma y ratas, cuya procedencia era de la Ciudad de Kaffa en Crimea, lugar donde adquirieron la infección.

 Bastaron solo unos días para que se enfermaran los habitantes de la ciudad, acabando con la mitad de dicha población y extendiéndose por toda Europa a través de las rutas marítimas y comerciales medievales. Es considerada como la pandemia de mayor letalidad de la historia ya que en pocos años, mató a más de 50 millones de personas.

 Se trataba de una enfermedad producida por la bacteria Yersinia Pestis que se transmitía por las pulgas de los roedores al hombre.

 Sus síntomas comenzaban con linfadenitis es decir, infección de los ganglios linfáticos (también llamados bubones) en la zona inguinal (las ingles) y menos frecuente en la axilar y cervical. Los ganglios se encontraban hipertrofiados, inflamados, dolorosos al tacto y presentaban supuración en algunas ocasiones, la fiebre era muy frecuente y muchas veces también se presentaba neumonía en los pulmones.

 Los médicos de la edad media no encontraron manera de erradicarla y en Montpellier la mayoría de ellos murió a causa de este contagio. Algunas ciudades intentaron proteger a sus comunidades con medidas de política sanitaria como la cuarentena o los consejos sanitarios creados en Venecia. Sin embargo, las medidas preventivas y terapéuticas, como el empleo del fuego, el ahumado, las sangrías o las dietas fueron ineficientes. Los cristianos consideraron esta epidemia como un castigo divino.

 En París, se dio más de una docena de brotes epidémicos entre 1348 y 1457. Las autoridades públicas no articularon medidas preventivas generales. La Facultad de Medicina de Paris y sus practicantes se convirtieron en la única garantía de salud comunitaria y a pesar de no contar con la disposición de medidas para contrarrestar la enfermedad, difundieron un documento, el Compendium de Epidemia, que consistía en un conjunto anónimo de tratados y capítulos redactados por varios universitarios en el que se exponían las generalidades de la enfermedad y se intentaba dar una explicación a sus causas, siendo la más importante la influencia astral, pasando a las condiciones climáticas y creían que si éstas cambiaban de manera positiva, la epidemia llegaría a su fin. Consideraron muy importante la participación del aire en la etiología de la peste negra y la característica pneumónica que marcó el inicio de la epidemia europea durante el invierno de 1348 contribuyó a la adopción de esta idea. Se decía que la sustancia corrupta que se encontraba en el aire penetraba hasta el corazón dañando el espíritu vital y que estaba conformada por vapores malignos elevados por las conjunciones astrales y transportados por los vientos.

 Fue hasta fines del siglo XIX que se conoció la causa de esta enfermedad. En 1894, a partir de una epidemia presente en Asia, dos bacteriólogos de forma paralela e independiente demostraron que el origen de la peste estaba asociado a una bacteria; el japonés Kitasato Shibasaburo y el suizo Alexandre Yersin, éste ultimo logró aislar el bacilo en un laboratorio y demostró la relación entre la enfermedad humana y la de las ratas, razón por la que la bacteria de la peste negra fue denominada Yersinia Pestis. A partir de ello, se sabe que la bacteria afecta a los roedores y la peste se transmite a través de las pulgas que se encuentran en estos animales y picaban a los humanos.

 

Fuentes: 

· Cortés Riveroll, José G., D. Pérez González, S. Rosales de Gante, C. Viesca Treviño (2007): “La Peste Negra”, Historia Antigua de la Medicina. México, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, pp. 230 – 238.

· Organización Mundial de la Salud. Peste (2017), disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/ plague

Tuberculosis en la historia

Tuberculosis en la historia

La tuberculosis es una enfermedad curable y prevenible causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que afecta en la mayoría de los casos a los pulmones y que se transmite a través del aire cuando un enfermo estornuda o tose.

 Sus síntomas son tos, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso; pueden ser leves durante varios meses y si no se recibe el tratamiento adecuado, puede causar hasta la muerte.

 Se estima que una tercera parte de la población mundial está infectada con el bacilo, pero no ha desarrollado la enfermedad, ni puede transmitirla, y tendrá a lo largo de su vida un riesgo de 5 al 15% de desarrollarla.

 El segmento de la población más vulnerable es aquella cuyo sistema inmunológico se encuentra dañado por otras enfermedades como VIH, diabetes o desnutrición.

 En la antigüedad también era denominada como tisis, consunción y plaga blanca y se cree que el bacilo había evolucionado de la tuberculosis bovina a la humana, y su progenitor genético pudo haber estado presente desde hace 3 millones de años aproximadamente, afectando a los primeros homínidos que dispersaron estas bacterias con las primeras migraciones humanas.

 Las primeras pruebas de su afectación en humanos se descubrieron en momias egipcias entre el 3,500 a 2650 a.C. y en América se encontró la presencia de estas bacterias en momias peruanas que datan del periodo precolonial.

 Mientras que en la antigua Grecia, era descrita como ptisis o absceso de pulmón, siendo investigada y descrita por Hipócrates y creía que era una enfermedad hereditaria, hasta que, durante el imperio romano, Claudio Galeno sugirió que su naturaleza era contagiosa.

 En Europa, la epidemia de la tuberculosis inició alrededor del siglo XVII e intensificándose a finales del siglo XVIII y a principios del XIX. Gracias al médico francés René Laennec, es posible realizar las primeras auscultaciones torácicas por medio del primer estetoscopio cónico de madera.

 Jean Antoine Villemin realizó experimentos para demostrar la naturaleza infecciosa de la tuberculosis, pudiendo reproducir la enfermedad en diversos animales por medio de la inoculación. Pero fue hasta 1882 que Robert Koch presenta sus estudios en Berlín identificando al microorganismo que él mismo denominó como tuberculoso, describiendo su tinción, aislamiento y cultivo, hecho que dio un gran avance para el desarrollo de métodos diagnósticos y tratamientos eficaces contra la enfermedad.

Fuentes:

Cartes, J. “Breve historia de la tuberculosis”, Revista Médica de Costa Rica y Centroamérica, 2013. Organización Mundial de la Salud.

Superdotación intelectual

Superdotación intelectual

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El término de superdotación se refiere a una superioridad intelectual en aquellos niños con un coeficiente intelectual (CI o en inglés IQ) superior a 130 puntos, que se obtienen a través de pruebas psicológicas estandarizadas para cada grupo poblacional. La clasificación internacional de enfermedades y la OMS definen que la superdotación de una persona no solamente está catalogada por este puntaje, también implica otras habilidades y capacidades, por ejemplo, estas personas muestran superioridad en cuanto a madurez social, emocional, tienen un pensamiento divergente, son sumamente creativas y la forma de percibir y solucionar problemas no es tan estructurada o convergente, buscan ver las cosas de una forma diferente.

 Los niños superdotados tienen mayor sensibilidad, características de perfeccionismo, algunas veces sentimiento de inadaptación por percibir y evaluar el mundo de manera diferente. No se sienten cómodos en un grupo de niños con CI promedio y en muchas ocasiones requieren ayuda extracurricular de sus padres en el aspecto musical, de arte, o de otras actividades que les permitan desarrollarse.

 Los niños superdotados crean conocimiento y son capaces de usarlo en su propio beneficio, prefieren ambientes cambiantes, complejos, lo cual les representa retos. Son muy rápidos para resolver problemas y el tiempo que invierten para planear soluciones a éstos también es diferente al resto de los demás, sus  respuestas son eficientes y tienen flexibilidad en la elección de estrategias para la solución.

 Tienen una capacidad de metacognición y autorregulación en la que son capaces de identificar qué tanto están conociendo sobre un fenómeno o qué tanto están aprendiendo de éste, procesos de orden superior que no solo va a nivel conductual sino también emocional.

 Su desarrollo emocional denota su forma de regular sus emociones o indicadores de tipo social que dan las pautas para poder ser asertivos o demostrar hacer un trabajo en equipo. Algunos niños pueden tener dificultades en inteligencia emocional, académica, musical, porque pueden desarrollarse de manera superior al promedio.

 Ante órdenes o reglas pueden cuestionar o plantear otras formas, pero no significa que todos tengan problemas para seguirlas; ciertos rasgos de personalidad van a estar influenciados por su contexto familiar y social, que contribuyen con un resultado o trayectoria diferente. Ante tareas de matemáticas o cálculo mental la interconectividad es mayor porque se da la respuesta en ambos hemisferios del cerebro.

 La superdotación intelectual suele confundirse con TDAH, ya que éste es un trastorno de neurodesarrollo en el que puede que algunos tengan una inteligencia superior al promedio pero no son superdotados, pueden cubrir demandas académicas y sociales pero al llegar a un nivel superior o posgrado ya no logran estas demandas académicas.

 Dentro del espectro autista está el trastorno de Asperger que en ocasiones con el pensamiento literal que tienen los chicos, pueden tener habilidades para memorizar, recordar, resolver problemas recordar fechas, números, por lo que también puede ser confundido, pero tampoco los hace niños superdotados.

 Solo un porcentaje pequeño de la población es superdotado; una vez identificada una persona superdotada las recomendaciones pueden ser desde crear diferentes hábitos, adaptaciones curriculares, ajustes didácticos, metodologías para incrementar el grado de complejidad de los contenidos, ver como va adquiriendo este conocimiento y cómo lo aplicará para contribuir a la sociedad. En cuanto a la familia, se les debe fomentar abiertamente una educación enfocada en su desarrollo físico y mental, ya que en muchas ocasiones, estos niños ingresan a niveles de educación superior y el contexto social es diferente, su cuerpo sigue estando en la etapa de la pubertad o pre adolescencia,

 Es importante hacer distinción entre los conceptos de ser superdotado, talentoso, niño precoz, prodigio o genio:

 Talentoso: actitud desarrollada en un área muy específica sólo es en un área específica, música, pintura, matemáticas, danza, física, algún área básica.

Niño precoz: posee habilidades físicas y mentales que se desarrollan de manera más rápido que los niños de su edad.

Prodigio: superdotado precoz

Genio: superdotado con creatividad con CI mayor a 155.

 

Con información de la Mtra. Psic. Aurora Jaimes Medrano, Investigadora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM. 

 

 

Breve historia de las vacunas

Breve historia de las vacunas

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Vacuna: suspensión de microorganismos vivos (usualmente atenuados) o inactivados, o fracciones de los mismos, administrados para inducir inmunidad (estimular el sistema inmune) y  prevenir enfermedades infecciosas o sus secuelas.

Se dice que la vacunación nació entre china e India con la intención de evitar momentos de epidemia de viruela, “variolizando” sobre todo a niños en buen estado de salud, de preferencia entre el primer y segundo año de vida, en primavera u otoño.

Los métodos que se utilizaban eran varios, desde vestir al niño con las ropas usadas por un “varioloso”, introducir en los orificios de la nariz costras secas pulverizadas o un pedazo de algodón empapado de pus extraído de pústulas frescas (cogidas de individuos que padecían la enfermedad de forma leve), hasta arañar la piel con agujas y frotar una sola vez con hilas impregnadas durante el año anterior en costras virulentas.

La variolización se extendió poco a poco; en el siglo XIV la peste negra fue responsable de la muerte de un tercio de la población europea en tan sólo 10 años y es hasta 1671 que se tiene la mención occidental más antigua sobre ésta práctica en una nota publicada en el boletín de una sociedad científica alemana; en 1721 ya se extendía hasta Gran Bretaña; sin embargo, aunque funcionaba, incluía un importante riesgo de adquirir otras enfermedades como sífilis.

A finales de ese siglo, Edward Jenner observó que las mujeres que se dedicaban a ordeñar vacas adquirían viruela bovina “Cow Pox” y no enfermaban posteriormente de viruela humana, por lo que tuvo la idea de cambiar el material para variolizar, por viruela bovina; y en 1796 inocula a James Phipps, un niño de 8 años de edad, con la vacuna antivariólica.

Un poco más tarde, a principios del siglo XIX Londres fue devastado por una epidemia de cólera, en este siglo se describe “La Teoría del Germen” de Louis Pasteur que plantea que algunas enfermedades son causadas por microroganismos, Robert Koch descubrió el bacilo de la tuberculosis y George Miller Sternberg aisló el pneumococo.

Con estos antecedentes, en 1884 Pasteur generó su primera vacuna viral atenuada contra la rabia, y al año siguiente la usó por primera vez en un humano, un niño de 9 años: Joseph Meister.

Lentamente el uso de las vacunas se fue difundiendo, en 1966 la Asamblea Mundial de Salud de la OMS establece la meta para la erradicación de la viruela, cuyo último caso se identificó en Somalia en el año de 1977, por lo que la OMS declara erradicada la enfermedad en 1979. Así ganamos nuestra primera batalla global contra las enfermedades infectocontagiosas.

En México la vacuna contra la viruela se introdujo en 1804 por el Dr. Francisco Xavier Balmis, proveniente de España; quien partió con 22 niños expósitos en los que sucesivamente iba inoculando la linfa vacunal “de brazo a brazo”, técnica que se extendió a todo el territorio mexicano, desde Guatemala hasta lo que es ahora el sur de EE.UU., representando la primera actividad masiva de vacunación.

Con crecientes esfuerzos para controlar más padecimientos de este tipo, se implementó la vacunación contra otras enfermedades como tétanos (desde la primera guerra mundial), tuberculosis, polio, tosferina, hepatitis b, fiebre amarilla y sarampión. En 1978 por decreto presidencial, en nuestro país se implantó la Cartilla Nacional de Vacunación como instrumento de registro y control de las dosis de vacunas que reciben los niños y niñas menores de cinco años de edad, con el esquema propuesto por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

¡Y hemos tenido algunos triunfos! El último caso reportado de poliomielitis en el país, fue en Tomatlán Jalisco en 1990; esta enfermedad se declaró erradicada de las Américas en 1994, después de que se identificó el último caso de poliovirus salvaje en Perú.

Es así, como se han creado nuevas vacunas y modificado el esquema de vacunación, haciendo uso de los avances tecnológicos y hasta tener la cartilla que conocemos actualmente.

 

Con información de la Dra. Itzel Texta Palomeque, Facultad de Medicina, UNAM.

 

Referencias:

Dr. Tuells, J. (17 de agosto de 2006). La introducción de la variolización en Europa. Recuperado el 10 de septiembre de 2018, de Asociación Española de Vacunología: http://www.vacunas.org/la-introduccion-de-la-variolizacion-en-europa/

Greenwood, B. (2014). The contribution of vaccination to global health: past, present and future. Philosophical Transactions of The Royal Society B.

Santos, J. I. (2002). El Programa Nacional de Vacunación: orgullo de México. (F. d. Medicina, Ed.) Revista de la Facultad de Medicina, UNAM, 45(3), 142 – 153.

Santos, J. I. (2014). La vacunación en México en el marco de las «décadas de las vacunas»: logros y desafíos. Gaceta Médica de México, 180-188.

Secretaría de Salud. (2014). Programa de Acción Específico Vacunación Universal 2013 – 2018. Distrito Federal: Secretaría de Salud.

Stern, A., & Markel, H. (2005). The History of Vaccines And Immunization: Familiar Paterns, New Challenges. Health Affairs, 24(3), 611-621.

¿Qué, cómo, cuándo y dónde? Todo sobre los Residuos Peligros Biológicos Infecciosos en la FacMed

¿Qué, cómo, cuándo y dónde? Todo sobre los Residuos Peligros Biológicos Infecciosos en la FacMed

Se considera RPBI a los materiales que estuvieron en contacto con algún agente nocivo, generados en actividades de investigación, docencia o servicios médicos. 

Se clasifican en: sangre, material desechable contaminado con sustancias nocivas (guantes, cubrebocas, material de curación, etc), objetos punzocortantes (jeringas,  lancetas, bisturís, entre otros), residuos patológicos (cadáveres o partes de animales que fueron contaminados) y cultivos y cepas de microorganismos (virus, bacterias, hongos y parásitos).

Para su recolección se necesita clasificarlos y etiquetarlos: 

Tipo de residuos Envasado Color
SangreRecipientesherméticosRojo 
Cultivos y cepas deagentes infecciososBolsas de polietilenoRojo
Patológicos Bolsas de polietileno, Recipientes herméticosAmarillo
Residuos no anatómicosBolsas de polietileno, Recipientes herméticosRojo
Objetos punzocortantesRecipientes rígidos de polipropilenoRojo

El recolector de RPBI debe usar guantes, mascarilla, lentes, cubre zapatos y ropa protectora para manipular los residuos.

Una vez que los RPBI llegan a la Comisión de Bioseguridad, hay una empresa designada, que bajo los lineamientos de la Norma oficial mexicana NOM-087-ECOL-95,es autorizada para acopiar los desechos y clasificarlos para su desintegración.

Para saber más sobre el Programa de información y difusión de los RPBI entra a la página https://goo.gl/ZFmiBa, donde podrás conocer el calendario de recolectas, etiquetas y formatos que se utilizan, así como videos informativos.                

Con información de la QFB María Isabel Arce Camacho, coordinadora Técnica de la Comisión de Bioseguridad

¿Qué tan dañinos son los piercings?…

¿Qué tan dañinos son los piercings?…

 

Los piercings o perforaciones consisten en realizar una punción en alguna zona corporal para introducir un arete como accesorio. Sus riesgos más importantes son las infecciones inmediatas, una cicatrización anómala como la llamada queloide (aquella en las que se presenta un crecimiento descontrolado de carnosidad), o infecciones de enfermedades a largo plazo como Hepatitis o VIH. También pueden provocar hematomas, dolor agudo o persistente con sangrado en algunas ocasiones, por intervenir en alguna arteria, vena o vaso sanguíneo.

Generalmente tardan de 15 a 30 días en cicatrizar por completo, en este tiempo se forma y se recubre con epidermis el canal por el que pasa el arete.

No suelen afectar al sistema nervioso central más que a los nervios periféricos de la zona en la que se realizan, por ejemplo, en la lengua puede dañar al nervio que se encarga de su movimiento. En muy pocos casos se puede presentar una infección que se complique y por la cual entren bacterias que viajen al torrente sanguíneo embolizando a la médula espinal y como consecuencia se genere una paraplejia o cuadriplejia.

Se recomienda acudir a sitios que estén certificados para realizarlas, y se debe contar con material nuevo, estéril, desechable e instrumental limpio, desinfectado, y utilizar guantes nuevos; de preferencia ir a lugares cuyo funcionamiento esté autorizado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).

Algunos aretes generan alergias dependiendo del material con el que estén elaboradas, como el níquel que es de bajo costo. Por el contrario, son mas seguros los que son fabricados con titanio o material quirúrgico.

Se debe acudir al médico inmediatamente ante cualquier anomalía en la cicatrización de la perforación o en caso de presentar sangrado persistente, drenado de liquido o crecimiento de algún bulto.

No se recomienda realizarse una perforación cuando se está bajo un tratamiento de inmunosupresores.

 

 

Con información de la Dra. Rosa María Ponce, Coordinadora de enseñanza y profesora adjunta de Dermatología del Hospital General de México, Posgrado UNAM.