Síntomas de ómicron en las y los niños

Nota: Pamela Gómez
Ilustración: Gabriel Espinosa

No se trata de una simple gripe, la variante ómicron sigue siendo COVID-19 y en sólo dos meses ha predominado a nivel mundial, afectando a todos los grupos de edad.

Desde que comenzó la pandemia por COVID-19 hemos observado que aunque la enfermedad sí se presenta en infantes, suelen ser más resistentes que los adultos. Sin embargo, con la nueva variante ómicron hay una mayor proporción de infecciones en menores

Tan sólo en diciembre de 2021 y enero de 2022 se observó que el 30 por ciento de los infectados en Estados Unidos correspondía a infantes, mientras que con las variantes anteriores era del 6 por ciento. Por otro lado, en Canadá uno de cada cinco casos corresponde a un menor de edad. No se sabe si es causa de que la nueva variante tenga mayor afinidad con este grupo de edad o sea un reflejo de una menor vacunación en él.

Aunque los síntomas de la infección por ómicron son mucho más leves, en las y los niños debemos prestar mucha atención. Los más frecuentes son: fiebre, dolor de cabeza intenso, estornudos, escurrimiento nasal, tos seca, dolor faríngeo, sudoración nocturna, malestar, dolor muscular y cansancio extremo. Sin embargo, se ha encontrado que en menores de tres años hay un incremento de casos semejantes a los de la bronquiolitis o al crup (laringotraqueobronquitis). 

Si se detecta que una niña o un niño tiene síntomas, lo mejor es aplicarle una prueba para hacer un diagnóstico específico, el aislamiento del resto de la familia, así como el control de las vías respiratorias altas. Cada vez que se esté con ella o él, ambas partes deben usar cubrebocas, tenerlo aislado, habitaciones bien ventiladas y mantener un buen estado de hidratación y alimentación. Los síntomas pueden durar alrededor de 5 a 7 días.

Durante este periodo se debe vigilar que tengan una buena evolución, un control de la fiebre adecuado, buena hidratación y que no tengan dificultad para respirar. Cuando un menor tiene fiebre alta o prolongada, se observa que tienen tos semejante a la de un perro, que tiene chiflido o dificultad para respirar, aumento de la frecuencia respiratoria, oxigenación por debajo de 92 por ciento o si vemos que tiene alteraciones en el estado de alerta es necesario acudir a un médico inmediatamente 

No conocemos a largo plazo qué tipo de secuelas pueda generar, pero las y los pediatras deben estar pendientes de la aparición del síndrome inflamatorio multisistémico, que se llega a presentar de dos a cuatro semanas después de que el o la menor presenta la infección, así como casos de diabetes mellitus. No debemos de olvidar que ómicron es COVID-19 y se debe estar pendiente de las propias complicaciones. 

Se dice que hasta el 50 por ciento de infantes que presentan la infección tienen en algún momento datos de COVID de larga duración, es decir, tienen al menos un síntoma persistente hasta 120 días después y en el 42 por ciento esto los incapacita en su vida diaria. Los síntomas más frecuentes que se han presentado son fatiga, rinorrea o congestión nasal, sienten el pecho apretado, dolor torácico, tos persistente, dolor muscular, inflamación o dolor en las articulación, cefaleas, duermen demasiado o presentar insomnio, pérdida de peso, diarrea, dolor abdominal, dolor estomacal, estreñimiento, rash, palpitaciones y cambios en la menstruación.

Las recomendaciones para evitar contagios en menores son: vacunación en niños mayores de 5 años (aprobado a nivel mundial), así como la vacunación y el refuerzo de adultos que le rodean, mantener la distancia social, uso de cubrebocas al tamaño adecuado del rostro, lavado de manos, espacios ventilados, evitar contacto con personas enfermas o estar en lugares aglomerados.  

Con información de la Doctora Ana Carolina Sepúlveda Vildosola, Médico Pediatra, Profesor de asignatura, Facultad de Medicina de la UNAM