La principal función de la vía respiratoria alta es “preparar” el aire inspirado para que cuando llegue a la tráquea, esté a la misma temperatura del cuerpo y húmedo. La nariz actúa, además, como un filtro que atrapa y elimina las partículas de gran tamaño.

Las vibrisas nasales solo están en el vestíbulo de la nariz, filtran y retienen partículas grandes (mayores de ~15µm de diámetro), además, por la turbulencia y la superficie irregular de las vías respiratorias nasales, aumenta la probabilidad de que las partículas mayores de ~10µm de diámetro se queden impactadas en el moco que recubre la mucosa nasal, o si consiguen escapar de las vías superiores, impacten en el moco de la tráquea y los bronquios.

El interior de las vías respiratorias está resguardado por el sistema de limpieza mucociliar, conformado por los cilios en las superficies de las células de la vía aérea y dos capas de líquido llamadas fase sol (líquido periciliar) que permite el desplazamiento libre de los cilios y de gel (capa de moco) que atrapa las partículas. ¡Cada célula epitelial contiene unos 250 cilios! Que en el microscopio parecen “pelitos” cortos que salen desde la superficie de la célula y cada uno mide 2 a 5 µm de longitud.

El sistema de limpieza mucociliar protege la vía respiratoria baja atrapando y eliminando los virus y bacterias inhalados, así como de las partículas, tóxicas o no como el polen, la ceniza, polvos minerales, esporas de hongos y moléculas orgánicas.

El material inhalado es capturado por el moco viscoelástico, que está formado principalmente por agua (95-97%). ¡Los individuos sanos producen unos 100 ml diarios de moco!

Los cilios baten con una oscilación coordinada a unos mil golpes por minuto, con un potente golpe hacia adelante con el que las puntas llegan hacia la capa de moco viscoso y la arrastran junto con las partículas atrapadas y otro movimiento lento en el que los cilios se alejan del moco y se localizan por completo dentro de la capa sol.

Los cilios de la nasofaringe y los cilios de la tráquea barren en la dirección que empuja el moco hacia la faringe, donde es deglutido.

La tos y el estornudo, se desencadenan por la irritación de las vías respiratorias, aceleran el movimiento de las partículas donde el sistema mucociliar las expulsan al exterior o son deglutidas.

Los sistemas defensivos del aparato respiratorio son tan eficaces que, para que se produzca la infección, deben colaborar una serie de factores que ayude a los microroganismos a superar las defensas. De todos ellos, el más común es el frío: el frío disminuye la resistencia general del organismo frente a las infecciones. Así mismo, disminuye la eficacia del sistema mucociliar, ya que produce un enlentecimiento del movimiento de los cilios y modifica las características del moco haciéndolo más espeso.

Ayuda a los pelitos de tus vías respiratorias para no enfermarte. Usa bufanda para cubrir tu boca y nariz en la temporada invernal.

Referencias

Boron, W. F., & Boulpaep, E. L. (2017). Fisiología médica.Barcelona: ElSevier.

Koeppen, B. M., & Stanton, B. A. (2009). BERNE y LEVY Fisiología.Barcelona: Elsevier.

Ross, M. H., & Pawlina, W. (2015). Histología. Texto y atlas color con biología celular y molecular.EE UU: Panamericana.

Vallés, H. (2016). Otorrinolaringología.Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza.

Con información de MPSS Itzel Texta Palomeque, Facultad de Medicina UNAM