La infertilidad se define como la incapacidad de lograr un embarazo exitoso en el periodo de un año de relaciones sexuales constantemente, intentándolo por lo menos, 3 veces a la semana sin el uso de algún método anticonceptivo.

Puede tener varias causas, algunas pueden estar predispuestas genéticamente y otras resultar de hábitos como alcoholismo, tabaquismo, haber estado sometidos a tratamientos de quimioterapia o radioterapia, alguna mala alimentación, por estrés crónico o por alguna enfermedad de transmisión sexual mal tratada.

El estrés crónico puede llegar a afectar la movilidad espermática o la calidad del semen. Enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea pueden generar en los hombres, una obstrucción en los conductos seminíferos lo que no permite la correcta liberación y producción de espermatozoides, así como ocasionar una inflamación pélvica en mujeres.

La infertilidad tiene las mismas posibilidades tanto en hombres como en mujeres, en los primeros, se relaciona con la calidad del semen y a la movilidad espermática; en las mujeres se relaciona con problemas útero – tubáricos.

La edad también es un factor importante, a partir de los 30 años comienza a disminuir la fertilidad y a los 40 ya se considera como embarazo de alto riesgo. Es posible que la infertilidad pueda darse posteriormente de haber concebido.

Con respecto a los anticonceptivos no se ha encontrado una relación directa con la fertilidad, en las mujeres con problemas ováricos se retrasa, pero posteriormente el ciclo vuelve a la normalidad y la fertilidad se recupera.

 

 

¿Disfunción eréctil e infertilidad?

La infertilidad se encuentra condicionada por la disfunción eréctil, sin embargo, el hecho de padecer disfunción no es sinónimo de infertilidad porque solo se afecta el proceso de erección, por no haber una introducción de espermatozoides en el útero para fecundar un óvulo, más no se afecta el proceso de la producción espermática.

 

 

Tratamientos

Existen varias técnicas de reproducción asistida:

Inyección intrauterina: los espermatozoides son micro-inyectados uno por uno dentro del óvulo, logrando la fecundación.

Fertilización in vitro: los espermatozoides y óvulos son obtenidos previamente y son preparados, posteriormente se insertan en el útero mediante la técnica de transferencia de embriones.

Inseminación intrauterina: los espermatozoides son depositados dentro del útero facilitando su llegada al óvulo.

 

Con la información de la Biól. Laura Eréndira Felipe Galindo, Laboratorio de Biomembranas del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina, UNAM.