Todo comienza con el ciclo de alimentación del cerdo, cuando su hábitat no cumple con normas de sanidad y entra en contacto con excremento que contiene huevecillos del parásito Taenia Solium, que es un gusano largo y plano.

Cuando el cerdo ingiere estos huevecillos, se infecta de cisticercos, es decir estos huevecillos se alojan en sus músculos y se comienza a desarrollar una etapa larvaria. Cuando el cerdo es destinado para su consumo humano, su carne va infectada con estas larvas. Por lo que, si la carne no se cocina o fríe a altas temperaturas, que de preferencia llegue a los 100°C, los cisticercos no mueren y cualquier persona puede ingerirlos.

Esta larva comienza su desarrollo, crece y se aloja en el intestino humano, llegando a alcanzar la misma longitud del mismo, a lo que se le conoce como teniasis. Este gusano ya crecido y desarrollado se compone por muchos segmentos llamados proglótidos, de los cuales se pueden liberar hasta 50 mil huevecillos por cada uno, dependiendo su etapa de maduración. Éstos, además de liberarse en el excremento humano, pueden viajar por el torrente sanguíneo hasta músculos, ojos y principalmente el cerebro de las personas con teniasis. Ya en el cerebro, los cisticercos cuando se encuentran en una fase avanzada de su desarrollo, llamada calcificación, comienzan a dar problemas neurológicos como fuertes dolores de cabeza y convulsiones, entre otros padecimientos.

Por lo tanto, la correcta higiene es fundamental para evitar la infección de este parásito, ya que una persona con Teniasis, si no se lava las manos después de ir al baño, puede contaminar los alimentos que maneja y de esta manera también se puede adquirir el problema, de humano a humano.

Los casos de neurocisticercosis han disminuido a raíz de la invención de la vacuna aplicada directamente en los cerdos contra esta contaminación, la cual ha demostrado una efectividad del 99.5%

 

 

Con información de la Dra. Ana Flisser Steinbruch, Bióloga, Dra. en Ciencias, Investigadora de Carrera Titular C, Profesora de Asignatura, Investigadora Emerita del Sistema Nacional de Investigadores, Coordinadora del Programa de Estudios Combinados en Medicina (PECEM) de la Facultad de Medicina, UNAM.