· Dolor de cabeza, convulsiones y debilidad, algunos síntomas de la Cisticercosis
La Cisticercosis es una enfermedad parasitaria que surge por ingerir la larva del platelminto (gusano plano) Taenia Solium, ya sea en alimentos crudos y sin desinfectar o mal cocidos, como las verduras y la carne de cerdo, o contaminados por las personas infectadas (con este gusano) que los manipulan y no realizan correctamente el lavado de manos después de ir al baño.
En nuestro país ha ido disminuyendo en las últimas décadas, gracias a una vacuna que se aplica en los cerdos, las implementaciones a los tratamientos de aguas negras y los programas gubernamentales de salubridad que se han realizado.
A esta larva resultante de los huevecillos maduros se le conoce como Cisticerco y se queda hospedado en el intestino delgado del ser humano, mismo que por efecto de los ácidos gástricos y la bilis, eclosiona y crece. Tiene un periodo de incubación de varias semanas para luego convertirse en una Taenia Solium adulta con una longitud de 2 a 6 metros, en forma de tallarín y compuesta por proglótidos, es decir, varios segmentos que miden de uno a un centímetro y medio.
Cada uno de esos proglótidos puede llegar a liberar hasta 50 mil huevecillos, mismos que son desalojados con el excremento humano; sin embargo, son tan pequeños que también pueden viajar por el torrente sanguíneo y alojarse en los músculos, en la piel, en los ojos, y en otros órganos, pero principalmente en el cerebro por ser el más irrigado, dando pie a su afección más frecuente conocida como neurocisticercosis.
Una vez que el cisticerco llega al cerebro, genera un proceso inflamatorio que deriva en tres fases:
Fase encefalítica: en la cual se da una reacción inmunológica por las sustancias extrañas (antígenos) del cisticerco, a lo que algunas personas producen una reacción inflamatoria muy grande y otras no tanto.
Fase quística: en la que se forman quistes muy grandes en el cerebro, con forma de racimos de uvas.
Fase coloidal: en la que se muere el cisticerco formando calcificaciones, es en ésta cuando se producen mayores reacciones inflamatorias y la mayoría de la sintomatología del sistema nervioso.
Los síntomas que este padecimiento presenta, generalmente son muy variados como cefaleas y crisis convulsivas; en su segunda fase puede manifestar debilidad de la mitad del cuerpo, sensaciones de adormecimiento de la mitad de la cara o de los brazos o piernas; y también se ha llegado a asociar con problemas psiquiátricos como depresión y ansiedad.
El Cisticerco también puede localizarse en las membranas que envuelven al cerebro dando como resultado una meningitis e hidrocefalia por el bloqueo del líquido cefalorraquídeo, esto, a su vez, genera hipertensión dentro del cráneo, fuertes dolores de cabeza y vómito, llegando incluso al estado de coma o a la muerte. Otras complicaciones ,que pueden resultar de la meningitis, radican en la compresión de los nervios ópticos y/o auditivos causando sordera y ceguera, parálisis facial o de los músculos de la expresión, compresión de los nervios de la médula ósea con parálisis de las extremidades inferiores y superiores, así como alteraciones sensitivas, dejando al paciente discapacitado.
Para realizar un diagnostico preciso se requiere de la realización de estudios de imagen como la tomografía, ésta ayuda a la localización de los quistes y las calcificaciones; y la resonancia nuclear magnética, que es más útil para obtener una mayor visualización de las fases quísticas, sin embargo, en ella no se ven las calcificaciones. También se hace uso de pruebas inmunológicas en sangre, punción lumbar y estudios para localizar los antígenos del cisticerco en el líquido cefalorraquídeo como ISA y Western Blot.
Con respecto al tratamiento, el médico prescribirá antiparasitarios y antiinflamatorios de acuerdo a la fase en la que se encuentre la enfermedad, sobre todo si se encuentra aún en la fase viva o quística, y en este caso se deberán administrar los antiinflamatorios un par de días antes de los antiparasitarios, ya que al matar al cisticerco se provoca una reacción inflamatoria más severa, manifestando inclusive convulsiones, a pesar de no haberlas presentado antes. Cuando el paciente ya se encuentra en la fase de calcificación, ya no es necesario administrar los antiparasitarios y los tratamientos complementarios dependerán de la sintomatología que presente, si se trata de meningitis, parálisis o hidrocefalia. Es importante tener acceso a un tratamiento adecuado de acuerdo a su diagnóstico, ya que los vasos del cerebro pueden llegar a obstruirse, generando infartos cerebrales.
Para prevenirla es importante mantener una adecuada higiene personal, darle a los alimentos un adecuado tratamiento sanitario, tratar de evitar ingerirlos crudos en la calle, cocerlos bien tanto en casa como en los negocios de comida, desparasitarse por lo menos 2 veces al año y de acuerdo a lo que tu médico señale, así como desinfectar bien frutas y verduras para su consumo seguro.
Con información del Dr. Luis Delgado Reyes, Neurocirujano, Medico Adscrito al Servicio de Neurología del Hospital Juárez de México y Profesor de Anatomía en Pregrado y Posgrado de la Facultad de Medicina, UNAM.