¿Qué es el síndrome de clase turista?

¿Qué es el síndrome de clase turista?

También conocido como trombosis venosa profunda del viajero, es una condición médica que afecta a algunas personas que realizan viajes de larga duración. Fue nombrado así en 1977 después de que se observaron casos en este grupo de viajeros. A continuación, se presentan datos sobre la incidencia, factores de riesgo y medidas preventivas relacionadas con este padecimiento. 

 

Incidencia:

  • En términos generales, se registra una incidencia de tres eventos de trombosis por cada mil viajeros anualmente.
  • El riesgo cardiovascular aumenta en función de la duración del viaje, siendo más notorio en vuelos extensos.
  • Se observan 215 casos por cada millón de personas en vuelos de más de cuatro horas.
  • En vuelos que superan las 16 horas, la incidencia se eleva a 740 casos por millón.

 

Factores de riesgo:

  • La realización de múltiples vuelos en un período corto aumenta el riesgo.
  • Las personas adultas jóvenes, especialmente las mujeres que consumen anticonceptivos orales, son más susceptibles.
  • Se considera relevante la altura, con mayor riesgo en individuos menores de 165 cm y mayores de 185 cm.
  • El sobrepeso y la obesidad contribuyen significativamente al riesgo de trombosis relacionada con vuelos.
  • Viajeros con hipertensión, diabetes, artritis, insuficiencia renal o VIH representan el 40 por ciento de los casos de trombosis.
  • Personas que han tenido cirugías recientes, fracturas o múltiples lesiones constituyen un tercio de los casos.

 

Medidas de prevención:

  • Combatir la deshidratación, ya que el ambiente de la cabina, caracterizado por su sequedad y baja temperatura, aumenta el riesgo.
  • Limitar el consumo de bebidas alcohólicas y cafeinadas, ya que contribuyen al riesgo de trombosis.
  • Evitar periodos prolongados de sueño durante el vuelo, especialmente si se duerme junto a la ventanilla.
  • Realizar ejercicios de movimiento en el asiento para prevenir la inmovilidad prolongada.
  • En algunos casos, se pueden considerar fármacos como heparinas de bajo peso molecular o anticoagulantes orales. La aspirina no siempre es efectiva en esta situación.
  • El uso de medias de compresión de grado medio o elevado puede ser beneficioso como medida preventiva.

 

En conclusión, el Síndrome de Clase Turista es una preocupación relevante para las personas viajeras de vuelos largos. Con una comprensión adecuada de los factores de riesgo y la adopción de medidas preventivas, es posible reducir significativamente la probabilidad de desarrollar trombosis venosa profunda durante el viaje.

 

 

Con información del Dr. Jorge Baruch Díaz Ramírez, Responsable de la Clínica de Atención Preventiva del Viajero (CAPV////+)

Todo lo que debes saber sobre la hepatitis A y cómo protegerte

Todo lo que debes saber sobre la hepatitis A y cómo protegerte

Nota: Brenda Portillo
Ilustración: Gabriel Espinosa 

La hepatitis A es una infección hepática común en México causada por el virus de la hepatitis A (VHA). Se ha identificado que existen grupos de riesgo más propensos a esta enfermedad, como personas viajeras, consumidoras de drogas, con enfermedades hepáticas crónicas y VIH, que se encuentran en asilos y guarderías,  personal de salud y hombres que tienen sexo con hombres. 

Los síntomas iniciales de la hepatitis A suelen aparecer alrededor de un mes después de la infección e incluyen fatiga, náuseas, vómitos, falta de apetito, fiebre y dolor abdominal en el cuadrante superior derecho. A medida que pasa el tiempo, pueden surgir otros signos como orina oscura (bilirrubinuria), heces pálidas (carentes de pigmento bilirrubínico), ictericia (tinte amarillo en la piel) y prurito (sensación de picazón). El periodo de incubación puede durar de 15 a 45 días, dos semanas antes de iniciar con síntomas y hasta una semana después de la aparición de la ictericia, las personas son altamente contagiosas, por lo que se recomienda el aislamiento hasta que la fiebre y la ictericia hayan desaparecido.

Cabe destacar que no existe un tratamiento específico contra el virus de la hepatitis A, por lo que el manejo de la enfermedad se centra en cuidados en casa, que incluyen descanso. En la mayoría de los casos, la enfermedad tiende a mejorar por sí sola. Aproximadamente seis meses después de contraer la infección, se experimenta una mejoría completa sin secuelas hepáticas. Durante el período de recuperación, se recomienda evitar el consumo de alcohol y ciertos medicamentos, como el paracetamol, a menos que sea indicado por un médico.

Con el fin de prevenir la propagación de la hepatitis A, se han establecido diversas medidas preventivas. Estas incluyen evitar el contacto directo al saludar, mantener una adecuada higiene de manos, especialmente después de ir al baño, cambiar pañales, tocar la basura o ropa sucia, así como antes de preparar alimentos y comer. También se recomiendan medidas de higiene y sanidad al preparar y conservar los alimentos, incluyendo el consumo de leche pasteurizada, lavado y desinfección de frutas y verduras, almacenar los alimentos a temperaturas adecuadas (4,4ºC o menos en el refrigerador y el congelador a no más de -17,8ºC), separar alimentos crudos de los cocidos, evitar guardar alimentos preparados por tiempo prolongado, lavar los utensilios después de su uso, así como, preferir locales de comida establecidos y comida caliente.

Además, la vacunación contra el virus de la hepatitis A es una medida efectiva para prevenir la enfermedad. Se recomienda un esquema de dos dosis en niños a partir de los doce meses y de dos o tres dosis en adultos con factores de alto riesgo.

 

REFERENCIAS:

GPC Diagnóstico y tratamiento de la hepatitis A. México. Secretaría de Salud, 2009

REVISIÓN: 

Dr. Jorge Baruch Díaz Ramírez, Jefe de la Clínica del Viajero de la Facultad de Medicina de la UNAM 

 

 

Salud en riesgo: el impacto de la ceniza volcánica

Salud en riesgo: el impacto de la ceniza volcánica

Nota: Pamela Gómez
Ilustración: Gabriel Espinosa

La ceniza volcánica está constituida por fragmentos de roca, minerales y vidrio volcánico. Su tamaño varía de manera importante: las partículas pueden ser tan grandes como granos de arena o tener tamaños menores a 2.5 micras. Las partículas más grandes se quedan atrapadas en la nariz y la garganta, mientras que las más pequeñas pueden llegar hasta los alvéolos, que son la parte más fina del aparato respiratorio.

Las cenizas volcánicas son abrasivas, no se disuelven en agua y también pueden contener gases generados durante la erupción volcánica, como dióxido de carbono y dióxido de azufre. Este último, en contacto con el agua, puede formar ácido sulfúrico, el cual es sumamente irritante.

La exposición a la ceniza volcánica puede generar una serie de problemas de salud debido a su composición y características, tales como:

  • Irritación de las vías respiratorias: causando congestión nasal, rinorrea (secreción nasal), tos, dificultad para respirar, irritación y dolor de garganta.
  • Problemas pulmonares: en personas con enfermedades respiratorias preexistentes, como el asma, la bronquitis y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), estas condiciones pueden empeorar.
  • Problemas oculares: irritación y daño en los ojos, incluyendo conjuntivitis, ojo seco y sensibilidad a la luz. También puede haber lagrimeo, sensación de tener una partícula extraña, secreción, enrojecimiento y, en casos extremos, abrasiones en la córnea.
  • Problemas dermatológicos: irritación de la piel, alergias y dermatitis.
  • Problemas gastrointestinales: la ingesta accidental de ceniza volcánica o el consumo de agua contaminada con la misma puede causar malestar estomacal, náuseas, vómitos y diarrea.

Las personas que fuman son más susceptibles a desarrollar síntomas respiratorios (como sibilancias, tos seca y producción de secreciones) cuando se exponen a las cenizas.

Los efectos en la salud pueden variar dependiendo de la composición química de la ceniza, la intensidad de la exposición y la susceptibilidad individual.

Si te encuentras en una zona afectada por la ceniza volcánica, es fundamental seguir las indicaciones y recomendaciones de las autoridades sanitarias locales para proteger tu salud.

 

Con información de la Dra. Guadalupe Ponciano, Académica del Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina UNAM

¿Cómo surge y por qué se practica la circuncisión?

¿Cómo surge y por qué se practica la circuncisión?

Nota: Pamela Gómez 
Ilustración: Jeremy Monroy 

Desde las ocho semanas de gestación se comienza a formar el prepucio, un segmento de la piel que tiene, entre otras funciones, la de proteger al glande de la orina, excremento y otras sustancias. 

La circuncisión es un procedimiento quirúrgico que consiste en eliminar esta parte del cuerpo para dejar al descubierto la punta del pene. Se realiza por varios motivos, pero principalmente para facilitar la limpieza en la zona. 

Aunque no se tiene totalmente definido el origen de la circuncisión, se han encontrado pinturas rupestres que datan de los años 20000 a 9000 a.C en Francia, donde se ilustra que ya se practicaba y se cree que era con la finalidad de mejorar o perjudicar el desempeño sexual, como ofrenda a los dioses o como signo del estatus social. 

Posteriormente, la religión judía la volvió una práctica común, ya que, según la Biblia (Génesis 17:9), Dios estableció un pacto con Abraham que contemplaba la circuncisión de todos sus hijos varones para poder perpetuar la bendición sobre su familia y descendientes. 

Actualmente, su procedimiento quirúrgico se ha perfeccionado y principalmente se realiza con fines de salud. Se recomienda que se realice dentro de las primeras 12 horas de nacido. Por lo regular, se emplea con algún medicamento anestésico, mientras que en personas adultas existen otras alternativas como el láser. 

Pese a que este procedimiento quirúrgico no es esencial para la salud de los niños, sí es recomendable, debido a que genera múltiples beneficios como, por ejemplo, la limpieza de los genitales y, a su vez, la prevención de infecciones de las vías urinarias, enfermedades de transmisión sexual (incluyendo vih y vph) y una menor incidencia de cáncer de pene. 

En muchas ocasiones, las personas deciden no someter a sus hijos a esta intervención ya que se cree que pierden sensibilidad en el glande, sin embargo, no se cuenta con ningún indicio de que ocasione que se pierda función o placer sexual. 

La decisión final dependerá de los padres o de cada persona, una vez que haya cumplido la mayoría de edad. Siempre y cuando se consideren los beneficios que ofrece y las complicaciones médicas que puede conllevar, como dolor o infección. Lo más importante es mantener la limpieza genital con o sin circunsición. 

Referencia: Dueñas G. O. (2015). Manual de obstetricia y procedimientos medicoquirúrgicos. McGraw-Hill Interamericana Editores. México. 

Dr. Ariel Vilchis Reyes, Responsable de Trabajo en Comunidad del Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina de la UNAM 

Hablemos de herbolaria mexicana

Hablemos de herbolaria mexicana

En nuestro país existen alrededor de 100 mil compuestos obtenidos de 4 mil 500 especies de plantas medicinales 

El uso de plantas medicinales en México es tan antiguo como su historia misma. Actualmente, la creación de fármacos sintéticos ha opacado su funcionalidad, sin embargo, sigue siendo un elemento fundamental para la salud de las personas en nuestro país y un recurso indispensable para el avance de nuevos descubrimientos farmacológicos. 

Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis constituye el referente bibliográfico sobre la recolección de plantas y sus usos medicinales más antiguo de México, el cual data de 1552. Fue escrito en náhuatl por Martín de la Cruz, un indígena xochimilca. En él documentó la descripción pictográfica y terapéutica de la medicina indígena basada en herbolaria. Posteriormente su alumno, Juan Badiano, lo tradujo al latín, y se le conoció como Códice De La Cruz Badiano. Permaneció perdido por siglos en el Vaticano y fue devuelto a México por el Papa Juan Pablo II, quien lo donó en 1990 a la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. 

En México existen alrededor de 100 mil compuestos obtenidos de 4 mil 500 especies de plantas y solo se ha estudiado formalmente menos del diez por ciento de ellas, para demostrar su eficacia y toxicidad. Numerosos fármacos son semisintéticos o sintéticos, pero muchos otros son extraídos de plantas medicinales, que se someten a un proceso científico para separar sus principios activos de sus compuestos tóxicos, y así se modifica su estructura molecular para aumentar su eficacia. Por ello, las personas no deben automedicarse, ya que a pesar de que las plantas son de origen natural, también pueden contener potencialmente sustancias muy tóxicas. 

La Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos (feum) de la Herbolaria es un documento expedido por la Secretaría de Salud, que contiene información monográfica sobre las plantas de las que se extraen múltiples medicamentos y remedios herbolarios que se encuentran disponibles comercialmente. Esta publicación permite estudiar y aprovechar los recursos naturales de nuestro país, así como promover el desarrollo científico de nuevos fármacos. 

Son múltiples los ejemplos de medicamentos que tienen principios activos extraídos de hierbas medicinales. Algunos analgésicos potentes, como la morfina y otros análogos, con modificaciones estructurales como el tramadol y buprenorfina, que son empleados en el manejo del dolor intenso por cáncer, se obtienen de la amapola blanca o adormidera (Papaver Somniferum). Mientras que la lidocaína y la mepivacaína son anestésicos locales estructuralmente similares a la cocaína que se obtiene de la planta coca (Erythroxylon). 

Del Thea sinensis se aísla la teofilina, útil en el tratamiento del asma. Mientras que del sauce blanco se obtiene el ácido acetilsalicílico (fármaco semisintético), que posee propiedades analgésicas, antipiréticas, antiinflamatorias y antiplaquetarias. 

Existen unas plantas, popularmente conocidas como dedaleras (Digitalis purpurea, lanata y estrofantus gratus), de las cuales se extraen la digoxina, digitoxina y estrofantina, que se emplean para la insuficiencia cardíaca congestiva, no obstante, tienen un margen de seguridad muy pequeño por su toxicidad. 

Hasta hace poco más de 20 años, más del 60 por ciento de los fármacos usados como medicamentos eran extraídos de plantas medicinales, lo anterior significa que es posible combinar la herbolaria con los avances tecnológicos para obtener fármacos más seguros, eficaces y económicos. 

La herbolaria forma parte de las tradiciones médicas en nuestro país. Aún falta mucho por investigar sobre el tema, a pesar de la gran variedad y riquezas naturales con las que cuenta México; sin embargo, su conocimiento es indispensable para poder desarrollar nuevas alternativas en beneficio de nuestra población. 

 

Con información del Dr. Efraín Campos Sepúlveda, profesor y responsable del laboratorio de Toxicología del Departamento de Farmacología, Facultad de Medicina de la UNAM