
Los médicos mayas tenían una formación desde la infancia, y se decía que una deidad escogía a los elegidos, visitándolos en sueños durante la niñez o la juventud. Recibían por medios naturales los cristales que indicaban la profesión y los guiaban por resplandores blancos, azules, verdes o rosas. Si un médico moría, el cristal buscaba a quién lo reemplazaría.
Se preparaban desde casa y estaba ligado a los lenguajes secretos y esoterismo. Accedían a otra dimensión por medio de alucinógenos para suplicar a los dioses por su paciente, pero corría el riesgo de quedarse atrapado, perder sus facultades mentales o imposibilitado para recuperar su personalidad.
En algunas ocaciones, el sobrevivir al golpe de un rayo indicaba que esa persona quedaba marcada con poderes sobrenaturales y debía ser médico.
Los mayas yucatecos creían en la existencia de un órgano especial y único llamado tip té, de tamaño pequeño y situado bajo el ombligo, cuya función era la de regular la actividad de las otras partes del organismo. De allí partían las venas hacia las partes superior e inferior del cuerpo y empujaba la sangre a todos los órganos. Su nombre se debe los latidos que emitía. Tipp té significa “dolor de tripas o de vientre, de ventosidad, que fatiga mucho con latidos que (da) en medio”.
Si este órgano se desplaza de su lugar, la persona pierde el equilibrio y se desajusta, entonces la persona enfermaba, sufría vómitos, diarreas y dolor abdominal, hasta que el tip té se restablecía por medio de masajes.
Las enfermedades se debían a fuerzas externas que cometían afectaciones al cuerpo humano. Se decía que el paciente provocaba sus padecimientos por pecado, excesos e intromisión a los sitios “peligrosos” donde moraban seres sobrenaturales, por actos antisociales, haber generado envidia o estar próximo a seres humanos nocivos o que transgredieran las normas sociales. También sufría el ataque directo de factores agresores como ciertos dioses, objetos con carga divina, muertos de soles anteriores, gobernantes, sacerdotes o hechiceros.
Fuente:
Treviño, Carlos Viesca. 2007. Historia de la Medicina en México. Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, Facultad de Medicina, México: Universidad Nacional Autónoma de México, pp. 35 – 49.