Nota: Pamela Gómez 
Ilustración: Jeremy Monroy 

Desde las ocho semanas de gestación se comienza a formar el prepucio, un segmento de la piel que tiene, entre otras funciones, la de proteger al glande de la orina, excremento y otras sustancias. 

La circuncisión es un procedimiento quirúrgico que consiste en eliminar esta parte del cuerpo para dejar al descubierto la punta del pene. Se realiza por varios motivos, pero principalmente para facilitar la limpieza en la zona. 

Aunque no se tiene totalmente definido el origen de la circuncisión, se han encontrado pinturas rupestres que datan de los años 20000 a 9000 a.C en Francia, donde se ilustra que ya se practicaba y se cree que era con la finalidad de mejorar o perjudicar el desempeño sexual, como ofrenda a los dioses o como signo del estatus social. 

Posteriormente, la religión judía la volvió una práctica común, ya que, según la Biblia (Génesis 17:9), Dios estableció un pacto con Abraham que contemplaba la circuncisión de todos sus hijos varones para poder perpetuar la bendición sobre su familia y descendientes. 

Actualmente, su procedimiento quirúrgico se ha perfeccionado y principalmente se realiza con fines de salud. Se recomienda que se realice dentro de las primeras 12 horas de nacido. Por lo regular, se emplea con algún medicamento anestésico, mientras que en personas adultas existen otras alternativas como el láser. 

Pese a que este procedimiento quirúrgico no es esencial para la salud de los niños, sí es recomendable, debido a que genera múltiples beneficios como, por ejemplo, la limpieza de los genitales y, a su vez, la prevención de infecciones de las vías urinarias, enfermedades de transmisión sexual (incluyendo vih y vph) y una menor incidencia de cáncer de pene. 

En muchas ocasiones, las personas deciden no someter a sus hijos a esta intervención ya que se cree que pierden sensibilidad en el glande, sin embargo, no se cuenta con ningún indicio de que ocasione que se pierda función o placer sexual. 

La decisión final dependerá de los padres o de cada persona, una vez que haya cumplido la mayoría de edad. Siempre y cuando se consideren los beneficios que ofrece y las complicaciones médicas que puede conllevar, como dolor o infección. Lo más importante es mantener la limpieza genital con o sin circunsición. 

Referencia: Dueñas G. O. (2015). Manual de obstetricia y procedimientos medicoquirúrgicos. McGraw-Hill Interamericana Editores. México. 

Dr. Ariel Vilchis Reyes, Responsable de Trabajo en Comunidad del Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina de la UNAM