Con la pirotecnia no se juega

Con la pirotecnia no se juega

Un momento de diversión puede provocar lesiones e invalidez que durarán toda la vida y en algunos casos pueden ocasionar la muerte

 

En muchas regiones de México es común el uso de pirotecnia como una forma de celebrar fechas importantes, sin embargo, esta actividad pone en riesgo la salud de las y los usuarios por la explosión y quemaduras que estos materiales pueden generar, así como el humo que despiden.

Las personas que se dedican a fabricar estos productos también corren riesgo, pues están expuestas a la explosión de polvorines, además de inhalar diversos compuestos químicos, como la pólvora y pegamento, que con el tiempo pueden producir daño pulmonar; como consecuencia surgen lesiones irreversibles e incluso mortales.

irreversibles e incluso mortales. De todas las quemaduras, las ocasionadas por pirotecnia van del cinco al siete por ciento, donde muchos de los pacientes que llegan a la sala de urgencias tienen un pronóstico poco favorable, como la amputación de extremidades. En México, son más frecuentes en los meses de septiembre y diciembre. Actualmente, la única instancia autorizada para fabricar, utilizar y comercializar estos productos es la Secretaría de la Defensa Nacional.

Debido a las múltiples regulaciones que hay en torno a la pirotecnia, muchas personas optan por la compra y venta de manera clandestina, por lo que adquieren juegos pirotécnicos provenientes de China, que incluso contienen dinamita y son más peligrosos, ya que pueden explotar con el mínimo estímulo.

La forma de evitar este tipo de accidentes es concientizar a familiares y personas cercanas para evitar la compra y el uso de estos productos, y buscar alternativas para festejar sin utilizar pirotecnia, pues siempre que se usa hay riesgo de sufrir quemaduras.

La comercialización de pirotecnia es fuente de ingresos económicos para muchas personas. Sin embargo, su uso ha provocado múltiples accidentes en donde los infantes son un sector frecuentemente afectado.

Es importante tener en cuenta que un momento de diversión puede provocar lesiones e invalidez que durarán toda la vida y en algunos casos pueden ocasionar la muerte.

Con información del Dr. Erik Agustín Márquez Gutiérrez, adscrito de Cirugía Plástica en el Instituto Nacional de Rehabilitación “Luis Guillermo Ibarra Ibarra”

 

 

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¿En qué consiste la transición de género?

¿En qué consiste la transición de género?

Nota: Zenyaci Morales

Infografía: Gabriel Espinosa

 

El 19 de junio de 2018, la Organización Mundial para la Salud dejó de considerar a la transexualidad como una enfermedad mental. Este suceso representó un gran paso para erradicar la discriminación y violencia que durante mucho tiempo las personas transexuales han vivido, lo que también favorece al trato digno de relaciones sociales, como la de médico-paciente.

El género es una construcción de cada cultura, en la que la sociedad determina los roles que las personas deben desempeñar según el sexo biológico con el que nace, es decir, si se nace con pene se dictamina que debe ser y comportarse como hombre, por el contrario, si se nace con vagina se dice que debe ser y comportarse como mujer.

El reconocimiento de la identificación de género usualmente se presenta entre los dos y tres años de edad, y en la mayoría de los casos, las personas se sienten cómodas con el género que se les ha asignado, comúnmente nombradas como personas cisgénero. Sin embargo, existen otras que desde muy pequeñas sienten que su expresión, actividades, actitudes y conductas no son congruentes con el rol y género asignado, por lo que deciden cambiarlo, situación que se conoce como transición de género.

 

La transición de género consta principalmente de tres tipos:

Transición social: es aquella que le permite a la persona ser reconocida por la sociedad con el género que realmente se identifica, por lo tanto hace uso de un nombre acorde, viste como tal, y utiliza todo aquello que la hace sentir reconocida con el género que se identifica.  

Transición legal: se da cuando el Estado, las leyes y las instituciones reconocen a una persona con el género que se identifica. Es importante al momento de realizar trámites relacionados con el banco o de acudir a una unidad de salud para ser dignamente tratada de acuerdo a su identidad de género.

Transición corporal: se lleva a cabo para que su cuerpo se asemeje lo mayormente posible al género seleccionado, de acuerdo a lo que la sociedad espera de su apariencia. Puede ir desde técnicas muy sencillas, como la depilación láser, hasta tratamientos hormonales y cirugías que cambien su apariencia física. Muchas personas transgénero realizan estos cambios por tener y sentir la comodidad de ser reconocidas y tratadas de acuerdo a su género identitario.

 

¿Qué pasa con las cirugías y los tratamientos hormonales?

En el caso de las mujeres trans, a pesar de que hay tratamientos hormonales que ayudan a desarrollar un poco los senos, ensanchar las caderas y reducir el tamaño del pene y del escroto, estas hormonas no cambian la voz y generalmente se aprende a modularla; tampoco generan un cuerpo completamente desarrollado equivalente al de una mujer cisgénero, por lo que en muchos casos también se recurre a la cirugía genital que consiste en transformar el pene en una vulva, se abre el escroto para dar forma a los labios vaginales y se remueven los testículos, así como el aumento de los senos con la ayuda de implantes quirúrgicos.

Es muy importante señalar que existen clínicas fraudulentas de muy alto riesgo médico, en las que prometen una transformación corporal a base de la inyección de aceites, cuyo aspecto tiene duración de unos cuantos años y con el paso del tiempo estos aceites pueden escurrirse por dentro del cuerpo, y lo que era inicialmente la formación de los glúteos, terminan cayendo a las pantorrillas, además de que estas sustancias pueden producir graves complicaciones a la salud. Por lo que es estrictamente necesaria la supervisión de especialistas en cirugía y endocrinología que supervisen el tratamiento específico para cada persona, ya que no todos los organismos reaccionan de la misma manera.

En el caso de los hombres trans, el tratamiento hormonal consiste en la administración de testosterona, la cual genera el crecimiento del vello facial y corporal, la voz se vuelve más grave, el desarrollo de la masa muscular (con ayuda de ejercicio) y un ligero aumento en tamaño del clítoris. En cuanto a las cirugías, se tiende a la mastectomía para remover los senos y el injerto de piel de alguna parte del cuerpo como la pantorrilla o de alguna otra parte para la simulación del pene.

 

¿Qué onda con la infancia trans?

Actualmente ya es posible iniciar la transición de género desde la infancia en aquellos casos en los que las y los infantes tienen muy claro que su identificación de género no corresponde con el asignado al nacer. En algunos estados de la República Mexicana, como en Jalisco, las y los menores de edad ya pueden realizar su transición legal. Basta con que alguno de sus padres o tutores esté de acuerdo para hacerlo sin importar su edad. Mientras que en Oaxaca y la Ciudad de México aplica a partir de los 12 años, y de igual forma, en acompañamiento de alguno de los padres. En Oaxaca existe la cláusula de que si ninguno de los padres autoriza su transición legal, entonces el Estado asume la tutela para llevarla a cabo.

Gracias a este avance legal, las y los niños trans pueden estar más cómodos con su identificación de género y reducir en algunos casos la discriminación y violencia en las escuelas al contar con este soporte legal y el apoyo de sus padres o tutores.

Cabe señalar que es un mito que a las y los infantes se les haga una cirugía para el cambio de sexo, éstas sólo pueden realizarse en mayores de edad. Tampoco se les somete a algún tratamiento hormonal, este puede administrarse hasta la adolescencia de acuerdo a su desarrollo. El único tratamiento que se puede utilizar, bajo supervisión médica y hasta que se ha cumplido la pubertad, son los supresores hormonales, cuya función es la de retardar que ocurran los cambios de las características sexuales secundarias como la ausencia de la menstruación, de vello facial y corporal, el crecimiento de los senos y ausencia de erecciones.

 

Transexualidad y salud mental

La salud mental, en los casos de transición de género, es requerida como acompañamiento principalmente en los casos en los que la persona ha sido objeto de bullying, acoso, violencia o discriminación, mismas que desafortunadamente aún se viven en el mundo en pleno siglo XXI.

Cuando se hace una transición de género, las personas pueden acudir también a buscar el apoyo de algún profesional de la salud mental y sexual, que realmente tenga conocimiento sobre el tema, con el objetivo de que las oriente de manera positiva sobre cómo llevar este proceso. En el caso de las y los infantes trans, hay que evitar aquellas terapias en las que se les quiera buscar una “cura”, como si la identidad de género fuera una enfermedad o un trastorno, ya que esto puede originar verdaderos problemas mentales, como depresión y ansiedad.

 

Con información de la Mtra. Silvia Susana Jácome García, especialista en Educación Sexual y activista LGBTTTQ+, e-mail: silviasusanajacome@outlook.com

¿Los hombres también padecen cáncer de mama?

¿Los hombres también padecen cáncer de mama?

cáncer de mama en hombres

Nota: Zenyaci Morales
Ilustración: Jeremy Monroy

El síntoma más frecuente es sentir una bolita debajo de la areola que generalmente no duele

En México, el cáncer de mama es la primera causa de muerte en mujeres en edad reproductiva. Sin embargo, puede aparecer en ambos sexos. Según la Organización Mundial de la Salud, durante el 2020 se presentaron más de 2.2 millones de casos, incrementando su incidencia en países de ingresos bajos y medios.

La mayoría de este tipo de cánceres nace en los conductos de la glándula mamaria, en donde existe una proliferación y multiplicación anormal incontrolada de células, formando un tumor maligno llamado adenocarcinoma.

En las mujeres los factores de riesgo son de tipo hormonal principalmente, como una menstruación temprana o una menopausia tardía. Mientras que en los hombres se desarrolla mayormente por factores genéticos; del 15 al 20 por ciento de ellos cuentan con antecedentes familiares de cáncer de mama, suelen presentarlo alrededor de los 65 años, diez años más tarde que el promedio de la población femenina.

Algunos factores de riesgo son el exceso de estrógenos presentes en varones (posiblemente por consumir medicamentos con este tipo de hormonas), obesidad o alteraciones en el hígado. Así como ser portador de los genes BRCA1 y BRCA2, los cuales son más frecuentes en los hombres, aquellos que los poseen tienen 100 veces más riesgo de padecerlo.

El síntoma más frecuente es sentir una bolita debajo de la areola que generalmente no duele, pero puede involucrar al pezón en el 40 a 50 por ciento de los casos, así como ulcerar la piel. La glándula mamaria en el hombre es muy pequeña, lo que facilita que se pueda palpar más rápido.

Otro síntoma muy importante cuando este cáncer comienza a evolucionar, es sentir bolitas en los ganglios de la axila. Tanto en hombres como en mujeres, si no se trata a tiempo podría diseminarse a los huesos, el pulmón, hígado o cerebro.

El tratamiento hormonal lo reciben casi el 100 por ciento de los pacientes masculinos a diferencia del 70 por ciento de las pacientes femeninas, lo cual resulta óptimo en las primeras etapas, cuando los tumores miden menos de dos centímetros y aún no afectan a los ganglios de la axila, pues la posibilidad de curación es hasta del 95 por ciento.

 

Con información de la Dra. María Guadalupe Cervantes Sánchez, Académica de la División de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina de la UNAM, y Jefa de servicio del Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”.

 

 

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Lo que sabemos sobre la nueva hepatitis infantil

Lo que sabemos sobre la nueva hepatitis infantil

Nota: Erick Cortés
Ilustración: Gabriel Espinosa

La hepatitis es un cuadro clínico caracterizado por la inflamación del hígado. Esta puede ser de causa infecciosa (por virus, bacterias o parásitos) o tóxica, por el consumo excesivo de sustancias nocivas, como el alcohol y algunos medicamentos.

Las hepatitis contagiosas son las causadas por un virus, como los tipos A y B, las cuales es posible prevenir a través de la vacunación. Sin embargo, un nuevo tipo de hepatitis aguda de causa desconocida se ha estado presentando en infantes de distintos países desde el 5 de abril del 2022.

El primer reporte se presentó en Escocia con un brote que afectó a diez infantes que presentaron síntomas como ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos), diarrea, vómito y dolor abdominal. Tres días después se reportó la aparición de 74 casos en el Reino Unido y tres más en España. Para el 21 de abril se contaban 169 casos en 11 países de América y Europa, lo que causó la activación de una alerta epidemiológica emitida por la Organización Mundial de la Salud.

Se encontró que en el 44 por ciento de los casos las y los pacientes estaban infectados con un tipo común de adenovirus conocido como F41 y en algunos se presentaba una coinfección con el virus SARS-CoV-2, aunque no se pudo confirmar que estos patógenos fueran la causa de la hepatitis, ya que el 66 por ciento de los casos no estaban infectados con ningún virus.

Por lo regular, los adenovirus causan infecciones respiratorias, gastrointestinales y urinarias, aunque también pueden causar hepatitis en personas que tienen un sistema inmunológico deprimido. Se transmiten a través del contacto con fluidos corporales como la saliva y los desechos (orina y materia fecal).

Especialistas han presentado distintas teorías para explicar la aparición de la nueva hepatitis aguda en infantes. Una de ellas sostiene que el sistema inmunológico de personas que han estado expuestas previamente al virus SARS-CoV-2 responde de forma exagerada ante la presencia del adenovirus, generando el cuadro de hepatitis; o bien, que el adenovirus F41 presente algún tipo de mutación.

Aunque no se conoce con certeza la causa de esta nueva enfermedad, las autoridades sanitarias han emitido una serie de recomendaciones que incluyen el lavado frecuente de manos, cubrir la nariz y la boca al estornudar y toser; evitar compartir alimentos, cubiertos, vasos y platos; desinfectar los juguetes que se comparten en sitios públicos como la calle, la escuela y las guarderías; y completar el esquema de vacunación contra la hepatitis A y B.

 

Con información de la Dra. Rosa María Wong Chew, jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica y del Laboratorio de Investigación en Enfermedades Infecciosas, Facultad de Medicina de la UNAM;  y el Dr. Sarbelio Moreno Espinosa, infectólogo pediatra del Instituto Nacional de Pediatría de la UNAM.

Para más información, consultar la conferencia “Hepatitis viral grave en infantes” disponible en YouTube: https://youtu.be/kNHJgQaJa8c

 

 

 

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Cuidado con las bebidas energizantes

Cuidado con las bebidas energizantes

Nota: Erick Cortés
Ilustración: Jeremy Monroy

 

Son consumidas por aquellos que sienten que no tienen suficiente energía y se fatigan con frecuencia. Otros las prefieren más por su sabor dulce. Los anuncios publicitarios recomiendan utilizarlas para reducir el cansancio, eliminar el sueño, mejorar la concentración, el rendimiento académico y atlético. 

Las bebidas energizantes utilizan principalmente dos ingredientes potencialmente energéticos para el cuerpo humano: el azúcar y la cafeína. Aunque también pueden utilizar otras sustancias como la taurina, vitaminas del complejo B, ginkgo biloba y guaraná. Estas sustancias incrementan el estado de alerta porque interfieren con el proceso biológico del sueño, bloquean los receptores de adenosina y favorecen la liberación de catecolaminas (hormonas producidas por las glándulas suprarrenales como respuesta al peligro y que estimulan la respuesta de lucha o huída).

Además, estimulan el Sistema Nervioso, mejoran los reflejos, incrementan el pulso cardíaco y la circulación sanguínea. Por esta razón, están contraindicadas en personas que tienen problemas de ansiedad, pues sus efectos pueden detonar ataques de pánico, estados de agitación y crisis nerviosas, así como empeorar el insomnio y otros trastornos del sueño.

Las bebidas energizantes también pueden ser perjudiciales para quienes padecen hipertensión y enfermedades del corazón, ya que causan vasoconstricción y potencian la actividad cardíaca, lo que puede elevar peligrosamente la presión arterial y provocar ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

Las personas sanas también pueden presentar estos efectos si exceden la cantidad recomendada de cafeína (400 miligramos al día). Las y los infantes son más propensos a sufrir una sobredosis, ya que la cantidad recomendada se reduce a 2.5 miligramos por kilogramo de peso corporal (menos de 50 mg), misma que es muy fácil de exceder si se desconoce la proporción contenida en el envase.

Otros riesgos, más asociados con el consumo frecuente que con la sobredosis, son las hipervitaminosis. Además, el alto contenido de azúcar de estas bebidas incrementa las probabilidades de padecer enfermedades asociadas con los altos niveles de glucosa en la sangre, como diabetes y obesidad.

Si bien las bebidas energizantes no representan ningún riesgo para la mayoría de las personas, se sugiere que su consumo sea ocasional. Si con frecuencia se presenta fatiga o agotamiento, se recomiendan otras formas naturales y saludables de incrementar la energía, como dormir mejor, hacer más ejercicio y mejorar la alimentación, así como acudir al médico para descartar cualquier patología que pudiera estar afectando el metabolismo.

Referencia

 

 

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La porfiria: una explicación al vampirismo

La porfiria: una explicación al vampirismo

Nota: Erick Cortés
Ilustración: Gabriel Espinosa

Están presentes en casi todas las culturas ancestrales del mundo: en oriente, Europa y hasta en Mesoamérica son comunes las leyendas que describen a seres de apariencia semejante a un cadáver, con una piel pálida que solían proteger del sol con largas túnicas, y cuya boca ensangrentada delataba su atroz forma de vivir.

Cada cultura les dio un nombre distinto. En China, por ejemplo, eran conocidos como los Jian Shi; los mayas los llamaban úukum soots; y tanto en Europa como en el mundo moderno se les conoce como vampiros. Durante siglos, el folclor popularizó la creencia de que estos seres eran cadáveres resucitados que evadían a la muerte bebiendo la sangre de los vivos.

Con el paso del tiempo, la investigación médica ha logrado explicar algunas enfermedades que causan cuadros clínicos similares a la descripción mitológica de los vampiros, lo que sugiere que estas leyendas pudieran tener un tinte verídico. Una de estas patologías es la porfiria, una condición que afecta la producción de unas moléculas llamadas porfirinas, que son importantes para la formación de la hemoglobina.

Además de una deficiencia de hierro (anemia), la cual se presenta con un característico tono pálido de la piel, este desorden metabólico ocasiona que las porfirinas se depositen de forma anormal en los tejidos, dando lugar a los síntomas característicos del vampirismo. Por ejemplo, las porfirinas libres en la piel pueden absorber la luz del sol para aprovechar su energía, pero cuando se concentran en exceso oxidan los tejidos y causan lesiones como ampollas, irritación y quemaduras. Por esta razón, algunos pacientes visten con ropa larga que los protege de la luz solar, o incluso desarrollan un estilo de vida nocturno.

Las porfirinas también pueden acumularse en la dentina y teñir los dientes de color rojizo, aparentando tener sangre en la boca. En los casos más serios, es posible que se desarrolle pica, una conducta caracterizada por un deseo instintivo de ingerir sustancias que no son comestibles para compensar la deficiencia de hierro, tales como cabello, tierra, objetos de metal y sangre.

La mayoría de las porfirias son enfermedades congénitas, aunque casi todas las personas que son portadoras de los genes anómalos nunca llegan a presentar síntomas. También puede adquirirse por factores que alteran el metabolismo, como el alcoholismo, el tabaquismo, el uso de ciertas drogas y medicamentos, los trastornos alimenticios como la anorexia, el estrés y desórdenes hormonales asociados con la menstruación.

Actualmente, el tratamiento suele tener un buen pronóstico si se adopta un estilo de vida adecuado. Quienes padecen porfirias agudas pueden requerir inyecciones periódicas de hemina y de glucosa, así como llevar una dieta alta en carbohidratos, proteínas, hierro y suplementos vitamínicos.

Tanto el tratamiento como el diagnóstico requieren de procedimientos complejos y análisis clínicos de sangre, heces u orina. Por lo tanto, los casos de la antigüedad no pudieron ser diagnosticados, tratados ni comprendidos, pero sí es probable que fuesen explicados desde el conocimiento que, hasta el siglo XVII se tenía sobre la importancia fisiológica de la sangre, el cual hacía lógico pensar que beberla prolongaría la vida.

 

Referencia

 

 

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