¿Cuánto tiempo puede durar el virus SARS-CoV-2 en las superficies?

¿Cuánto tiempo puede durar el virus SARS-CoV-2 en las superficies?

El virus SARS-CoV-2 se identificó por primera vez en un mercado de venta de animales en Wugan, provincia de Hubei, China en diciembre de 2019,  secuenciado genómicamente en enero del 2020; desde entonces se ha empezado a estudiar a nivel mundial cuáles son las condiciones para que se mantenga activo, pues tiene la capacidad de permanecer en forma latente en diferentes superficies.

En el primer estudio que se realizó, a comienzos de marzo, se vio que en las superficies de plástico y acero inoxidable que tenían partículas de secreciones contaminadas, el virus podía tener una supervivencia de 3 a 6 días. Se percataron que una de las formas más contagiosas era cuando el individuo tenía la enfermedad y síntomas, y a través de las gotas de saliva que expelía, contaminaba el ambiente a una distancia de un metro y medio. 

Poco a poco ha surgido nueva información, elaborada con modelos más predictivos en donde se plantea que el virus en un medio ambiente en donde no hay corrientes de aire, en condiciones de concentración alta y con calidad de humedad, puede permanecer de 3 a 6 horas siendo activamente infectante. Anteriormente se creía que una vez que el virus era expelido, a los 15 min aproximadamente, caía al piso. 

También, se ha categorizado a los pacientes como asintomáticos (tiene el virus, pero no desarrolla la enfermedad), preasintomáticos (tiene el virus, pero desarrolla la enfermedad después de tres o cuatro días) y sintomáticos (quienes tienen mucha más carga viral). De pendiendo de estas condiciones, puede variar el tiempo de actividad del virus en las superficies, pues dependerá también de la carga viral de quien lo expulso.

Se ha registrado que el virus puede permanecer de 3 a 6 días en ropa (principalmente de algodón), superficies de acero inoxidable y de plástico, porque son superficies más rígidas, en donde la disecación tarda más tiempo. Se sabe que el virus a una temperatura mayor de 60 ºC se inactiva, pero en una temperatura más baja puede permanecer latente, como por ejemplo en refrigeración de -10 ºC, aunque no son las condiciones ideales para él. 

Evidentemente el riesgo mas alto continúa siendo la transmisión de persona a persona a través de secreciones como lagrimas, gotitas de saliva o moco. Aunque se ha encontrado el virus en material fecal y en el semen, el riesgo de transmisión de esta forma es prácticamente nulo. La presencia de barba, bigote y cabello largo expuesto a secreciones, es un medio de reservorio y de contagio tanto para quien lo usa, como para quien convive con esta persona.  

La recomendación continúa siendo salir con cubre bocas, mantener la sana distancia, protección de los ojos (lentes o careta) y lavado de manos. En el caso de la ropa y zapatos que se utilizan, se puede designar un espacio a la entrada de la casa para dejarlos reservados. Además, se recomienda evitar el consumo de alimentos en la calle, pues la contaminación de las manos o superficies puede ser una vía de contagio. 

Con información del Dr. César Rivera Benítez, Académico de la División de Estudios de Posgrado del Subcomité de Infectología. rivera.cesar85@gmail.com

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Los niños frente a la COVID-19

Los niños frente a la COVID-19

Los menores de edad están en riesgo de contraer COVID-19 al igual que los demás grupos de edad, sin embrago se ha observado que la enfermedad se presenta de forma menos grave en este grupo.

La enfermedad que ocasiona el virus SARS-CoV-2, coronavirus tipo 2 del síndrome respiratorio agudo, es menos frecuente en los niños que en los adultos, se estima que al menos 2% de todos los casos confirmados en el mundo son en edad pediátrica y en México las estadísticas hasta el 26 de junio indican que sólo el 3% de los enfermos son niños.

El contagio en menores de edad se da generalmente por el contacto con algún familiar con el virus, esto representa hasta el 56% de los casos, ya que son vulnerables desde recién nacidos, sin embargo, no se ha demostrado que haya una transmisión de madre a hijo durante el parto o durante la lactancia a través de la leche materna, siempre y cuando se sigan las medidas de protección de la vía aérea.

En los niños el período de incubación del virus es menor, ya que en ellos es de 2 días, mientras que en los adultos es de 6. En la mayoría de los casos se presenta en niños de 7 años de edad, existiendo un ligero predominio en los varones con un 56% de los casos. Asimismo, se ha visto que el 90% de los niños que se infectan son asintomáticos y en general los síntomas son menos severos que en los adultos. Menos del 1% de los pacientes pediátricos se hospitalizan (principalmente menores de 1 año de edad) y solo el 2 % fallecen a nivel mundial, de estos el 67% presentaron otras enfermedades asociadas.

Los síntomas más frecuentes en los niños son: fiebre, tos, fatiga, malestar, congestión y secreción nasal, estornudos, dolor de cabeza, mareo, vómito y dolor abdominal.

En el 90% de los casos de niños infectados transcurre la enfermedad de una manera leve sin mayor complicación, por lo que se recomienda vigilancia en casa, aportar suficientes líquidos sin que se llegue a un exceso y se pueden dar algunos tratamientos sintomáticos que deben ser consultados con su pediatra. En el caso de que el niño empiece a presentar fiebre persistente, dificultad para respirar o que tenga sus labios o las puntas de sus dedos morados, es momento de acudir a un hospital a que sea revisado por un profesional.

Es importante que los padres presenten mayor atención a sus hijos a fin de detectar signos de malestar y si es necesario salir de casa, que cuenten con protección respiratoria adecuada para evitar el contagio.

Con información de la Dra. Ana Carolina Sepúlveda Vildosola, Académica de la División de Estudios de Posgrado del Subcomité de Pediatría.

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Trombosis y COVID-19

Trombosis y COVID-19

 

¿Qué es la trombosis? 

La trombosis ocurre cuando se forma un coágulo (o trombo) que obstruye el flujo sanguíneo de una vena o de una arteria. En el primer caso es muy frecuente que se formen en los miembros inferiores y al desprenderse ocasiona lo que se conoce como tromboembolia pulmonar, situación que es grave y ocasiona un severo daño en la circulación pulmonar e incluso la muerte. La trombosis venosa de miembros inferiores es particularmente frecuente en personas con obesidad, cáncer, pacientes sometidos a cirugía ortopédica con prolongados periodos de inmovilización, entre otros factores.

La primera causa de muerte en México y en el mundo es el infarto agudo del  miocardio y es provocada por la ruptura de la capa interna de las arterias coronarias, que ocasionan la formación de un trombo y por tanto la interrupción del flujo al músculo cardiaco. Asimismo, la embolia a los vasos cerebrales es causa frecuente de infartos cerebrales con un daño con frecuencia severo para la función y algunas veces la muerte.

 

¿Por qué la COVID-19 provoca trombosis?

La COVID-19 produce un estado procoagulante en el paciente debido a la respuesta inmunológica que nuestro organismo tiene contra la infección del virus del SARS-CoV-2, lo que agrava a los pacientes por la reacción de las sustancias que responden al ataque viral, generando tromboembolias o microtrombosis y afectando la función de los pulmones.

Parte del tratamiento farmacológico indicado por protocolo y recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es el uso de anticoagulantes como la enoxaparina, cuya dosis se administra de acuerdo al peso del paciente y de manera endovenosa.

En todos los pacientes, incluyendo a los ambulatorios, se recomienda el uso de anticoagulantes de manera precoz y aún por vía oral, con el objetivo de disminuir el riesgo de producir trombosis. Es importante asistir lo más pronto posible al servicio médico en caso de presentar los principales síntomas de COVID-19.

 

 

Con información del Dr. Enrique Benito Gómez Álvarez, académico de la División de Estudio de Posgrado del Subcomité de Cardiología de la Facultad de Medicina de la UNAM y jefe de la División de Cardiocirugía del Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” del ISSSTE.

 

 

 

 

 

 

 

¿Por qué roncamos?

¿Por qué roncamos?

¿Por qué roncamos?

Cuando la vía respiratoria superior presenta alguna obstrucción o flacidez y se cierra o colapsa, el aire produce una vibración al pasar y el ruido que provoca es al que se le conoce como ronquido.

 

¿Sabías que los ronquidos son muy comunes, pero no son normales?

En México, más del 50% de los hombres presentan ronquidos, en las mujeres también es muy común, pero en menor porcentaje. Sólo son normales cuando presentamos alguna enfermedad de la vía respiratoria, como gripe por la obstrucción del moco.

Si roncas muy frecuentemente, más de 3 veces a la semana, es importante que seas valorado por un otorrinolaringólogo.

Las causas pueden ser todo lo que altera la vía respiratoria superior: algo que obstruya o inflame la nariz, que el ala sea más pequeña o más flácida, una desviación del tabique, que los cornetes sean grandes, existencia de rinitis alérgica; lengua, úvula, paladar o amígdalas grandes y flacidez en alguna zona de la vía respiratoria.

En México, uno de los principales factores de riesgo es la obesidad, esto ocasiona que se formen depósitos de tejido graso en cualquier parte de la vía respiratoria, lo que hace que se cierre más y que ese tejido sea más flácido.

El roncar no está directamente relacionado con las enfermedades metabólicas o cardiovasculares, a excepción del Síndrome de la Apnea del Sueño, en la que más del 98% de las personas lo presentan. En este caso si hay afectaciones cardiovasculares debido a que la sangre y los órganos no se oxigenan adecuadamente, por lo tanto, el corazón debe trabajar forzadamente y existe mayor riesgo de su agrandamiento, infarto, arritmia, hipertensión arterial y pulmonar, diabetes mellitus o embolias cerebrales y pulmonares.

Para elegir el mejor tratamiento se debe considerar la valoración física del paciente y su historia clínica. Una polisomnografía determinará si los ronquidos se asocian al Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño. Por lo tanto, el tratamiento puede ser farmacológico, quirúrgico o mediante aditamentos especiales que le ayuden al paciente a disminuir los ronquidos y a mejorar su salud.

La Facultad de Medicina de la UNAM cuenta con la Clínica de Trastornos del Sueño que puede brindarle atención a la población en general, la cual en estos momentos de confinamiento se está realizando a distancia por videoconferencia, para solicitar una cita puedes comunicarte al 56232690 o ingresar a http://clinicadelsueno.facmed.unam.mx/

 

 

Con información del Dr. Roberto Gutiérrez Vargas, Otorrinolaringólogo, Médico de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina, UNAM.

Esclerosis Lateral Amiotrófica

Esclerosis Lateral Amiotrófica

La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a las células nerviosas del cerebro y de la médula espinal, que controlan el movimiento de los músculos. Se denomina lateral ya que afecta sólo una parte del cuerpo, no ambas, aunque existen múltiples variaciones. 

Principalmente se refleja en los miembros inferiores y superiores, pero también en los músculos que permiten la respiración, deglución y el habla. Se trata de una alteración en las neuronas que controlan estas funciones del cuerpo.  

Esta enfermedad se describió desde hace 150 años, sin embargo, aún no se sabe qué la ocasiona. A medida que las neuronas motoras se van degenerando, dejan de enviar impulsos a las fibras musculares que normalmente resultan en el movimiento muscular.

Se ha identificado que en esta enfermedad se encuentra una alteración de transito intraneuronal y en estos pacientes se ha visto una asociación con el consumo de gluten, con la carencia de absorción de algunas vitaminas, así como con la presencia de múltiples virus que produce una inflamación en las neuronas. 

No se considera una enfermedad hereditaria, sin embargo, se ha encontrado que existe un 5% de probabilidad de que surja si se tienen antecedentes familiares. Se presenta principalmente en hombres de 40 a 60 años de edad.

Los tres sitios donde se pueden ver principalmente las afectaciones son en la corteza cerebral; los núcleos o centros de control de los nervios para la deglución, habla y respiración; y la médula espinal en donde se controla los movimientos de los miembros superiores e inferiores. Sin embargo, no todos los pacientes tienen las mismas manifestaciones, las principales son:

  • Molestia y dificultad al deglutir o pasar saliva (disfagia)
  • Atragantamiento
  • Problemas para hablar
  • Disminución de la fuerza muscular 
  • Movimientos espontáneos leves 
  • Problemas con los reflejos y control de movimientos 
  • No poder respirar

Esta enfermedad no afecta de ninguna manera la mente, ni tampoco tiene variaciones de tipo psiquiátricas. Puede presentar alteraciones emocionales (labilidad emocional), es decir, con facilidad y de manera involuntaria suelen llorar, enojarse o reírse. 

Su diagnóstico no suele ser fácil. Primero surge la sospecha por las manifestaciones clínicas del paciente, posteriormente se pueden realizar estudios para ver cómo está funcionando la transmisión de las señales eléctricas de las neuronas y cómo funciona la actividad eléctrica de los músculos, con una electromiografía, con potenciales evocados, por medio de una resonancia magnética o con una tractografía. 

Debido a que esta enfermedad no se ha podido tipificar adecuadamente, no existe un tratamiento como tal, inevitablemente progresará con el tiempo. Lo que se puede alcanzar con medicina, es que la velocidad con la que va avanzando sea menor y disminuir la molestia de los síntomas y signos. 

Actualmente se cuenta con terapias multidisciplinarias, donde intervienen nutriólogos para trabajar en una dieta rica en ciertas vitaminas de acuerdo a las necesidades del paciente, así como evitar determinados alimentos como la leche o el gluten; fisioterapeutas para trabajar con series de ejercicios y estimulación de los músculos, evitando el avance de la atrofia muscular; y los neurólogos, quienes son los especialistas principales. 

Se ha encontrado que el fármaco riluzol, logra disminuir la presencia de glutamato y el exceso de liberación del mismo, lo que genera que las neuronas no se dañen con tanta velocidad. 

La esperanza de vida de las personas con ELA es de hasta 2 años, pero con terapia puede llegar a vivir más años. Stephen Hawking ha sido la persona más longeva con esta enfermedad, viviendo 55 años con ella. 

La incidencia es muy baja a nivel mundial, una persona por cada 100 mil habitantes. En México, se considera que hay cerca de 5 mil a 7 mil pacientes.

Aunque no se ha encontrado qué causa ELA, el 95% de las alteraciones del sistema nervioso tienen que ver con obesidad, sedentarismo, hipertensión, diabetes, alcoholismo, tabaquismos, consumo de sustancias y mal dormir. La importancia de conocer la existencia de estas enfermedades es porque afectan al sistema nervioso, por lo que se recomienda cuidar nuestra salud mediante una dieta adecuada, ejercicio, evitar consumo de sustancias tóxicas y dormir adecuadamente, para mantener sano nuestro sistema nervioso.

Con información del Dr. Víctor Manuel Rodríguez Molina, Coordinación de Evaluación del Departamento de Fisiología. victor.rodriguez@unam.mx

 

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