
Es muy común que por todos lados encontremos dietas milagrosas que nos prometen perder peso rápidamente y sin tanto sufrimiento o con medicamentos que pueden hacer todo el trabajo. Y aunque todos desearíamos que esto fuera cierto, lamentablemente quienes se someten a ellas están poniendo en riesgo su salud.
Este tipo de dietas son todas aquellas sugerencias nutricionales que, con el fin de reducir el peso o la talla corporal, proponen pautas de alimentación que normalmente el médico o el nutriólogo no te recomendarían. Estas dietas comúnmente tienen modificaciones en la cantidad de calorías, pero muchas veces esa reducción se considera poco saludable, incluso por debajo de las cantidades que necesita nuestro cuerpo para realizar sus actividades vitales, es decir, alrededor de 800 kilocalorías por día.
Y es que perder peso no es algo que podamos lograr de la noche a la mañana. El problema surge cuando la gente quiere bajar de peso rápidamente porque se acercan los XV años de la prima, la graduación del novio o la boda de la amiga. Esto lleva muchas veces a la gente a buscar soluciones incorrectas como los son las dietas milagro.
Muchas dietas hacen perder peso rápidamente pero no precisamente son kilos de grasa, sino que suelen ser nutrimentos como proteínas o agua. Los resultados de estas dietas pueden ser muy rápidos, pero casi siempre van a estar ligados al rebote, pues el cuerpo va a buscar equilibrar lo perdido, recuperando los nutrientes que necesita para su funcionamiento. Una verdadera dieta saludable requiere de un proceso gradual que poco a poco se irá percibiendo.
A veces queremos perder todo el peso que hemos acumulado en años en tan solo dos meses, por lo que se llevan a cabo dietas por uno o dos meses, y terminado ese tiempo se regresa a los hábitos alimenticios de antes. Si no existe un cambio verdadero y permanente, el rebote será algo inevitable.
Una alimentación saludable no tendría por qué generar hambre, independientemente del cuerpo que se tenga. Se pueden ingerir alimentos bajos en calorías, pero con gran volumen como las verduras, las cuales brindan un efecto de saciedad mientras te nutren.
Hay muchas personas que hacen dieta tal cual se les indica y pese a eso no pueden llegar al peso que desean. Las células de cada persona y su capacidad para procesar la grasa son muy diferentes. Una persona que ha hace ejercicio puede quemar grasa rápidamente, en comparación de una persona sedentaria, pese a que los dos estuvieran realizando la misma actividad. Como parte de un plan de salud para tu cuerpo es necesario mantenerte activo físicamente.
Las dietas que contemplan el uso de medicamentos o suplementos alimenticios pueden tener grandes repercusiones en tu salud. La única razón por la que se podría llegar a considerar su uso, sería después de intentar varias ocasiones bajar de peso y no conseguirlo, pero todo bajo el dictamen de un médico especialista. Además, esto serán utilizados por cortos periodos de tiempo, pues tiene efectos secundarios.
En una dieta saludable no existen alimentos prohibidos, ya que nuestro organismo requiere de todos los nutrientes, en diferentes proporciones. Incluso la grasa tiene una razón de ser en nuestro cuerpo. Tampoco deberían inhibir todas las etapas del proceso de digestión, como las dietas basadas en los jugos, el proceso de masticación es de suma importancia para que el metabolismo funcione correctamente. Además, una dieta no puede basarse en un solo criterio, como en un grupo sanguíneo, porque el aumento de peso es algo multifactorial.
Jamás pretendas bajar más de uno o dos kilogramos por semana. La dieta ideal es aquella que es eficaz para la pérdida de peso de manera segura y sostenible, que nos permite mantener ese peso a largo plazo y que nos ayuda a reducir la probabilidad de sufrir otras enfermedades.
Con información de la Dra. Beatriz Ríos, Nutrióloga y educadora en diabetes de la Asociación Mexicana de Diabetes.