Te imaginas que, al nadar, sudar o bañarte tu cuerpo se llenara de ronchas, se convertiría en un problema para poder llevar a cabo tus actividades cotidianas. Pues esto es una realidad, se trata de una enfermedad rara llamada urticaria acuagénica, es decir alergia al agua.

Es ocasionada cuando la piel está en contacto con el agua, independientemente de la temperatura o pureza que tenga. Comienzan a salir ronchas rojas por todo el cuerpo, principalmente en el cuello, pecho, hombros, brazos y espalda, acompañadas de una comezón intensa.

El problema puede surgir a los pocos minutos de haberse expuesto al agua, y van a desaparecer una vez que la piel se seca. A las personas que la padecen, se les recomienda un aseo de periodos menores a 10 minutos, con agua tibia, utilizando un sustituto de jabón y una vez que terminen, un secado inmediato por toda la piel.

En realidad, se desconocen los motivos que la causan, pero se cree que no es propiamente el agua la que la ocasiona, sino algún antígeno que se encuentra en ella, haciendo a la piel susceptible al contacto. Tiene mayor presencia en las mujeres durante la etapa de la pubertad.

El tratamiento consiste, entre otros, en el uso de medicamentos que inhiban a las células de la piel a liberar las sustancias que producen los síntomas, llamados antihistamínicos, antes de estar en contacto con el agua. Una alternativa puede ser utilizar sustancias aceitosas como la vaselina, que van a funcionar como método de barrera contra los líquidos. La fototerapia con rayos ultravioleta (UVB), también ha demostrados ser eficaz en algunos casos.

Aunque existen tratamientos para que estas personas puedan disminuir los efectos de esta alergia, por la rareza de la enfermedad aún son muy deficientes, por lo que es inevitable que interfiera en su calidad de vida, pues el agua es algo que está presente en nuestras actividades básicas de todos los días. Lo que significa que estas personas ni siquiera pueden disfrutar de un baño caliente, un día bajo la lluvia o nadar en una alberca, por más limpia que esté. ¿Te imaginas que difícil?

Con información de la Dra. Zamira Faride Barragán Estudillo / Académica de la Clínica Oncodermatología, Facultad de Medicina UNAM /zamira_barragan@hotmail.com / www.oncoderma.facmed.unam.mx