Nota: Felipe Romero
Ilustración: Zenyaci Morales y Annete Segura

Menopausia etimológicamente viene del griego men, ‘mes’ y pâusis ‘cesación’. La menopausia, desde el punto de vista médico, es el cese de la menstruación por más de 12 meses. Habitualmente ocurre entre los 45 y 55 años; en nuestro país el promedio es a los 48. Es importante entender que es una transición mayor en la vida de la mujer, la menarca y la menopausia representan los dos extremos de la vida reproductiva, el inicio y fin de un ciclo.

Los síntomas más comunes son los vasomotores, que consisten en los famosos bochornos caracterizados por una sensación repentina de calor, por lo general más intensa sobre la cara, el cuello y el pecho. En esta etapa, el riesgo cardiovascular de las mujeres se equipara al de los hombres, ya que ante la carencia de hormonas sexuales, empiezan a aumentar las concentraciones de lípidos en la sangre. Por otra parte, la pérdida de estrógenos disminuye la calidad ósea, por lo que genera enfermedades como osteoporosis y osteopenia, que se asocian a un importante conjunto de enfermedades características en este grupo de pacientes.

La menopausia en general cursa con disfunción sexual, un ejemplo es el “Síndrome Genitourinario”, el cual se presenta en el 90 por ciento de las pacientes que pasan por esta etapa. Se caracteriza por la disminución de la función celular y el bajo flujo sanguíneo de la mucosa vaginal, causando disminución en el deseo sexual por el dolor y sangrado que pueden ocurrir al momento de la penetración. Un dato grave al respecto es que la mitad de las mujeres no suelen hablar de su sintomatología en consulta, y sólo en el siete por ciento de los casos los médicos se involucran para detectar esta patología.

La respuesta sexual es como la Segunda Ley de Newton: cualquier cambio en uno de los miembros de la pareja producirá un cambio en el otro, esto puede repercutir con el deseo de tener relaciones sexuales durante esta etapa.

La vida sexual es una parte integral de la salud psicosocial de una persona y su pareja, por eso es importante entender que durante la menopausia nuestra vida sexual puede continuar, incluso con los cambios que ocurren a través del tiempo y los que surgen por la disminución de hormonas sexuales. Existen terapias dirigidas para disminuir los síntomas y lograr tener una vida sexual plena. Las más utilizadas son las terapias locales, fundamentalmente estrógenos; también se puede usar tecnología láser para rejuvenecimiento vaginal con el objetivo de recobrar la función normal de su mucosa. Los tratamientos hormonales sistémicos serán útiles para los síntomas vasomotores, y para el tratamiento de la disminución de la libido, se pueden recetar andrógenos como la testosterona, preferentemente por vía transdérmica.

 

Con información del Doctor Jorge Alberto Campos Caña, Académico de la División de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina de la UNAM; Coordinador de reproducción asistida del Instituto Nacional de Perinatología “Isidro Espinosa de los Reyes” y Médico adscrito al Hospital Angeles Acoxpa.

 

 

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