Sexting: Lo sensual sólo consensual

Sexting: Lo sensual sólo consensual

  • El sexting cambió la anacronía de las cartas por la sincronía e inmediatez de los medios electrónicos, permitiendo así experimentar la cercanía a distancia.

Nota: Abigail Moreno
Ilustración: Gabriel Espinosa

El término es un anglicismo como tal y sin traducción, un intento cercano sería “texteo sexual”. Se trata de una práctica en crecimiento, una manera de interactuar eróticamente con los demás. Implica protagonizar, compartir y admitir a través de medios electrónicos material de carácter sexual, ya sean audios, textos, fotos, videos o emojis.

Estudios internacionales en menores de 18 años señalan una incidencia de un 14 por ciento, en cuanto a enviar contenido, y un 27 en cuanto a recibir. En comparación, investigaciones en adultos jóvenes entre 18 y 29 años, muestran que un 38 por ciento envió y 42 por ciento recibió mensajes con material erótico o sexual.

Entre jóvenes es una conducta sexual normalizada en constante crecimiento; sus motivaciones son variadas, desde coquetear con una persona hasta cuestiones más profundas como la búsqueda de sentido de identidad y pertenencia.

En el confinamiento el contacto sexual se ha realizado de forma virtual en muchas ocasiones; alternativas como el sexting consensuado canalizan las fantasías y la excitación a través de una pantalla; asimismo, conductas como la autoexploración o la masturbación contribuyen a un desarrollo sexual pleno y sano.

Sin embargo, aun consensuado es una amenaza. Con un click, de un momento a otro, lo privado puede trascender a lo público. El protagonista está expuesto ante un contexto vulnerable: la transmisión a terceros de su contenido erótico con ánimos de extorsión (sextorsión) o de venganza (pornovenganza). El intercambio no consentido de una imagen o un video cedido en la intimidad vulnera sobre todo a mujeres e infantes, generando graves secuelas sociales que impactan en la salud mental.

Es importante no moralizar o romantizar esta práctica; en caso de que se desee realizar, tratar de hacerlo de forma segura, no omitiendo ciertas reglas como la protección de la identidad (ocultar el rostro o los rasgos únicos en las imágenes) y utilizar aplicaciones de mensajería con caducidad inmediata, que imposibilitan capturas de pantalla.

 

Con información de la Doctora Ana Carolina Rodríguez Machain, Académica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de Medicina de la UNAM. • Revista Digital +Salud FacMed

 

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¿Van Gogh padecía trastorno de bipolaridad?

¿Van Gogh padecía trastorno de bipolaridad?

Nota: Abigail Moreno
Ilustración: Gabriel Espinosa

 

Una expresión pictórica colorista con trascendencia tardía en el arte del siglo XX y una personalidad excéntrica reflejada en pinceladas bruscas, pero en trazos cortos.

Las cartas escritas de su puño constatan un ánimo inestable, un carácter inusual y múltiples episodios psicóticos en los últimos años de su vida. El Día Mundial del Trastorno Bipolar es conmemorado cada 30 de marzo en consideración al artista neerlandés Vincent van Gogh. La discusión continúa, una enorme cantidad de autores aún teorizan sobre la enfermedad del pintor, algunos sugieren que padeció trastorno bipolar (TBP), esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo de tipo bipolar, entre otros. El TBP es una patología neuropsiquiátrica mayor en la que el ánimo mani-fiesta episodios entre dos polos anímicos: episodios de elevación.

El TBP es una patología neuropsiquiátrica mayor en la que el ánimo manifiesta episodios entre dos polos anímicos: episodios de elevación del estado del ánimo (manía) y episodios depresivos. La combinación entre éstos motiva una clasificación de los diversos tipos y subtipos de Trastorno de Bipolaridad. Con frecuencia, se presenta por primera vez de forma manifiesta durante la tercera década de la vida, detonado por diversos componentes ambientales o genéticos. Entre un 40 y un 50 por ciento son inicialmente mal diagnosticados con otros padecimientos como esquizofrenia, depresión o trastorno límite de la personalidad; transcurren muchos años y los pacientes no suelen tener un abordaje adecua–do para su condición con todas las consecuencias que pueden ser esperables de ello.

La clasificación psiquiátrica del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición, reconoce nueve subtipos del trastorno bipolar, sin embargo, existen dos clasificaciones principales, por una parte el tipo I (TBP I) caracterizado por episodios de manía franca con o sin episodios depresivos; por otra, el tipo II (TBP II) que se distingue por la presencia de episodios depresivos de moderados a graves, alternados con episodios de hipomanía.

La principal diferencia entre los dos tipos es la gravedad de los síntomas maníacos. En el primero, la durabilidad e intensidad de los síntomas repercute impidiendo la funcionalidad; en muchos casos, es necesario el manejo intrahospitalario para controlar el episodio, mientras que en el segundo, los síntomas tienen una menor duración e intensidad y el deterioro de la funcionalidad es menos significativo, por lo que muchas veces la hipomanía pasa desapercibida tanto para pacientes como familiares y solamente se logra evidenciar en la consulta médica a través de un interrogatorio intencionado.

La comorbilidad psiquiátrica describe la ocurrencia simultánea de dos o más trastornos en un individuo. En pacientes con TBP es común desarrollar otras afectaciones de salud mental en un 50 o 70 por ciento, como trastornos de ansiedad, alimenticios y consumo de drogas. Este último se presenta en un 40 a 70 por ciento de los casos.

En el mundo cada año unas 800 mil personas terminan con su vida a través del suicidio; en al menos el 90 por ciento existe algún trastorno mental asociado, según la Organización Mundial de la Salud. Un aspecto siempre preocupante y que resalta la necesidad de un tratamiento y monitoreo adecuados, es la prevalencia de prácticas suicidas entre los pacientes con bipolaridad, la cual es tres veces mayor en comparación con otras patologías.

En cuanto a Vincent van Gogh, el debate constante alrededor de su diagnóstico psiquiátrico obedece a que la naturaleza de su pensamiento, la intensidad de sus crisis y el deterioro evidente en su funcionamiento denotan un trastorno discordante al trastorno bipolar o a la esquizofrenia. Las manifestaciones presentadas apuntan más hacia un esquizoafectivo de tipo bipolar, con síntomas de manía y depresión, acompañados de psicosis, o bien, a veces sólo psicosis.

Van Gogh murió al ocaso de sus treinta a causa de una lesión con arma, dos días atrás caminó por el campo, en medio del lugar, disparó a su pecho.

 

Con información de la Doctora Ingrid Vargas Huicochea, Especialista en Psiquiatría, Académica y Coordinadora de Investigación en el Depar–tamento de Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de Medicina de la UNAM

 

 

Enfermedades raras

Enfermedades raras

Nota: Abigail Moreno
Ilustración: Antonio Enríquez 

Cada año, bisiesto o no, el último día del mes de febrero, es conmemorado el “Día Mundial de las Enfermedades Raras” con el objetivo concientizar y sensibilizar a la sociedad sobre el impacto de afecciones poco comunes en pacientes, familiares, e incluso, en los mismos sistemas de salud pública, así como los problemas que representa la falta de financiamiento para el desarrollo de investigación científica.

El concepto de enfermedad “rara” es acuñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para agrupar ciertos padecimientos que se caracterizan por su baja prevalencia (número de personas viviendo con una enfermedad) e incidencia (número de nuevos diagnósticos) en determinado espacio-temporal.

Las enfermedades raras, tienen un origen genético en el 80 por ciento de los casos; no obstante existen otras en las que el origen es de tipo infeccioso o degenerativo; incluso a la fecha, se desconoce cómo iniciaron muchas de estas enfermedades. En un 50 por ciento, la sintomatología aparece durante la edad pediátrica, en otros surgen en la edad adulta, donde se manifiestan como padecimientos agudos, crónicos y progresivos. Aún cuando no existe un criterio científico estandarizado para su clasificación, una gran cantidad de expertos estipulan que el número de enfermedades “raras” en el mundo es de 9 mil.

Las estimaciones varían, en parte, porque los países tienen diferentes definiciones en términos demográficos y métodos estadísticos, en México, de acuerdo con la Ley General de Salud en los artículos 224 BIS y BIS I, se considera a una enfermedad como “rara”, desde una perspectiva poblacional, cuando ésta afecta a no más de 5 de cada 10 mil habitantes.

En nuestro país, en el último listado publicado por Consejo de Salubridad General (CSG) en 2018 son reconocidos en el Registro Nacional de Enfermedades Raras veinte padecimientos poco comunes entre los que se encuentra la Fibrosis Quística, una enfermedad genética con alto índice de mortalidad.

Según datos de la Federación Mexicana de Enfermedades Raras (FEMEXER), alrededor de 7 millones de mexicanos padecen una de estas enfermedades, mientras que para COFEPRIS son 8 millones. En el mundo representan el 7 por ciento, de acuerdo con la OMS.

El principal reto para reducir el impacto de las enfermedades raras es el diagnóstico, pese a las más de 200 pruebas genéticas de sangre y de otros tejidos disponibles para detectar dichos trastornos, un paciente y su familia, en promedio, tienen que invertir entre seis y ocho años en revisiones médicas distintas para conseguir uno, en consecuencia, el tratamiento es postergado y por lo tanto aumenta el grado de lesión, las comorbilidades y la discapacidad. 

Aún con los frecuentes avances en la comprensión de varias enfermedades raras, datos de la OMS señalan que para 4 mil de estas enfermedades no existe aún un tratamiento farmacológico efectivo, dado que son objeto de poca investigación y producción por la falta de financiamiento y a algunas iniciativas de colaboración.

En países en desarrollo, en el ámbito de los sistemas de salud, los pacientes con este grupo de enfermedades representan un importante gasto económico debido a su necesidad de atención especializada, es por eso que desde hace varias décadas se han desarrollado múltiples estrategias en todo el mundo para incentivar la investigación genética.

Este día fue organizado en el año 2008 por la Organización Europea de Enfermedades Raras para aumentar la concientización en torno al tema, desde entonces, más de 70 países lo conmemoran, además nuevas y diversas organizaciones no gubernamentales de apoyo aparecieron a lo largo de todo el mundo; hasta la fecha existen más de 500.

En México, desde el 2011 fue creada la Federación Mexicana para Enfermedades Raras y posteriormente, en 2013 la Asociación Mexicana de Enfermedades Lisosomales.

 

REFERENCIAS

  • Carbajal, Rodríguez, L. (2015). Enfermedades raras. Revista Mexicana de Pediatría Vol. 82, No. 6, pp 207-210. Disponible en: <https://cutt.ly/HjjLE2m>
  • Gobierno CDMX. (2020). Medicamentos huérfanos y enfermedades raras. Boletín Vol. 1, pp 01-18. Disponible en: <https://cutt.ly/KjjCy73>
  • Organización Mundial de la Salud. (2012). Unidos para combatir las enfermedades raras. Boletín Vol. 90, No. 6, pp 401-476. Disponible en: <https://cutt.ly/FjjZMCN
  • S.A. (2019). Día internacional de las enfermedades raras. Igualdad, Equidad y Respeto a la Diversidad. Disponible en: <https://cutt.ly/yjjZcuS>
  • Secretaría de Salud. (2017). ¿Qué son las enfermedades raras? Boletín. Disponible en: <https://cutt.ly/sjjXWrX>
  • Senado De La República. (2017). Iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforma y adiciona un segundo párrafo al artículo 224 bis y un segundo párrafo al artículo 224 bis1 ambos de la ley general de salud en materia de medicamentos huérfanos. Gaceta del Senado LXIII/3PPO-12/75316. Disponible en: <https://cutt.ly/wjjCboW>

 

El amor en tiempos de COVID-19

El amor en tiempos de COVID-19

Nota: Abigail Moreno
Ilustración: Gabriel Espinosa

¿Cuándo terminará? La pandemia nos sitúa ante una experiencia inédita tanto a nivel colectivo como individual. Cada vez invertimos más tiempo en casa entre cuatro muros; a la vez, la cercanía distante asoma una sombra de tensión en nuestras dinámicas de pareja y acentúa conflictos latentes. El aislamiento nos cambió el amor.

Amor de lejos…

¿Un abrazo? ¡Imposible! Hace un año comenzó la distancia social, cientos de amantes alrededor del mundo decidieron rechazar con sensatez cualquier encuentro y tener una relación a distancia. Así, sin previo aviso las redes sociales están dando un giro en la forma en la que se conectan los sujetos en sus relaciones personales y, por supuesto, amorosas; en ellas, mantienen e incrementan la comunicación con el otro, sin aún lograr sustituir al contacto físico.

Un romance se edifica entre convivencias y experiencias conjuntas: la tecnología posibilita compartir y conservar el vínculo en estos momentos pandémicos en los que es necesario separarse. El contacto no se limita a conversaciones, sino a diferentes actividades en conjunto; quizás no es posible compartir el espacio, pero sí el tiempo. Sin dejar de lado los acuerdos y límites en todo aspecto de esta nueva normalidad, aquella que nos ha traído formas diferentes de comunicarnos, con el reto de mantener nuestros espacios y relaciones saludables.

Las parejas deben recordar y entender a la cuarentena como un evento externo a su control. Tomar conciencia de que existen situaciones que no se pueden cambiar, tan sólo se debe aceptar y tener presente: “no sólo me ocurre a mí, también a otros”. La pregunta no es ¿cuándo volveremos a vernos?, sino ¿cuándo volveremos a estar en el mismo lugar? Aún no existe una idea certera del futuro; en lo que llega, el contacto deberá continuar entre el texto, las notas de voz y los encuentros en videollamadas.

¿Mucho tiempo juntos?

“Quédate en casa”, la llamada al confinamiento desató que miles de personas en sus centros educativos y laborales se ataran a monitores en casa. El confinamiento obligó a los amantes a coexistir, a conocerse de otro modo y a compartir de forma diferente.

Asimismo, el aislamiento enfatiza el estrés del trabajo, el hogar, el amor y, en algunos casos, la crianza; además, la ansiedad e incertidumbre afines a la sensación de pérdida de la libertad, haciendo usual que algunas personas se vuelvan más reactivas que otras. En un escenario ordinario, cuando una pareja enfrenta una riña, toman un respiro al salir de casa; en cambio, ahora es difícil evitar al otro en un lugar limitado y viene el cuestionamiento: “¿cómo dialogar sin discutir?”.

En lo cotidiano, en cualquier momento, por cualquier motivo, el conflicto es normal: desde encontrar una taza fuera de su lugar hasta hallar la casa en completo desorden. Entonces, es conveniente tomar un segundo y razonar: “¿debería enojarme?”, “¿será para tanto?”. Por ello, resulta esencial construir un ambiente de confianza en el que ambos sientan comodidad al externar emociones o pensamientos del día a día; es una oportunidad para mejorar la comunicación.

También, es necesario establecer límites entre el espacio individual y común, evitando condiciones de monotonía o saturación. Tener momentos de soledad es la clave para mantener un balance y disfrutar de mejor manera los momentos en pareja.

¿Cómo cuidar mis relaciones?

No existe una receta secreta, pero una base construida a través de conectar y entablar una conversación, el excavar en “¿qué me ocurre y qué nos ocurre?”, sería un buen comienzo. “¿Qué esperas de mí y qué espero de ti?”, exteriorizar las incomodidades es un primer paso para generar un cambio. En algunas parejas la carencia de comunicación termina en “exigencias ocultas”, es decir, expectativas que nunca se cumplen porque no se externaron, dejando a su paso un sentimiento de incomprensión.

Ahora lo que nos toca es un periodo de adaptación para reaprender en las dinámicas de pareja ante estos nuevos escenarios. Así fue como el aislamiento nos cambió el amor.

Con información de la Doctora Mariana Rodríguez Lugo, Psicóloga en el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de Medicina de la UNAM

¿Sabes qué es el Síndrome de Asperger?

¿Sabes qué es el Síndrome de Asperger?

Nota: Abigail Moreno
Ilustración: Gabriel Espinosa

Con el objetivo concientizar y sensibilizar a nuestra sociedad sobre el impacto de una condición cada más visible, el Día Internacional del Síndrome de Asperger es conmemorado cada 18 de febrero desde 2007 en memoria a Hans Asperger (1906-1980), Médico Pediatra e investigador de origen austriaco, quien identificó ciertos rasgos de la conducta infantil en 1994.

De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales en su Cuarta Edición, es considerado como uno de los Trastornos Generalizados del Desarrollo, no obstante, en la Quinta Edición se establece como uno de los Trastornos del Espectro Autista, siendo así más inclusivo en los síntomas asociados a esta condición, lo que permite que más individuos lleguen a verse identificados.

Los Trastornos del Espectro Autista se caracterizan por una serie de anomalías o alteraciones neurobiológicas implicadas en la conducta social, un déficit en la capacidad de comenzar y mantener comunicación e interacción social, así como ciertos patrones de comportamiento repetitivo y riguroso.

En el marco de la Ley General para la Atención y Protección a Personas con la Condición del Espectro Autista, publicada en el Diario Oficial de la Federación de México el 30 de abril de 2015, se revela que uno de cada 300 infantes se enfrenta con el espectro, y año con año se registran más de 6 mil nuevos casos.

En los últimos años unos cuantos investigadores y especialistas consideran al Síndrome de Asperger como Autismo de Alto Funcionamiento, debido a la falsa creencia de que los individuos no presentan problemas en el funcionamiento cognitivo. Sin embargo, no es conveniente generalizar, existen individuos con o sin un diagnóstico y un tratamiento, con un desempeño cognitivo inferior, igual o superior a la media.

Aunque es cierto que quienes presentan esta condición llegan a mostrar una magnífica memoria, suele ser selectiva a intereses restringidos, por ejemplo, infantes en edades tempranas tienen la capacidad de recordar los nombres de los dinosaurios, sin embargo, esto no los convierte en superdotados porque la inteligencia involucra otras áreas del funcionamiento.

Los individuos con Síndrome de Asperger tienden a encontrar el mundo caótico o confuso, su mente es rígida, lógica y literal, esto se traduce en una gran dificultad para entender cuando los demás se expresan utilizando el lenguaje figurado o el lenguaje corporal, lo que ocasiona que puedan llegar a sentirse excluidos.

En estos déficits destaca una disminuida capacidad para la reciprocidad emocional o para establecer relaciones afectivas. Una situación común es que se les considere egoístas al manifestar conductas o expresiones carentes de empatía, sin filtro o sin congruencia en determinado contexto social.

En algunos casos el diagnóstico surge en virtud de la existencia de otro familiar con la misma condición, cuando en retrospectiva son analizadas y comparadas ciertas conductas. La valoración es clínica e involucra a diferentes disciplinas, consiste entre otras cosas, en instrumentos de evaluación realizados mediante entrevistas, así como observación con el objetivo de construir un perfil no sólo del funcionamiento cognitivo, sino también del funcionamiento en otras áreas.

En estos individuos es común encontrar comorbilidades o condiciones secundarias como ansiedad o depresión u otros trastornos como déficit de atención e hiperactividad, incluso otras manifestaciones físicas como problemas gastrointestinales o una constancia de alergias a ciertos alimentos. Esto representa que su tratamiento no sea universal, la intervención comprende una serie de especialistas, así como de la familia y la escuela.

El Síndrome de Asperger se manifiesta durante el desarrollo, en la infancia temprana, sin embargo, entre menos intensos son estos síntomas, tanto padres como pediatras tienden a normalizar conductas considerándolas como etapas, por ejemplo, cuando un niño muestra marcado interés en comer ciertos alimentos o jugar con ciertas cosas; también tienden a asumir dichas conductas como una alteración en la crianza o una carencia de límites, incluso son confundidas con berrinches, por tal motivo es notorio más tarde, en un estado más avanzado, cuando las demandas sociales comienzan a tomar relevancia en el individuo y necesita un respuesta al por qué de su comportamiento.

En nuestro país, aún cuando no existe una estimación exacta, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) refiere al menos la existencia de 45 mil infantes con esta condición, además se considera una estadística en crecimiento en virtud de la erradicación de estigmas gracias a la información, así como los nuevos centros para su diagnóstico y tratamiento.

Con información de la Doctora Laura Barrientos Nicolás, académica en el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina UNAM. Especialista en Psiquiatría en el Instituto Nacional de Psiquiatría “Dr. Ramón de la Fuente Muñiz” y Psiquiatría en la Infancia y Adolescencia en el Hospital Psiquiátrico Infantil “Dr. Juan N. Navarro”.