La marihuana produce efectos muy gratificantes como el sentirse relajado, contento, divertido, reírse de todo; el sabor de los alimentos se vuelve mucho más agradable y las mujeres pueden sentirse sexualmente más excitadas. El principio activo que genera estos efectos se llama tetrahidrocannabidiol (THC) o Delta 9 y la intensidad de los efectos que produce la marihuana depende de la concentración de esta sustancia. Existen diferentes tipos de marihuana cuyas concentraciones de Delta 9 van del 1.4 al 2.4% pero se han documentado concentraciones del 14, 15% y algunos usuarios han señalado que hay hasta del 30%.

Existen dos tipos de consumidores, el experimentalista que solo prueba la marihuana contadas veces en su vida y no genera una dependencia a ella y el consumidor dependiente que puede llegar a consumir 3 o 4 carrujos diarios.

Generalmente el consumo de marihuana se desarrolla con mayor frecuencia en la etapa adolescente y adultos jóvenes, sin embargo, cuando el consumo se vuelve dependiente en una etapa anterior a los 20 años de edad, el cerebro presenta modificaciones en sus estructuras; en general, su alto consumo afecta al área de los recuerdos, de la toma de decisiones, se pierde inteligencia, por lo que se reduce el coeficiente intelectual. Provoca también daños hormonales, en la producción de espermatozoides, en los ciclos de ovulación, e incluso impotencia sexual.

Así como aprendemos los conocimientos generales escolares o un idioma, el cerebro aprende a funcionar bajo el efecto de la marihuana y esto crea la necesidad constante e intensa de consumirla para sentirse funcional y la carencia de ella genera síndrome de abstinencia.

El síndrome de abstinencia se caracteriza por taquicardia, confusión, sudoración, hiperventilación, temblor, frío, y el usuario sentirá que necesita consumir marihuana tan solo para vivir.

Además del Delta 9, la marihuana contiene otra sustancia llamada cannabidiol que extraída de manera aislada de la planta, ofrece la posibilidad de ayudar, en algunos casos, a mejorar las crisis epilépticas en niños a los cuales no les funcionan otros tratamientos tradicionales, no obstante, alrededor del 9% de la población que se tratado con cannabidiol han manifestado peores síntomas, por lo que el uso médico y terapéutico de la marihuana tiene aún mucho campo de investigación antes de que las sustancias que se extraen de ella sean prescritas por algún especialista.

 

Con información del Dr. Óscar Prospéro García, Responsable del Laboratorio de Canabinoides e Investigador Titular de tiempo completo del Sistema Nacional de Investigadores, Departamento de Fisiología de la UNAM / opg@unam.mx