El 31 de mayo se conmemora el Día Internacional sin tabaco como una forma de generar conciencia en torno a las consecuencias que puede tener su consumo.
El tabaquismo es una enfermedad que puede ser factor de riesgo en otros padecimientos, a pesar de afectar principalmente el sistema respiratorio. Cada año mueren 8 millones de personas como consecuencias de las enfermedades ocasionadas por este padecimiento, de acuerdo a los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019.
El tabaquismo y la COVID-19 podrían ser consideradas como las dos pandemias del siglo XXI, ya que en el mundo hay mil 100 millones de consumidores de tabaco, mientras que, en 6 meses ha habido casi 5 millones de casos de COVID-19.
Fumar implica tener mayor probabilidad de contraer SARS-CoV-2 y de tener un pronóstico menos alentador, ya que debilita el sistema inmune y nos hace más propensos a padecer alguna enfermedad como las ocasionadas por los coronavirus.
Tanto el uso de cigarro convencional como del electrónico, implica un riesgo más grande de ser contagiado en la actual pandemia, ya que el humo del tabaco y el aerosol de los vapeadores puede transportar el virus.
Con información de la Dra. Guadalupe Ponciano, Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo, Departamento de Salud Pública, UNAM.
Recientemente se ha presentado un crecimiento explosivo de consumidores de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN), entre los cuales los cigarrillos electrónicos son los más comunes. Al principio, su uso se recomendaba para dejar de fumar, pero actualmente se han consolidado como una vía a través de la que niños y adolescentes se inician en la adicción a la nicotina. Asimismo, muchos adultos fumadores de cigarrillos de tabaco también los consumen, creando lo que se conoce como fumador dual. Lo peor es que son el vehículo para la inhalación de aceite de Cannabis, vitaminas liposolubles como la E, múltiples colorantes, saborizantes y aceites esenciales, además de drogas como el fentanilo.
Se cuenta con un gran número de evidencias clínicas y epidemiológicas de los efectos adversos que pueden generar los sean: daño pulmonar agudo, inflamación de garganta, tos seca, infecciones virales. A largo plazo, su empleo incrementa el riesgo de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) e infartos al miocardio. Aunado a esto, la tercera generación de sean cuenta con pilas de más alto voltaje, que tienen mayor probabilidad de explotar, provocando daños graves como fracturas, quemaduras y pérdida de falanges.
Es urgente que los consumidores conozcan los riesgos asociados al uso de vapeadores para poder tomar una decisión informada. En este artículo presentamos datos al respecto, basados en evidencias científicas.
En Estados Unidos de Norteamérica el uso de los SEAN está cobrando tanta importancia que ha desplazado el consumo de otras drogas entre adolescentes. Más de 460 marcas de dispositivos con diferentes componentes han invadido el mercado, lo que dificulta su regulación y hace imposible hablar del “cigarrillo electrónico” como si fuera algo único (Zhu et al., 2016). De acuerdo con datos de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), en 2018, en ese país más de 3.6 millones de estudiantes de secundaria y preparatoria habían utilizado el cigarrillo electrónico en los últimos 30 días. Entre los usuarios cotidianos de SEAN, de 18-24 años, 40% nunca habían sido fumadores de cigarros de tabaco (CDC, 2018).
En México, la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT, 2017) documenta el uso de cigarrillos electrónicos “alguna vez” en 5.8% de la población de 18 a 65 años (4.08 millones) y un empleo actual en 1.2% (816 mil). En adolescentes de 12 a 17 años, 6.5% refirió haber probado el cigarro electrónico (938 mil) y 1.1% todavía lo utiliza (160 mil).
Los SEAN surgieron como herramientas para cesar el tabaquismo, utilizando en su propaganda argumentos que los ubicaban como dispositivos “no tóxicos”. Sin embargo, las evidencias han demostrado que su eficacia para dejar de fumar no supera a la de la terapia de reemplazo de nicotina (parches), además, que tienen el problema de que los usuarios continúan empleándolos por largos periodos (Hajek et al., 2019).
Recientemente se han transformado en una nueva “epidemia”, ya que en muchos jóvenes representan la puerta de entrada al tabaquismo. Por otro lado, en personas que quieren dejar de fumar, se combinan con el consumo de cigarrillos de tabaco, en lo que se conoce como fumador dual; y, debido a que la mayoría de los e-líquidos contienen nicotina, un porcentaje de consumidores desarrollan adicción.
En los últimos meses, los CDC han reportado un brote de lesiones pulmonares asociado al uso de cigarrillos electrónicos o vapeo (EVALI por sus siglas en inglés): la crifa asciende a 2,758 casos hospitalizados con daño pulmonar agudo debido a la utilización de vapeadores. Se han confirmado 64 muertos (hasta el 4 de febrero del 2020) en los 50 estados, el Distrito de Columbia y dos territorios estadounidenses (Puerto Rico y las Islas Vírgenes). 80% eran hombres menores de 35 años, algunos (82%) tenían el antecedente de haber utilizado aceite de Cannabis, pero otros no refirieron esta práctica. En los líquidos para vapeo y en el lavado bronquial de pacientes con EVALI se encontró acetato de vitamina E, por lo que se postula que éste juega un papel importante en el daño pulmonar (cdc, 2019; 2020).
El 19 de febrero del 2020 se publicó un decreto Presidencial que prohibe la importación de sean y de otros Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina (SACN) que se han comercializado como productos de tabaco calentado (DOF, 2020). Mientras esta información se hace del dominio público, consideramos que nuestra obligación como profesionales del área de la salud pública es proteger la salud de la población difundiendo evidencias científicas obre los peligros de la utilización de los SEAN.
¿Qué son los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN)?
Figura 1. Partes de un cigarrillo electrónico. Modificado de Cobb y Abrams, 2011.
El término sean ha sido utilizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este concepto pretende englobar todos aquellos dispositivos, diferentes al cigarro de tabaco, cuyo objetivo sea hacer que la nicotina llegue al organismo de quien la consume. Los sean liberan un aerosol mediante el calentamiento de una solución o e-líquido, que los consumidores inhalan (World Health Organization [WHO], 2016).
Estos artefactos están compuestos de una fuente de energía y una batería recargable, que calienta una resistencia en el interior de un tanque. Allí se vaporiza el líquido, el cual contiene, en general, nicotina y otras sustancias como propilenglicol, etilenglicol, glicerina, alcohol etílico, glicerol, colorantes, aromatizantes, saborizantes, solventes y aceites (ver figura 1). El “vapor” (en realidad lo que producen los SEAN es un aerosol, sin embargo por ser de utilización general, en el artículo utilizaremos la palabra “vapor”) generado se inhala a través de una boquilla para llegar directamente al aparato respiratorio. Los aerosoles producidos por los cigarrillos electrónicos pueden contener sustancias dañinas o potencialmente dañinas, incluidos metales pesados como el cromo, níquel, cadmio y plomo, compuestos orgánicos volátiles, partículas ultrafinas y químicos que causan cáncer como las nitrosaminas (National Academies of Sciences, 2018).
¿Qué tan grande es el impacto de los SEAN?
Desde su introducción en el mercado, el uso de estos dispositivos ha ido en aumento. Cifras del año 2016 en Estados Unidos (U.S. Department of Health and Human Services y Centers for Disease Control and Prevention, 2016) muestran que su popularidad se ha incrementado más de tres veces desde 2011, sobre todo en jóvenes estudiantes. Actualmente nos encontramos en la tercera generación de SEAN (ver figura 2). Aunque al inicio eran muy parecidos a los cigarrillos de tabaco, se fueron haciendo más grandes, similares a plumas y, finalmente, aparecen los grandes tanques.
Figura 2. En la figura se observa un cigarrillo electrónico desechable, muy parecido a los cigarrillos de tabaco, de la primera generación; posteriormente surgieron los dispositivos de tanque mediano y actualmente son muy populares los de tanque de gran tamaño, que pertenecen a la tercera generación. También se observan los cigarrillos electrónicos recargables que corresponden a los nuevos dispositivos de tabaco calentado. La pipa y el cigarrillo electrónico parecido a un puros son versiones distintas de los de primera generación. Modificado de National Institute on Drug Abuse (NIDA), 2020.
Como se mencionó, uno de los grupos más vulnerables ante estos dispositivos son los adolescentes y los adultos jóvenes, pues se sienten más atraídos a ellos debido a que se fomenta su consumo a través de diseños novedosos, tecnológicos, coloridos, socialmente aceptados, que disfrazan el daño y la adicción que pueden causar.
El inicio del hábito de fumar en edades más tempranas se asocia con una mayor dependencia de la nicotina, aminorando la probabilidad de dejar de hacerlo en el futuro (Colby et al., 2000). Además, dado que los cerebros de los adolescentes todavía no han completado su proceso de maduración resultan particularmente sensibles en comparación con los de los adultos (U.S. Department of Health and Human Services y Centers for Disease Control and Prevention, 2012).
El uso de estos dispositivos parece relacionado con ciertos factores sociodemográficos. Un estudio llevado a cabo en más de 60,000 estudiantes en Corea (Lee et al., 2019) reveló que los hombres tienen una prevalencia más alta en el uso de cualquier producto de nicotina que las mujeres. De igual forma, el consumo de los sean se asoció con variables como bajo rendimiento escolar y niveles de estrés moderados o elevados.
En los Estados Unidos, de acuerdo al National Youth Tobacco Survey 2018, la prevalencia de adolescentes que consumen estos nuevos sistemas de nicotina está a la alza. Se reporta que 20.8% de los adolescentes entre 16 y 19 años han utilizado alguno de estos sean en los 30 días previos a la encuesta, comparado con 11.7% reportado en 2017 (U.S Food & Drug Administration [US-FDA], 2018). Por otro lado, se estima que en 2015 el mercado mundial de los SEAN, solamente en Estados Unidos, representó cerca de 10 000 millones de dólares (Blecher, 2015).
El uso de los SEAN como estrategia de cese de tabaquismo
A pesar de que los SEAN se propusieron como una modalidad terapéutica para abandonar el hábito del tabaco (ASH, 2018), su eficacia es muy cuestionable. Incluso varios autores de estudios clínicos han manifestado un conflicto de intereses al respecto (Pisinger et al., 2019), además de que el diseño ha sido controvertido, pues su eficacia comparativa con terapias de reemplazo de nicotina no es mayor y la abstinencia a seis meses es baja.
Un ensayo clínico reciente, con 886 pacientes en el Reino Unido (Hajek et al., 2019), confrontó la eficacia de los cigarrillos electrónicos con terapias de reemplazo de nicotina, acompañados de asesoría psicológica. Los resultados revelaron casi el doble de eficacia en la abstinencia a un año: 18% en el grupo de cigarrillo electrónico comparado contra 9.9% en el grupo de terapia de reemplazo de nicotina (TRN). Sin embargo, en el grupo de cigarrillos electrónicos, 80% de los pacientes seguían utilizándolos al año de seguimiento (recordemos que la nicotina provoca adicción), comparado con 9% de los que todavía usaban terapia de reemplazo de nicotina en el mismo período.
En conclusión, las evidencias actuales no permiten visualizar a los SEAN como una buena opción para dejar de fumar. Por otra parte, ya existen medicamentos con eficacia y seguridad comprobadas para dejar de hacerlo, como las trn (parches y goma de mascar de nicotina), bupropión (tabletas antidepresivas) y vareniclina (medicamento de diseño).
¿Cuáles son los riesgos sanitarios asociados al uso de los SEAN?
En agosto del año 2019, los Centers for Disease Control and Prevention (2019) reportaron por primera vez 1479 casos de enfermedad pulmonar severa, relacionadas con el uso de los cigarrillos electrónicos, así como 33 personas muertas. Los pacientes desarrollaron síntomas respiratorios días o semanas previas a la hospitalización, como tos seca, dolor torácico y dificultad respiratoria. Todos los pacientes descritos en estos informes han tenido hallazgos anormales en los estudios de imagen, incluidos infiltrados pulmonares en la radiografía de tórax y opacidades en vidrio esmerilado en la tomografía computarizada de tórax (Layden et al., 2019; ver figuras 3 y 4).
Información complementaria sobre estos casos detallan que pacientes que habían logrado una mejoría aparente después de su estancia hospitalaria han tenido recaídas severas y necesidad de otra hospitalización en períodos que van de 5 a 55 días posteriores; todavía se desconocen las causas de dichas recaídas (Sun, 2019). Vardavas y colaboradores (2012) publicaron datos que confirman reacciones inflamatorias a corto plazo en el sistema pulmonar por el uso de los cigarrillos electrónicos, mientras que en un trabajo adicional se demostró inflamación pulmonar persistente a largo plazo (Shields et al., 2017).
No sólo el aparato respiratorio se ve comprometido por el uso de los SEAN, también el cardiovascular sufre consecuencias. En un estudio transversal de casos y controles de 42 participantes, en usuarios y no usuarios de cigarrillos electrónicos, se midieron tres parámetros de estrés oxidativo, entre los cuales destaca la oxidación de lipoproteínas de baja densidad (LDL) o “colesterol malo”. Se concluyó que dicho parámetro se encuentra significativamente elevado en los usuarios crónicos de cigarrillos electrónicos en comparación con los no usuarios, lo que indica un mayor riesgo del daño oxidativo y la oxidación de LDL, lo que predispone a aterosclerosis, conocida como “endurecimiento de las arterias” (Moheimani et al., 2017).
Asimismo, se sabe que los cigarrillos de tabaco están asociados con la agregación plaquetaria y la producción de trombos, procesos involucrados con el desarrollo de las enfermedades cardio y cerebrovasculares más comunes en nuestro país. Durante un estudio in vitro que evaluó la función plaquetaria (involucrada con los procesos de coagulación), se incubaron plaquetas con extracto de humo de cigarros de tabaco convencionales, extracto de humo cigarrillos electrónicos y nicotina pura. El resultado mostró que la agregación plaquetaria y los receptores de adhesión plaquetaria aumentaron después la incubación con extracto de humo con ambos cigarrillos, independientemente de la cantidad nicotina o la duración de la exposición (Hom et al., 2016), lo que sugiere que los SEAN pueden tener un papel importante en el desarrollo de infartos y embolias. Por otro lado, un artículo reciente comprobó que los fumadores duales, consumidores de cigarrillos electrónicos y cigarrillos de tabaco, tienen hasta 7 veces más riesgo de tener un infarto al miocardio comparativamente con los no fumadores (Bhatta y Glantz., 2019).
A pesar de la falta de evidencia científica de los posibles efectos deletéreos crónicos (es decir, exposición por largos períodos) en seres humanos, los científicos han probado modelos en animales para investigar algunos de ellos. Por ejemplo, un estudio llevado a cabo en Italia (Vivarelli et al., 2019) evaluó los efectos del vapor de un dispositivo de bajo voltaje lleno de un líquido libre de nicotina en las funciones testiculares de ratas, midiendo los niveles de ciertas sustancias tóxicas en el tejido testicular. Las ratas expuestas presentaron un peso testicular menor y aumento de los niveles de dhl, enzima indicadora de daño al tejido. También tuvieron niveles bajos de las enzimas encargadas de la síntesis de hormonas testiculares, así como un aumento de los niveles de radicales libres en el tejido testicular (marcadores directos de daño oxidativo).
La salud bucal tampoco está exenta de verse afectada por el uso de los SEAN. Como es de esperarse por el mecanismo de inhalación, todos los componentes del vapor entran en contacto con la mucosa oral y pueden tener efectos negativos. Se ha observado un crecimiento de hongos oportunistas como Candida albicans en la cavidad oral de pacientes expuestos al humo de los vapeadores (Alanazi et al., 2019).
De igual modo, se han reportado algunos accidentes con el uso de los s SEAN. Al utilizar una batería de mayor voltaje en los dispositivos de la tercera generación, pueden ser susceptibles de sobrecalentarse, explotar y generar daños severos en los usuarios. Hace poco se reportó la explosión de un dispositivo mientras estaba siendo utilizado por un joven de 16 años en Estados Unidos, ocasionándole múltiples laceraciones en la cara, pérdida de piezas dentarias y fractura de mandíbula (Katz y Russell, 2019; ver figura 5). En el Reino Unido doce pacientes fueron atendidos en un centro para pacientes quemados por los SEAN, diez de ellos sufrieron las quemaduras cuando no estaban usando el dispositivo y lo portaban en los bolsillos (Simpson, 2019).
¿Cuál es el impacto de los SEAN en la producción de tumores malignos?
El proceso de producción de cáncer pulmonar es tan complejo que puede tardar años. Primero, involucra la mutación del material genético de las células del epitelio bronquial: si estas células mutadas logran reproducirse y evadir los mecanismos de reparación del material genético y los de defensa del organismo, crecen y se transforman en un tumor maligno. Las evidencias del potencial carcinogénico del vapor de los SEAN en humanos todavía no se han podido recavar, ya que llevan relativamente poco tiempo en el mercado.
No obstante, algunas investigaciones han expuesto de forma repetida a roedores al vapor generado por SEAN y han mostrado que éste daña el material genético e inhibe los mecanismos de reparación de DNA en los pulmones y en la vejiga urinaria. En consecuencia, los roedores expuestos sólo a dicho vapor, todos los días durante un año, formaron tumores malignos en estas zonas (Galitovskiy et al., 2013; Tang et al., 2019). Los resultados son alarmantes si cosideramos que los usuarios de los SEAN también tienen una exposición crónica; sin embargo, hasta el momento es difícil predecir cuál es el riesgo de desarrollar cáncer en el humano.
Conclusiones
A pesar de la popularidad de los SEAN y del poco tiempo que se han utilizado, hasta el momento se han acumulado múltiples evidencias epidemiológicas, clínicas y científicas sobre su toxicidad y efectos dañinos en la salud de sus consumidores. No obstante, todavía se requiere más conocimiento acerca el tema, como en el impacto del “vapor de segunda mano” en los “vapeadores pasivos o involuntarios”.
En la actualidad, los hallazgos científicos concluyen que los SEAN no son una terapia segura y eficaz para dejar de fumar, pues, además de su baja eficacia, exponen al paciente a efectos adversos, diferentes o compartidos con el cigarro de tabaco convencional, que puedan llegar a potenciar los daños. Al equiparar las enfermedades causadas por cigarrillo de tabaco, que usualmente son crónicas –que requieren de muchos años de exposición–, los SEAN generan patologías agudas, pues aparecen después de días o semanas de exposición y además presentan datos que no concuerdan totalmente con descripciones previas, como es el caso del EVALI (CDC, 2020).
La aparición de los SEAN en el mercado mundial representa un reto de salud pública cuya solución parece complicada. Los mitos de su aparente “seguridad” han permitido una diseminación masiva a través de sitios de internet sin regulación, su gran aceptación por grupos poblacionales especialmente jóvenes, así como el despliegue de enormes recursos económicos y estrategias de mercadotecnia de las compañías y el involucramiento de grupos de la “sociedad civil” con conflictos de interés que promueven su uso. Por otra parte, la inmensa variedad de dispositivos, cada uno con componentes distintos, hace ardua su regulación, por lo que resulta prácticamente imposible hacerlo. De igual manera, esto provoca que se trate de un vehículo para inhalar otro tipo de sustancias como aceite de Cannabis y otras drogas.
Afortunadamente, el 19 de febrero de 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto presidencial que prohíbe la importación de cigarrillos electrónicos, lo que armoniza con la Ley de Control del Tabaco que prohibía su comercialización. Ya se empezó a hablar del mercado negro de SEAN, pero lo mismo ha ocurrido con los cigarros de tabaco, debido a su incremento de precio, y estudios recientes demuestran que se trata de un mito.
La salud pública tiene como objetivo principal proteger la salud de la población. En este caso por medio de la difusión de evidencias científicas, como las que mostramos, sobre los riesgos que representa el empleo de los SEAN, pues no son opiniones personales ni anécdotas. Una vez que la población cuente con estos datos podrá tomar decisiones informadas. Pero si nos preguntaras al respecto, definitivamente no te recomendaríamos el uso de los SEAN.
María Guadalupe Ponciano Rodríguez y Carlos Alberto Chávez Castillo
Profesora de Tiempo completo en el Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina, unam. Cuenta con un Doctorado en Investigación en Medicina por la escuela Superior de Medicina del ipn y es Experta Universitaria en Tabaquismo por la Universidad de Palmas de Gran Canaria, España. Actualmente es la Coordinadora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo y Jefa de la Sección Académica de Enseñanza. Profesora Titular de la asignatura “Manejo Clínico del paciente fumador”. Su área de interés es el tratamiento de las adicciones, especialmente del tabaquismo.
Egresado de la Licenciatura de Médico Cirujano en la Facultad de Medicina de la unam. Actualmente realiza su Servicio Social en el Programa de investigación y Prevención del Tabaquismo del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina, unam. Es ayudante de profesor de la materia optativa en línea “Manejo Clínico del paciente Fumador”.
Referencias
Alanazi, H., Semlali, A., Chmielewski, W. y Rouabhia, M. (2019). E-Cigarettes Increase Candida albicans Growth and Modulate its Interaction with Gingival Epithelial Cells. International Journal of Environmental Research and Public Health, 16(2), 294. https://doi.org/10.3390/ijerph16020294.
Action on Smoking and Health (ash). (2018, septiembre). ash factsheet: Use of e-cigarettes (vapourisers) among adults in Great Britain. https://fr.vapingpost.com/ wp-content/uploads/2018/10/ASH-Adult-e-cig-factsheet-2018-1.pdf.
Bhatta, N. D. y Glantz, A. S. (2019). Electronic use and myocardial infarction among adults in the US Population Assessment of Tobacco and Health [revocado]. Journal of the American Heart Association, 8(12). http://doi.org/10.1161/ JAHA.119.012317.
Blecher, E., Liber, A., Ross, H. y Birckmayer, J. (2015). Euromonitor data on the illicit trade in cigarettes. Tobacco Control, 24(1), 100-101. http://dx.doi.org/10.1136/ tobaccocontrol-2013-051034.
Butt, M. Y., Smith, L. M. y Tazelaar, D. H. (2019). Pathology of vaping-associated lung injury. The New England Journal of Medicine, 381, 1780-1781. https:// www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMc1913069.
Centers for Disease Control and Prevention (cdc). (2019). Outbreak of lung injury associated with E-cigarette use, or vaping. https://www.cdc.gov/tobacco/basic_ information/e-cigarettes/severe-lung-disease. html .
Centers for Disease Control and Prevention (cdc). (2018). Electronic cigarettes. What’s the bottom line? https://www.cdc.gov/tobacco/basic_information/e-cigarettes/ pdfs/Electronic-Cigarettes-Infographic-508.pdf.
Cobb, K. N. y Abrams, B. D. (2011). E-cigarette or drug-delivery device? Regulating novel nicotine products. The New England Journal of Medicine, 365, 193-195. https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/.
Colby, S. M., Tiffany, S.T., Shiffman, S. y Niaura, R. S. (2000). Are adolescent smokers dependent on nicotine? A review of the evidence. Drug and Alcohol Dependence, 59(1), 83–95. https://doi.org/10.1016/S0376-8716(99)00166-0.
Diario Oficial de la Federación (dof). (2020, 19 de febrero). Decreto por el que se modifica la tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5586899&fecha=19/02/2020.
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, Instituto Nacional de Salud Pública, Comisión Nacional Contra las Adicciones y Secretaría de Salud. (2017). Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017: Reporte de Tabaco.
Grana, R., Benowitz, N. y Glantz, A. (2014). E-cigarettes: A scientific review. Circulation, 129(19), 1972-1986. https://10.1161/CIRCULATIONAHA.114.007667.
Galitovskiy, V., Kuruvilla, S. A, Sevriokov, E., Corches, A., Pan, M.L, Kalantari-Dehaghi, M., Chernyavsky, A. I., Mukherjee, J. y Grando, S. A. (2013). Development of novel approach to diagnostic imaging of lung cancer with 18F-Nifene pet/ct using A/J Mice treated with nnk. Journal of Cancer Research and Therapeutics, 1(4), 128-137. ht tps://10.14312/2052-4994.2013-20.
Hajek, P., Phillips-Waller, A., Przulj, D., Pesola, F., Smith, K. M., Bisal, N., Li, J., Parrott, S., Sasieni, P., Dawkins, L., Ross, L., Goniewicz, M., Wu, Q., y McRobbie, H. J. (2019). A randomized trial of e-cigarettes versus nicotine-replacement therapy. The New England Journal of Medicine, 380, 629-37. https://doi.org/10.1056/NEJMoa1808779
Henry, S. T., Kanne, P. J. y Kligerman, J. S. (2019). Imaging of vaping-associated lung disease. The New England Journal of Medicine, 381, 1486-1487. https:// www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMc1911995.
Hom, S., Chen, L., Wang, T., Ghebrehiwet, B., Yin W. y Rubenstein, D.A. (2016). Platelet activation, adhesion, inflammation, and aggregation potential are altered in the presence of electronic cigarette extracts of variable nicotine concentrations. Platelets, 27(7), 694–702. https://doi.org/10.3109/09537104.2016.1158403.
Katz, M.G y Russell, K. W. (2019). Injury from E-Cigarette Explosion. New England Journal of Medicine, 380(25), 2460. https://doi.org/10.1056/NEJMicm1813769.
Layden, J., Ghinai, I., Pray, I., Kimball, A., Layer, M., Tenforde, M. W., Navon, L., Hoots, B., Salvatore, P.P., Elderbrook, M., Haupt, T., Kanne, J., Patel, M.T., Saathoff- Huber, L., King, B.A., Schier, J.G., Mikosz, C.A., Meiman, J., Layden, J., Ghinai, I., Pray, I., … Meiman, J. (2019). Pulmonary illness related to e-cigarette use in Illinois and Wisconsin—preliminary report. New England Journal of Medicine, 382,903-916. https://doi.org/10.1056/NEJMoa1911614.
Lee, A., Lee, K.S., Park, H., (2019). Association of the Use of a Heated Tobacco Product with Perceived Stress, Physical Activity, and Internet Use in Korean Adolescents: A 2018 National Survey. International Journal of Environmental Research and Public Health, 16(6), 965. https://doi.org/10.3390/ijerph16060965.
Libby, P., Nahrendorf, M. y Swirski, F. K. (2016). Leukocytes link local and systemic inflammation in ischemic cardiovascular disease: an expanded “cardiovascular continuum”. Journal of the American College of Cardiology, 67 (9), 1091–1103. https://doi.org/10.1016/j.jacc.2015.12.048.
Moheimani, R. S., Bhetraratana, M., Yin, F., Peters, K.M., Gornbein, J., Araujo J. A. y Middlekauff, H.R. (2017). Increased cardiac sympathetic activity and oxidative stress in habitual electronic cigarette users: implications for cardiovascular risk. jama Cardiology, 2(3), 278–284. https://doi.org/10.1001/jamacardio.2016.5303.
National Academies of Sciences, Engineering and Medicine. (2018). Public Health Consequences of e-cigarettes. The National Academies Press. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK507171/pdf/Bookshelf_NBK507171.pdf.
National Institute on Drug Abuse (NIDA). (2020, enero 16.) Cigarrillos electrónicos (e-cigs). https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/drugfacts/ cigarrillos-electronicos-e-cigs.
Ponciano-Rodríguez, G. y Pliego, R. C. (2016). El cigarillo electrónico. Mitos y Relidades. Revista Digital Universitaria, 17, 1-13. http://www.revista.unam.mx/vol.17/num4/art29/.
Shields, P.G, Berman M, Brasky T. M, et al. (2017). A review of pulmonary toxicity of electronic cigarettes in the context of smoking: a focus on inflammation. Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, 26(8), 1175– 1191. https://doi. org/10.1158/1055-9965.EPI-17-0358.
Simpson, L. (2019). Burns injuries from e-cigarettes kept in pockets. British Medical Journal, 364, 554. https://doi.org/10.1136/bmj.l554.
Sun, H., L. (2019, 11 de octubre). Some patients with vaping-related lung injuries are being hospitalized a second time. Washington Post. https://www.washingtonpost. com/health/2019/10/11/some-patients-with-vaping-related-lung-injuries-are-being-hospitalized-second-time/.
Tang, M.S, Wu, X.R., Lee, H.W., Xia, Y., Deng, M.F., Moreira, Andre, L., Chen, Lung- Chi, Huang, W. y Lepor, H. (2019). Electronic-cigarette smoke induces lung adenocarcinoma and bladder urothelial hyperplasia in mice. pnas, 116(43), 21727- 21731. https://doi.org/10.1073/pnas.1911321116.
U.S. Department of Health and Human Services y Centers for Disease Control and Prevention. (2012). Preventing Tobacco Use among Youth and Young Adults: A Report of the Surgeon General. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK99237/ pdf/Bookshelf_NBK99237.pdf.
U.S. Department of Health and Human Services y Centers for Disease Control and Prevention (2016). E-Cigarette Use Among Youth and Young Adults: A Report of the Surgeon General. U.S. Department of Health and Human Services, Public Health Service. https://e-cigarettes.surgeongeneral.gov/documents/2016_sgr_ full_report_non-508.pdf.
U.S Food & Drug Administration (us-fda). Results from 2018 National Youth Tobacco Survey show dramatic increment in e-cigarette use among youth over past year. https://www.fda.gov/tobacco-products/youth-and-tobacco/youth-tobacco-use-results-national-youth-tobacco-survey.
Vardavas, C. I., Anagnostopoulos, N., Kougias, M., Evangelopoulou, V., Connolly, G. N. y Behrakis, P. K. (2012). Short-term pulmonary effects of using an electronic cigarette: impact on respiratory flow resistance, impedance, and exhaled nitric oxide. Chest, 141(6), 1400-1406. https://doi.org/10.1378/chest.11-2443.
Vivarelli, F., Canistro, D., Cirillo, S., Cardenia, V. y Paolini, M. (2019, 1 de julio). Impairment of testicular function in electronic cigarette (e-cig, e-cigs) exposed rats under low-voltage and nicotine-free conditions. Life Science, 228, 53-65. https://doi.org/10.1016/j.lfs.2019.04.059.
World Health Organization (who). (2016, noviembre). Framework Convention on Tobacco Control. Conference of the Parts. Seventh Session. Delhi, India.
Zhu, S-H, Sun, J.Y., Bonnevie, E., Cummins, S. E, Gamst, A., Yin, L. Y Lee, M. (2014). Four hundred and sixty brands of e-cigarettes and counting: implications for product regulation. Tobacco Control, 23(3), iii3-iii9. http://dx.doi.org/10.1136/ tobaccocontrol-2014-051670.
El surgimiento de un nuevo virus que paralizara el quehacer y ritmo del mundo en menos de medio año sin que la ciencia lo pudiera resolver, generó en la población incertidumbre y temor, así como la propagación de información falsa, que se difunde en redes sociales, cadenas de WhatsApp y por supuesto, de persona a persona.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), está buscando desmentir los principales rumores acerca de la COVID-19 y ha buscado diferentes medios para proporcionar a la población información verdadera. Por ello, puso a disposición de los usuarios una página con orientación al público en general y donde se podrán encontrar las respuestas a algunos de los principales rumores que existe alrededor del tema como:
Actualmente no existe ningún medicamento para curar o prevenir la COVID-19. Aunque están en marcha varios ensayos de medicamentos, hasta el momento no se ha demostrado que la hidroxicloroquina ni ningún otro fármaco puedan curar o prevenir la COVID-19.
Añadir pimiento picante a la sopa u otras comidas NO previene ni cura la COVID-19. Su consumo no previene ni cura la COVID-19.
Las moscas domésticas NO transmiten la COVID-19. Hasta la fecha no existe ningún dato ni información que indique que las moscas domésticas puedan transmitir el virus causante de la COVID-19.
Pulverizar lejía (cloro) u otros desinfectantes sobre el cuerpo o introducirlos en el organismo no protege la COVID-19 y puede ser peligroso. Estas sustancias pueden ser tóxicas si se ingieren, y el contacto con ellas irrita y daña la piel y los ojos. La lejía y los desinfectantes deben utilizarse únicamente para la desinfección de superficies y siempre con las debidas precauciones.
Beber metanol, etanol o lejía NO previene ni cura la COVID-19 y puede ser extremadamente peligroso. El metanol, el etanol y la lejía son sustancias tóxicas: beberlas puede provocar discapacidad o incluso la muerte. Algunos productos de limpieza contienen metanol, etanol o lejía para eliminar el virus de las superficies, pero nunca deben beberse. No solo no destruirían los virus presentes en el organismo, sino que dañarían los tejidos y órganos internos.
Las redes 5G de telefonía móvil NO propagan la COVID-19. Los virus no se desplazan por las ondas electromagnéticas ni las redes de telefonía móvil. La COVID-19 se está propagando en numerosos países en los que no existe una red 5G.
DEMOSTRADO: Exponerse al sol o a temperaturas superiores a los 25o C NO previene la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Puede contraer la COVID-19, por muy soleado o cálido que sea el clima. Se han notificado casos de COVID-19 en países cálidos.
DEMOSTRADO: Puede recuperarse de la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Contraer el nuevo coronavirus NO significa que vaya a conservarlo de por vida. La mayoría de las personas que contraen la COVID-19 pueden recuperarse y eliminar el virus de sus cuerpos. Si contrae la enfermedad, asegúrese de tratar sus síntomas.
DEMOSTRADO: El hecho de poder contener la respiración durante diez segundos o más sin toser o sentir molestias NO significa que no tenga la enfermedad por coronavirus (COVID-19) o cualquier otra enfermedad pulmonar.
DEMOSTRADO: Beber alcohol no lo protegerá de la COVID19 y podría ser peligroso. El consumo frecuente o excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de sufrir problemas de salud.
El virus COVID-19 puede transmitirse en zonas con climas cálidos y húmedos. Las pruebas científicas obtenidas hasta ahora indican que el virus de la COVID-19 puede transmitirse en CUALQUIER ZONA, incluidas las de clima cálido y húmedo.
El frío y la nieve NO PUEDEN matar el nuevo coronavirus (2019-nCoV). La temperatura normal del cuerpo humano se mantiene en torno a 36,5° y 37°, con independencia de la temperatura exterior o de las condiciones meteorológicas. Por lo tanto, no hay razón para creer que el frío pueda matar el nuevo coronavirus o acabar con otras enfermedades.
Bañarse en agua caliente no previene la infección por el nuevo coronavirus. Bañarse en agua caliente no proporciona ninguna protección contra la COVID-19.
El nuevo coronavirus NO PUEDE transmitirse a través de picaduras de mosquitos. Hasta la fecha no hay información ni pruebas que indiquen que el 2019-nCoV pueda transmitirse por medio de mosquitos.
¿Se puede matar el nuevo coronavirus con un secador de manos? No. Los secadores de manos no matan el 2019-nCoV.
DEMOSTRADO: No deben utilizarse lámparas de luz ultravioleta (UV) para desinfectar las manos u otras zonas de la piel. La radiación UV puede irritar la piel y dañar los ojos.
REALIDAD: los termómetros sin contacto NO detectan la COVID-19 Los termómetros sin contacto resultan eficaces para detectar a personas con fiebre (es decir, con una temperatura corporal superior a la normal). Sin embargo, no permiten detectar a personas infectadas por el virus de la COVID-19.
Las vacunas contra la neumonía, ¿protegen contra el nuevo coronavirus? No. Las vacunas contra la neumonía, como la neumocócica y la vacuna contra Haemophilus influenzae de tipo B (Hib), no protegen contra el nuevo coronavirus.
¿Conviene enjuagarse regularmente la nariz con una solución salina para prevenir la infección por el nuevo coronavirus? No. No hay pruebas que indiquen que esta práctica proteja de la infección por el nuevo coronavirus.
¿Comer ajo puede ayudar a prevenir la infección por el nuevo coronavirus? El ajo es un alimento saludable que puede tener algunas propiedades antimicrobianas. Sin embargo, no se han obtenido pruebas de que comerlo proteja contra el virus que causa el brote actual.
El nuevo coronavirus, ¿afecta solo a las personas de edad o también puede afectar a las más jóvenes? El nuevo coronavirus (2019-nCoV) puede infectar a personas de todas las edades, si bien se ha observado que las personas mayores y las que padecen algunas enfermedades (como el asma, la diabetes o las cardiopatías) tienen más probabilidades de enfermarse gravemente cuando adquieren la infección.
¿Son eficaces los antibióticos para prevenir y tratar la infección por el nuevo coronavirus? No. Los antibióticos son eficaces contra las bacterias, pero no contra los virus. Puesto que el nuevo coronavirus (2019-nCoV) es un virus, no deben utilizarse antibióticos ni para prevenir ni para tratar la infección.
Estamos atravesando por un momento muy difícil a nivel mundial, en el que lo más importante es cuidar nuestra salud ante la pandemia por COVID-19 y algunas de las medidas que se han tomado para disminuir el ascenso de contagios son el distanciamiento social y el quedarse en casa, pero ¿de qué manera nos afecta la falta de contacto físico y qué podemos hacer al respecto?
Las personas somos seres sociables por naturaleza, ya que pasamos toda nuestra vida desarrollándonos en distintos contextos como el familiar, escolar, laboral y el de las relaciones sociales y sentimentales. El contacto físico es también una manera de comunicación, e incluso, de expresión de nuestras emociones. Los procesos de filiación están involucrados con la liberación de hormonas y neurotransmisores como la oxitocina, endorfinas, catecolaminas y vasopresinas, lo que nos produce sensaciones de bienestar y tranquilidad, disminuyendo los niveles de cortisol y los niveles de ansiedad.
La falta de contacto físico puede llevarnos a experimentar sensación de soledad, abandono, tristeza, ansiedad y altos niveles de estrés.
Sin embargo, la felicidad depende más de nuestra mente que del contacto físico, ya que, va más allá de las sensaciones que éste nos genera, es decir, la felicidad se basa en el sentido que le das a la vida, lo que es valioso sólo para ti y que la hace plena y satisfactoria. Generalmente está muy asociada al logro de metas personales, ya sea en el ámbito académico, laboral, social, familiar o espiritual, entre otros. Por lo que un ascenso laboral puede resultar igual o más placentero que una gran liberación de oxitocina por contacto físico.
Biológicamente, la felicidad está más relacionada con la liberación de dopamina y serotonina, a diferencia del contacto físico, estos dos neurotransmisores se activan al momento de experimentar autosatisfacción por el logro de una meta o a través de una actividad como hacer ejercicio, experimentando la emoción de la alegría o felicidad y lo que nos hace felices depende mucho de nuestras cogniciones, experiencias, creencias, pensamientos e interpretaciones que hacemos de la realidad, por ejemplo, si una situación que estamos viviendo en cierto momento la interpretamos como intolerable, experimentaremos mayor frustración, desesperanza o enojo.
¿Qué podemos hacer para sustituir la falta del contacto físico?
Podemos liberar y recibir oxitocina alentando a un amigo, haciéndole un cumplido, hacerlo sentir escuchado o consolándolo. Esto nos lleva a un doble beneficio, por un lado, la persona que escucha percibirá la sensación de haber hecho algo benéfico por alguien más, experimentando calma y tranquilidad; por el otro lado, la persona que lo recibe se sentirá valorada, reconocida, querida, comprendida y escuchada, generándole también sensaciones placenteras, parecidas al contacto físico y fortaleciendo nuestros vínculos más importantes. Puedes escribir cartas o hacer uso de las bellas artes para expresar tus emociones mediante la creatividad.
En estos momentos la tecnología puede ayudarte al tener una conversación, aunque ésta sea de manera virtual, puede fortalecer el vínculo con las personas significativas para ti, generando sentimientos y emociones de bienestar, reconocimiento, valoración y compañía. Así como las caricias, abrazos y apapachos a nuestras mascotas también liberan oxitocina, por lo que no debemos limitarnos a demostrarles nuestro afecto.
Con información de la Mtra. Claudia Erika Ramírez Avila, Investigadora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de Medicina, UNAM
En México nuestra dieta suele basarse en picante y algunas grasas, muchas personas llegan a presentar ‘agruras’ por esta situación, pero ¿te has preguntado realmente cómo es que ocurre este padecimiento y las complicaciones que puede llegar a generar?
El recorrido normal del alimento comienza en la boca, pasando por la faringe, el esófago y llegando al estómago donde es impregnado por una gran cantidad de ácido gástrico, como parte del proceso de digestión.
El reflujo es el retorno de esos alimentos, a veces es asintomático sin generar molestias y en otras ocasiones provoca síntomas como pirosis, a lo que comúnmente se le dice agruras y se manifiesta como una sensación de acidez; la regurgitación en el que si se experimenta un regreso con contenido alimentario dando pie a la rumiación en algunos pacientes, que mastican este contenido y lo vuelven a tragar.
¿Por qué se da el reflujo?
Las causas dependerán de si se trata de un bebé o niño pequeño, o de un adulto.
Las dos terceras partes de los recién nacidos pueden experimentar reflujo y el regreso del contenido de su estomago se manifiesta como vómito, sin embargo, en varios casos es completamente normal. En algunos niños mayores dependerá del tipo de alimentación al igual que en los adultos, si existe una hernia, o el problema de un esófago más corto que no se formó bien o alguna otra alteración del tracto digestivo.
Además, en éstos últimos también pueden asociarse otros factores de riesgo como la obesidad, pacientes con cirugías, en pacientes embarazadas, la presión que genera el abdomen abultado puede presionar el estómago y generar el regreso del contenido alimentario.
¿Cómo ocurre?
Nuestro sistema digestivo cuenta con un esfínter llamado Cardias que es un músculo en forma de aro y como una especie de válvula que permite el paso de los alimentos al estómago y se cierra para evitar que éstos se devuelvan, la fuerza con la que se cierra puede verse afectada por alimentos a los que el paciente sea intolerante, le provoquen irritación o que coma en exceso, como el picante, las grasas, la canela, menta, entre otros; al verse afectada la fuerza de este esfínter, puede haber pirosis o regurgitación.
¿Cuáles son los síntomas?
Algunas veces el paciente refiere acidez, dolor y algunos otros síntomas atípicos como tos por la misma acidez, lo que suele confundirse con infecciones respiratorias y en estos casos el uso de antibióticos puede empeorar el cuadro clínico, ya que el estomago resulta más irritado por estas sustancias. En otras ocasiones, el paciente puede experimentar reflujo cuando está dormido, la cantidad de ácido que regresa puede pasar a las vías respiratorias y al pulmón, generando a la larga quemaduras en el tejido pulmonar generando fibrosis o tos con flemas sin otra causa aparente.
La infección por Helicobacter Pylori puede provocar un exceso de ácidos en el estómago y disminución en la fuerza del esfínter Cardias, asociándose también al cáncer gástrico.
La acidez constante o crónica también puede generar quemaduras en el esófago que al cicatrizar van cerrando el espacio por el que pasan los alimentos, con lo cual en algunas ocasiones pueden quedarse atorados; además de desarrollar células cancerígenas en él.
El diagnóstico se realiza principalmente con la historia clínica y una endoscopía, con la que se revisa la fuerza del esfínter, la longitud del esófago y la posible existencia de complicaciones como quemaduras, úlceras y cicatrizaciones. De esta manera se puede tener la certeza del problema preciso para poder tratarlo.
Muy a menudo los pacientes suelen evadir la visita al médico y se auto medican con antiácidos, sin embargo, el estómago debe tener cierto grado de acidez constante; el abuso de estos medicamentos altera y disminuye ese grado, incrementando el riesgo de padecer cáncer gástrico. Además, algunos de ellos interfieren con la absorción de calcio, lo que también puede favorecer o empeorar un problema de osteoporosis.
Con información de la Dra. Elsa Aburto Mejía, Médica Internista, Profesora Titular del Departamento de Embriología y Ganética de la Facultad de Medicina, UNAM.