Se trata del crecimiento anormal de las células de la piel y puede dar lugar a distintas variedades de cáncer, desde las menos agresivas hasta otras que pueden llegar a ser mortales.

Es posible detectarlo de manera no invasiva mediante dermatoscopia o microscopia de reflectancia con focal, que consiste en utilizar un microscopio láser para ver las células y la arquitectura del tejido sin tener que cortar o dejar cicatrices innecesarias al paciente.

El tener muchos lunares no significa tener una enfermedad, pero si puede llegar a ser un factor asociado a desarrollar cáncer de piel entre otros factores como las quemaduras solares que se desarrollan durante la infancia y la adolescencia ante la exposición solar aguda, siendo esta exposición entre el 40 a 70% del daño producido durante toda su vida, y tener antecedentes de familiares con cáncer de piel o de páncreas.

Se recomienda evitar la exposición solar entre las 11:00 y las 16:00 horas, cubrirse con manga larga, el uso de bloqueador solar y aplicarlo de 15 a 30 minutos antes de la exposición a exteriores, aunque el día esté nublado, y deberá retocarse cada 3 a 4 horas o después de realizar alguna actividad deportiva.

Es importante monitorear tu cuerpo y asistir con el especialista en caso de que detectes alguna mancha que cambia de tamaño, forma o color.

 

 

 

 

Con información de la Clínica de Oncodermatología de la Facultad de Medicina, UNAM,
recuperado en http://oncodermatologia.facmed.unam.mx/