Nota: Karen Hernández
Ilustración: Annete Segura

 

Este síndrome fue identificado por los doctores Heinrich Klüver y Paul Bucy mediante la extirpación bilateral de los lóbulos temporales en macacos, intentando determinar su función. Esto provocó que los macacos presentaran alteraciones en su conducta, como cambios emocionales, impulsos de explorar objetos con la boca, hiperdocilidad y un incremento sustancial en su apetito sexual. 

Como parte de los síntomas, se destacó que la conducta sexual se incrementó drásticamente al grado de tener actos sexuales homo y heterosexuales, incluso con distintas especies, además de hiperoralidad, todo se llevaban a la boca. Emocionalmente se volvieron menos expresivos, perdieron el miedo y la inhibición, provocando conductas arriesgadas. 

El síndrome de Klüver-Bucy en humanos se asemeja al descrito en monos, además de los problemas descritos en otras especies, también experimentan amnesia, demencia y alteraciones en su control verbal, dependiendo de la gravedad de la lesión en el lóbulo temporal. Realmente es muy raro en humanos y los casos reportados son pocos, principalmente originados como consecuencia de algún cáncer que afectó la amígdala en su totalidad, herpes, una fase tardía de Alzheimer, demencia fronto-temporal o cuando se tuvo que extirpar ambas amígdalas por tratar de mejorar un poco la calidad de vida de un paciente con epilepsia, pero nunca se presenta de manera natural y tampoco es hereditario. 

En 1955 se reporta el primer caso de Síndrome de Klüver-Bucy en humanos: un paciente de 19 años que había sido sometido a extirpación de ambos lóbulos temporales como tratamiento para epilepsia. Él presentó todas las manifestaciones relacionadas a Klüver-Bucy excepto la hiper oralidad. Desde entonces, sólo existen reportes ocasionales de este síndrome, por lo que se considera una patología rara.

Por medio de autopsias se ha identificado que la mayoría de las lesiones que existen en una persona con este síndrome se presentan en la corteza temporal anterior y medial, así como en la amígdala. El encéfalo tiene casi todas sus estructuras dobles y si solo se lesiona una, la otra puede compensar. Pero si se lesionan las dos amígdalas, se va a presentar síntomas de Klüver-Bucy.

¿Sabías que la afección de la amígdala (o núcleo amigdalino) puede llegar a perjudicar de manera significativa la conducta?

La amígdala tiene un papel clave en la regulación de las emociones y la expresión de éstas ante el medio que nos rodea. Es muy importante porque tiene conexiones a muchos otros núcleos del encéfalo, tales como la corteza orbitofrontal, el hipotálamo, el tálamo y el tallo cerebral. Como resultado de estas relaciones encontramos el procesamiento de estímulos olfatorios, regulación del apetito y, como ya lo mencionamos, la respuesta sexual. Por ello, si se llegan a afectar severamente, podría presentarse el Síndrome de Klüver-Bucy. 

 

Con información de la Doctora Alicia Castillo Martínez, Maestra en Ciencias Químicas, Coordinadora de Evaluación de la Licenciatura en Neurociencias, Facultad de Medicina de la UNAM.