Las inyecciones anticonceptivas se aplican para evitar embarazos no deseados y cuando alguno de los demás métodos anticonceptivos resultan molestos por su uso constante. Cabe señalar que las inyecciones anticonceptivas deben ser utilizadas en los casos en los que se cuenta con una sola pareja sexual estable, puesto que, éstas no te protegerán contra las enfermedades de transmisión sexual como los anticonceptivos de barrera. Entre las ventajas de estas inyecciones, encontramos que son de larga duración por si ocasionalmente olvidas tomar tus dosis diarias como en el caso de las pastillas, regulan el ciclo menstrual disminuyendo el dolor de los cólicos, el vello facial y el acné.

 

Existen dos tipos de acuerdo a las necesidades de cada mujer.

· Inyecciones con estrógeno y progestina, cuyo periodo de efectividad es de 30 días.

· Inyecciones que sólo contienen progestina, cuyos de periodo de efectividad son de 60 y 90 días.

 

En ambos tipos de inyecciones existe la posibilidad de presentar efectos secundarios como mareos, vómitos, dolor de cabeza, náusea, entre otros; así como ciertas contraindicaciones.

 

Es importante que antes de usarlos le informes a tu médico si padeces:

– Hemorragias en el útero

– Hipertensión arterial

– Diabetes mellitus

– Migraña

– Quistes en la matriz

– Insuficiencia renal

– Alteraciones de la coagulación

– Depresión importante

– Problemas del corazón

 

Con información de la Norma Oficial Mexicana, NOM 005-SSA2-1993, De los Servicios de Planificación Familiar.