¿En qué consiste la transición de género?

¿En qué consiste la transición de género?

Nota: Zenyaci Morales

Infografía: Gabriel Espinosa

 

El 19 de junio de 2018, la Organización Mundial para la Salud dejó de considerar a la transexualidad como una enfermedad mental. Este suceso representó un gran paso para erradicar la discriminación y violencia que durante mucho tiempo las personas transexuales han vivido, lo que también favorece al trato digno de relaciones sociales, como la de médico-paciente.

El género es una construcción de cada cultura, en la que la sociedad determina los roles que las personas deben desempeñar según el sexo biológico con el que nace, es decir, si se nace con pene se dictamina que debe ser y comportarse como hombre, por el contrario, si se nace con vagina se dice que debe ser y comportarse como mujer.

El reconocimiento de la identificación de género usualmente se presenta entre los dos y tres años de edad, y en la mayoría de los casos, las personas se sienten cómodas con el género que se les ha asignado, comúnmente nombradas como personas cisgénero. Sin embargo, existen otras que desde muy pequeñas sienten que su expresión, actividades, actitudes y conductas no son congruentes con el rol y género asignado, por lo que deciden cambiarlo, situación que se conoce como transición de género.

 

La transición de género consta principalmente de tres tipos:

Transición social: es aquella que le permite a la persona ser reconocida por la sociedad con el género que realmente se identifica, por lo tanto hace uso de un nombre acorde, viste como tal, y utiliza todo aquello que la hace sentir reconocida con el género que se identifica.  

Transición legal: se da cuando el Estado, las leyes y las instituciones reconocen a una persona con el género que se identifica. Es importante al momento de realizar trámites relacionados con el banco o de acudir a una unidad de salud para ser dignamente tratada de acuerdo a su identidad de género.

Transición corporal: se lleva a cabo para que su cuerpo se asemeje lo mayormente posible al género seleccionado, de acuerdo a lo que la sociedad espera de su apariencia. Puede ir desde técnicas muy sencillas, como la depilación láser, hasta tratamientos hormonales y cirugías que cambien su apariencia física. Muchas personas transgénero realizan estos cambios por tener y sentir la comodidad de ser reconocidas y tratadas de acuerdo a su género identitario.

 

¿Qué pasa con las cirugías y los tratamientos hormonales?

En el caso de las mujeres trans, a pesar de que hay tratamientos hormonales que ayudan a desarrollar un poco los senos, ensanchar las caderas y reducir el tamaño del pene y del escroto, estas hormonas no cambian la voz y generalmente se aprende a modularla; tampoco generan un cuerpo completamente desarrollado equivalente al de una mujer cisgénero, por lo que en muchos casos también se recurre a la cirugía genital que consiste en transformar el pene en una vulva, se abre el escroto para dar forma a los labios vaginales y se remueven los testículos, así como el aumento de los senos con la ayuda de implantes quirúrgicos.

Es muy importante señalar que existen clínicas fraudulentas de muy alto riesgo médico, en las que prometen una transformación corporal a base de la inyección de aceites, cuyo aspecto tiene duración de unos cuantos años y con el paso del tiempo estos aceites pueden escurrirse por dentro del cuerpo, y lo que era inicialmente la formación de los glúteos, terminan cayendo a las pantorrillas, además de que estas sustancias pueden producir graves complicaciones a la salud. Por lo que es estrictamente necesaria la supervisión de especialistas en cirugía y endocrinología que supervisen el tratamiento específico para cada persona, ya que no todos los organismos reaccionan de la misma manera.

En el caso de los hombres trans, el tratamiento hormonal consiste en la administración de testosterona, la cual genera el crecimiento del vello facial y corporal, la voz se vuelve más grave, el desarrollo de la masa muscular (con ayuda de ejercicio) y un ligero aumento en tamaño del clítoris. En cuanto a las cirugías, se tiende a la mastectomía para remover los senos y el injerto de piel de alguna parte del cuerpo como la pantorrilla o de alguna otra parte para la simulación del pene.

 

¿Qué onda con la infancia trans?

Actualmente ya es posible iniciar la transición de género desde la infancia en aquellos casos en los que las y los infantes tienen muy claro que su identificación de género no corresponde con el asignado al nacer. En algunos estados de la República Mexicana, como en Jalisco, las y los menores de edad ya pueden realizar su transición legal. Basta con que alguno de sus padres o tutores esté de acuerdo para hacerlo sin importar su edad. Mientras que en Oaxaca y la Ciudad de México aplica a partir de los 12 años, y de igual forma, en acompañamiento de alguno de los padres. En Oaxaca existe la cláusula de que si ninguno de los padres autoriza su transición legal, entonces el Estado asume la tutela para llevarla a cabo.

Gracias a este avance legal, las y los niños trans pueden estar más cómodos con su identificación de género y reducir en algunos casos la discriminación y violencia en las escuelas al contar con este soporte legal y el apoyo de sus padres o tutores.

Cabe señalar que es un mito que a las y los infantes se les haga una cirugía para el cambio de sexo, éstas sólo pueden realizarse en mayores de edad. Tampoco se les somete a algún tratamiento hormonal, este puede administrarse hasta la adolescencia de acuerdo a su desarrollo. El único tratamiento que se puede utilizar, bajo supervisión médica y hasta que se ha cumplido la pubertad, son los supresores hormonales, cuya función es la de retardar que ocurran los cambios de las características sexuales secundarias como la ausencia de la menstruación, de vello facial y corporal, el crecimiento de los senos y ausencia de erecciones.

 

Transexualidad y salud mental

La salud mental, en los casos de transición de género, es requerida como acompañamiento principalmente en los casos en los que la persona ha sido objeto de bullying, acoso, violencia o discriminación, mismas que desafortunadamente aún se viven en el mundo en pleno siglo XXI.

Cuando se hace una transición de género, las personas pueden acudir también a buscar el apoyo de algún profesional de la salud mental y sexual, que realmente tenga conocimiento sobre el tema, con el objetivo de que las oriente de manera positiva sobre cómo llevar este proceso. En el caso de las y los infantes trans, hay que evitar aquellas terapias en las que se les quiera buscar una “cura”, como si la identidad de género fuera una enfermedad o un trastorno, ya que esto puede originar verdaderos problemas mentales, como depresión y ansiedad.

 

Con información de la Mtra. Silvia Susana Jácome García, especialista en Educación Sexual y activista LGBTTTQ+, e-mail: silviasusanajacome@outlook.com

¿Gonorrea multirresistente?

¿Gonorrea multirresistente?

Nota: Zenyaci Morales
Ilustración: Zyanya Muñoz

3 de cada 100 mil personas padecen gonorrea a nivel mundial.

La gonorrea es la segunda causa de infección de transmisión sexual en el mundo, la cual es producida por una bacteria llamada Neisseria gonorrhoeae. Tan sólo en el 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó 87 millones de casos nuevos.

A pesar de que se trata de una infección curable, actualmente los sistemas de salud se mantienen en estado de alerta por la resistencia que presenta a diversos antibióticos. Esta bacteria vive siempre en estado de competencia y está preparada para sufrir casi cualquier embate del medio ambiente, lo que la vuelve multirresistente.

La enfermedad se adquiere cuando se tienen relaciones sexuales sin protección con una persona que tiene gonorrea, la mayoría de estas posee bacterias que ya son multirresistentes a diversos antibióticos. Afecta tanto a hombres como a mujeres, siendo la edad más frecuente en ellas de 20 a 24 años, mientras que en los varones de 15 a 19, aunque también grupos de mayor edad la adquieren.

Los síntomas de la infección por N. gonorrhoeae susceptible o multirresistente son los mismos. Los hombres refieren dolor al orinar, secreción blanca o amarillenta a través de la uretra y dolor o inflamación en los testículos. Mientras que en las mujeres, hasta el 80 por ciento no tiene manifestaciones, y cuando llegan a presentarse son flujo vaginal irregular, dolor al orinar, molestias en la parte baja del abdomen o sangrado tras tener relaciones sexuales.

La falta de sintomatología y de información genera que no se detecte ni se trate a tiempo, lo que ocasiona complicaciones como infertilidad, embarazo ectópico y enfermedad inflamatoria pélvica en la mujer, además de la transmisión de madre a hijo durante el parto y un incremento en el riesgo de adquirir VIH.

El diagnóstico debe realizarse evaluando la susceptibilidad o resistencia a diversos antibióticos y administrar como mínimo dos de éstos, ya que la OMS observó en los últimos años casos de resistencia a cinco o seis fármacos. Con el tratamiento correcto y una supervisión médica adecuada, la gonorrea puede curarse por completo.

 

Con información de la Dra. Antonia Isabel Castillo Rodal, Académica del Departamento de Microbiología y Parasitología, Facultad de Medicina de la UNAM.

 

¿Los hombres también padecen cáncer de mama?

¿Los hombres también padecen cáncer de mama?

cáncer de mama en hombres

Nota: Zenyaci Morales
Ilustración: Jeremy Monroy

El síntoma más frecuente es sentir una bolita debajo de la areola que generalmente no duele

En México, el cáncer de mama es la primera causa de muerte en mujeres en edad reproductiva. Sin embargo, puede aparecer en ambos sexos. Según la Organización Mundial de la Salud, durante el 2020 se presentaron más de 2.2 millones de casos, incrementando su incidencia en países de ingresos bajos y medios.

La mayoría de este tipo de cánceres nace en los conductos de la glándula mamaria, en donde existe una proliferación y multiplicación anormal incontrolada de células, formando un tumor maligno llamado adenocarcinoma.

En las mujeres los factores de riesgo son de tipo hormonal principalmente, como una menstruación temprana o una menopausia tardía. Mientras que en los hombres se desarrolla mayormente por factores genéticos; del 15 al 20 por ciento de ellos cuentan con antecedentes familiares de cáncer de mama, suelen presentarlo alrededor de los 65 años, diez años más tarde que el promedio de la población femenina.

Algunos factores de riesgo son el exceso de estrógenos presentes en varones (posiblemente por consumir medicamentos con este tipo de hormonas), obesidad o alteraciones en el hígado. Así como ser portador de los genes BRCA1 y BRCA2, los cuales son más frecuentes en los hombres, aquellos que los poseen tienen 100 veces más riesgo de padecerlo.

El síntoma más frecuente es sentir una bolita debajo de la areola que generalmente no duele, pero puede involucrar al pezón en el 40 a 50 por ciento de los casos, así como ulcerar la piel. La glándula mamaria en el hombre es muy pequeña, lo que facilita que se pueda palpar más rápido.

Otro síntoma muy importante cuando este cáncer comienza a evolucionar, es sentir bolitas en los ganglios de la axila. Tanto en hombres como en mujeres, si no se trata a tiempo podría diseminarse a los huesos, el pulmón, hígado o cerebro.

El tratamiento hormonal lo reciben casi el 100 por ciento de los pacientes masculinos a diferencia del 70 por ciento de las pacientes femeninas, lo cual resulta óptimo en las primeras etapas, cuando los tumores miden menos de dos centímetros y aún no afectan a los ganglios de la axila, pues la posibilidad de curación es hasta del 95 por ciento.

 

Con información de la Dra. María Guadalupe Cervantes Sánchez, Académica de la División de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina de la UNAM, y Jefa de servicio del Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”.

 

 

.

Enfermedades por malnutrición

Enfermedades por malnutrición

Nota: Erick Cortés
Ilustración: Ali Acosta

 

Que la comida sea tu alimento, y el alimento tu medicina. Más de dos milenios después de ser pronunciada esta popular frase de Hipócrates no ha perdido vigencia; menos aún, en tiempos modernos, cuando las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la obesidad se encuentran entre las principales causas de muerte en todo el mundo.

Bien sabido es que los más altos índices de estas enfermedades se dan en los países industrializados, donde se producen y consumen grandes cantidades de bebidas y alimentos ultraprocesados, pero las poblaciones más desfavorecidas también presentan enfermedades derivadas de la malnutrición.

La ciencia de la nutrición humana ha avanzado notablemente, y con ella se han evidenciado los patrones dietéticos que se tienen que cambiar, no sólo para tratar, sino para prevenir las enfermedades más comunes de la humanidad. Por ejemplo, se ha descubierto que la cantidad de glucosa necesaria para mantener el funcionamiento óptimo del organismo, el cerebro y el sistema nervioso, puede obtenerse consumiendo aproximadamente 130 gramos de carbohidratos al día, una cantidad que es excedida tanto por las poblaciones que tienen acceso a los bebidas y alimentos  ultraprocesados, como por quienes viven en situación de hambruna, donde la principal fuente de alimentación son los cereales refinados con altas cantidades de azúcares.

Esta alteración en el equilibrio de glucosa-insulina no sólo conduce a la diabetes mellitus y a la obesidad, sino también a alteraciones en la presión arterial, la función cardíaca, la función hepática y la presencia de estrés oxidativo (la degeneración de los tejidos por el exceso de radicales libres).

Respecto a la obesidad, se ha demostrado que es más eficaz la prevención primaria que el tratamiento secundario. Pues, a la larga, resulta más beneficioso para la salud consumir alimentos de calidad que contribuyan a la homeóstasis del organismo, en lugar de contar las calorías de los alimentos para reducir la talla.

La evidencia demuestra que el consumo más frecuente de vegetales sin almidón, nueces, leguminosas, pescado, aceites vegetales, yogur, cereales integrales; y menos frecuente de carnes rojas, alimentos y bebidas ultraprocesadas ricas en sodio y en azúcares, es una medida eficaz para prevenir el sobrepeso, las enfermedades metabólicas y cardiovasculares derivadas de la malnutrición.

En realidad, su prevención es bastante sencilla, lo difícil radica en la concientización individual y sociocultural para lograr un cambio en el comportamiento de consumo, algo que también involucra a los sectores políticos y económicos, quienes tienen que estar convencidos de que jugar a favor de la salud pública repercutirá mejor en las finanzas de los países que atender los gastos en salud derivados de la atención masiva de enfermedades por malnutrición.

 

Referencia

Mozzafarian, Dariush. (2016). Dietary and Policy Priorities for Cardiovascular Disease, Diabetes, and Obesity – A Comprehensive Review. Circulation. 2016 January 12; 133(2): 187–225. doi:10.1161/CIRCULATIONAHA.115.018585.

Revisión: Dra. Elvira Sandoval Bosch, Coordinadora de la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana, Facultad de Medicina de la UNAM.

 

 

.

Pandemia y salud mental, ¿cómo afectará a las futuras generaciones?

Pandemia y salud mental, ¿cómo afectará a las futuras generaciones?

Nota: Eric Ramírez
Ilustración: Alexis Domínguez

Los síntomas de depresión, ansiedad y trastornos postraumáticos son más comunes en niñas y niños a partir del confinamiento.

“Levántate. Enciende el celular o computadora y conéctate porque ya es tarde. Deja de soñar y apúrate a la tarea. No te distraigas. No puedes salir porque es peligroso. Tampoco puedes jugar porque no hay espacio. No hagas ruido porque estoy trabajando”.

De pronto esta fue la nueva realidad de muchos infantes, quienes fueron obligados a dejar de lado sus ganas de explorar el mundo para sentarse frente a algún dispositivo a tomar clases durante horas. Tiempo en donde no hay sorpresas, hora de recreo con sus amistades, ni siquiera un rato de desconexión entre la escuela y la casa. Su mundo se vio reducido a paredes, cables y, en el mejor de los casos, un patio o jardín.

Tan sólo en México, diversos estudios han confirmado que los síntomas de depresión, ansiedad y trastornos postraumáticos son más comunes en niñas y niños a partir del confinamiento. Ellos son los afectados más invisibilizados que ha dejado esta pandemia. Se les nota más irritables, apáticos, con dificultad para concentrarse, problemas de sueño y de insomnio, por lo que llegan a necesitar de una rutina para sentirse seguros.

Preescolar es una de las etapas más afectadas, ya que es cuando aprenden a través de la imitación; su principal fuente de socialización se vio eliminada y por ello está en riesgo una edad de cambios importantes en el neurodesarrollo . Prácticas como moldear una plastilina, jugar con pares o guardar sus cosas antes de salir al recreo están provocando retrasos en el desarrollo de la organización, el lenguaje y la formación motora.

Las y los adolescentes de primaria y secundaria también han perdido su socialización, pero ellos se han adaptado a las nuevas formas de convivencia por medio de redes sociales o videollamadas, con los riesgos que conlleva.

Es importante resaltar que los infantes se dan cuenta de todo, aunque no lo parezca o no lo demuestran; los problemas de desempleo, la tasa en aumento de violencia familiar y el estrés que tienen los adultos en casa debido al trabajo, les afectan de forma indirecta. Y aunque muchos de estos problemas existían desde antes, ahora son más notorios y no tienen a la escuela como medio de escape de esa realidad.

Para aminorar todos estos males en etapa preescolar se recomienda tener una muy buena comunicación entre padres e hijos, preguntarles constantemente cómo se sienten, cuál es su percepción de la pandemia o simplemente resolver sus dudas respecto a la enfermedad, así como dejarlos expresar todos sus miedos y angustias. También, en la medida de lo posible, retomar las rutinas. Por otra parte, con los adolescentes se sugiere intercalar sus actividades académicas y las de ocio.

Lo ideal sería que las escuelas actualicen la educación que ofrecen con una reestructuración y flexibilización de sus planes de estudios, basándose en los modelos pedagógicos de una enseñanza híbrida, mezclando actividades sincrónicas y asincrónicas. A partir del asentamiento de la nueva normalidad que nos dejó la pandemia, se aconseja explorar diferentes formas de evaluación y con ello también capacitar a las y los docentes. Debemos reaprender a enseñar.

Esto representa precisamente uno de los aspectos positivos, el pensar en el cambio definitivo del sistema educativo actual. Uno donde no sólo se incluya un aula, sino también se integren las tecnologías buscando adaptarlas al lenguaje de las nuevas generaciones de enseñanza pandémica para poder acabar con la brecha digital y acercar a más personas al Internet.

 

Con información de la Dra. Diana Patricia Guízar Sánchez, Académica del Departamento de Fisiología, Facultad de Medicina de la UNAM.