Jaime Ugarte

El confinamiento ocasionado por la COVID-19 ha provocado cambios en los tiempos, rutinas, y formas de trabajo de muchos sectores de la población. Esto podría traer un consumo de alimentos menos saludable y una disminución en la actividad física, favoreciendo el aumento de problemas de salud como el sobrepeso.

Con el distanciamiento físico y el hecho de no poder salir de casa, la forma de comprar de muchas personas ha cambiado, ya que algunos optan por comprar sus alimentos vía telefónica o por internet. El estar sujeto a la disponibilidad del lugar de compra, provoca que en ocasiones la gente no consuma lo que debería, sino lo que hay. Además, al no adquirir físicamente los productos, la calidad y frescura de estos puede no ser la mejor, por lo que es importante hacer un plan de compra y alimentación inteligente. 

Para adaptarse a comer saludable, ya sea desde casa o fuera de ella, es importante conocer las necesidades individuales. Más que adaptar el cuerpo a un plan, se trata de, dependiendo de los requerimientos que se necesitan, seguir las recomendaciones de tipo nutricionales y generar el hábito de consumir las raciones correctas, acompañado de una actividad física en casa. La estrategia que puede funcionar es planear lo que se va a comprar, saber qué preparar, y ajustar los tiempos buscando un espacio para ejercitarse. 

A la hora de mantener una salud integral, se necesita estar bien tanto física como mentalmente. El distanciamiento físico puede favorecer enfermedades mentales como ansiedad o incluso depresión, situaciones que pueden ocasionar que las personas elijan alimentos que le brinden sensación de bienestar.  Estos alimentos se caracterizan por tener un alto contenido de azúcar y/o grasa que si se consumen de manera cotidiana y en grandes cantidades puede afectar la salud física. 

No se trata de satanizar alimentos, sino de identificar el mejor momento para su consumo, su mejor forma de preparación y en cantidades correctas.

¿Cómo mejorar el estado de ánimo durante el distanciamiento físico mediante la alimentación?

  • Integrar todos los grupos de alimentos en la dieta
  • Evitar saltarse horarios de comida
  • Crear una armonía entre consumo sano y la activación física 

Está demostrado que realizar actividad física se relaciona con el aumento de endorfinas, lo que ayuda tener una sensación de bienestar. No hay una forma correcta de ejercitarse, todo depende de las necesidades y capacidades individuales. 

Durante el distanciamiento y el trabajo desde casa, existen varias formas de activarse en lugares cerrados: 

  • Realizar ejercicios cardiovasculares para acelerar el corazón, como trotar en un mismo punto, brincar la cuerda, o subir y bajar en un escalón o banco. 
  • Hacer “pausas activas” después de tres horas sentados frente de una pantalla, para hacer movimientos de estiramiento y ayudar a los músculos y oxigenar el cuerpo. 
  • Conectarse a clases de zumba o yoga.
  • Combinar los ejercicios anaeróbicos o de repetición.

Todos somos responsables de cuidar nuestra salud, cada persona se encarga de su bienestar, sin embargo, factores como la accesibilidad de alimentos saludables no necesariamente se cumple, pues en ocasiones, los alimentos no saludables tienen precios mucho más económicos, por lo que se prefieren por encima de los que en realidad deberían consumir. 

Es factible que la contingencia traiga consigo un aumento en los casos de sobrepeso debido a la baja actividad física y los malos hábitos alimentarios. Para evitarlo, la recomendación general es cuidar lo que comemos y tener horarios establecidos para buscar un balance entre la energía que consumimos (ingesta de alimentos) y la que gastamos (actividad física). 

Si estás interesado en seguir una alimentación saludable, acércate a un nutriólogo/a, ellos son los expertos que te pueden ayudar a cuidar tu salud por medio de la alimentación con un plan específico.

Con información de la doctora Elvira Sandoval Bosch, académica de la Facultad de Medicina. 

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