Síndrome de caídas
Las caídas constituyen uno de los síndromes geriátricos con mayor incidencia y elevada morbilidad, por tanto, es considerado un problema de salud pública importante que afecta la calidad de vida de adultos mayores.
La Organización Mundial de la Salud define las caídas como la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipite una persona al suelo en contra de su voluntad, puede ser referida por el paciente o por un testigo.
Para diagnosticar el Síndrome de Caídas en el adulto mayor deben de cumplirse las siguientes características; dos o más caídas en los últimos 12 meses, o bien, 1 caída que haya requerido hospitalización o causado alguna secuela.
Epidemiología
A nivel mundial las caídas son la segunda causa de muerte por lesiones accidentales o no intencionales. Se calcula que anualmente mueren en todo el mundo unas 646,000 personas debido a caídas, y más del 80% de estas caídas se registran en países de bajos y medianos ingresos, siendo los adultos mayores de 65 años quienes sufren más caídas mortales de acuerdo con datos de la OMS.
Aproximadamente un 30% de los adultos mayores de 65 años que vive en comunidad cae al menos 1 vez al año, es decir, una relación en la que, por cada 3 adultos mayores uno caerá. De estos, el 50% volverá a sufrir una nueva caída, mostrando a su vez un incremento progresivo de las caídas al aumentar la edad. La prevalencia de las caídas varía en función de la edad, su fragilidad y el entorno.
El lugar donde se presentan las caídas con más frecuencia es en casa con un 62% de incidencia, mientras que en vía pública un 26%. Dentro de la casa, los espacios que tiene mayor riesgo son: el baño, la recamara, el patio y las escaleras.
En México, se estima que un 54% de adultos mayores han sufrido alguna lesión por alguna caída.
Las lesiones que más se observan son equimosis, contusión y fracturas no expuestas, siendo las estructuras corporales más afectadas las siguientes: cadera, cabeza, cara, mano, hombro y tobillos.
Causas
Consumo de 3 o más fármacos (polifarmacia), alteraciones visuales o auditivas, pluripatología, fragilidad, demencia (duplica el riesgo de sufrir alguna caída) y incontinencia urinaria; Iluminación inadecuada, duchas o bañeras resbaladizas sin barras, escaleras en mal estado y/o sin barandal, obstáculos en el suelo (cables, tapetes, etc.), suelos irregulares, uso de calzado inadecuado y cambios de residencia.
Las consecuencias suelen ser inmediatas y consisten en hospitalización, lesiones menores en partes blandas y fracturas. Traumatismo craneoencefálico, EVC y Síndrome de caída prolongada (10% de los pacientes permanecen más de una hora en el suelo, por lo que puede provocar; hipotermia, deshidratación y de estos un 90% muere).
La gravedad a corto plazo de la caída puede deberse también a la patología aguda que provoca la caída y compromete al pronóstico vital.
También pueden darse consecuencias tardías como el síndrome post-caída (miedo a volver a caer), depresión, aislamiento social, limitación y/o dependencia en las actividades de la vida diaria, que puede provocar síndrome de dismovilidad y muerte.
Prevención
El objetivo principal es prevenir las caídas sin limitar el movimiento, la independencia y por tanto las actividades de la vida diaria, es por ello que se requiere de un trabajo multidisciplinario que cubra las cuatro esferas de la evaluación geriátrica integral; clínicas, funcionales, mentales y sociales.
Médica: es importante que después de una caída, el médico geriatra revise al adulto mayor, para que de esta forma se puedan conocer sus causas y a su vez, se revisen los medicamentos que está tomando y de ser necesario realizar un ajuste o modificaciones.
Fisioterapéutica: es necesario realizar diversas evaluaciones como; equilibrio, coordinación, fuerza y marcha, con el fin de hacer una evaluación funcional y a partir de eso prescribir programas de ejercicios, los cuales deben ser individualizados ya que se deben adaptar a las condiciones y necesidades de cada paciente y de ser necesario la prescripción de alguna ayuda técnica (andador fijo, con ruedas, bastón, entre otros).
Modificaciones ambientales: son aquellas que favorecen el lugar donde desarrolla sus actividades el adulto mayor, por ejemplo: la iluminación debe ser la adecuada, es decir, luz amarilla o aquella que no deslumbre, ya que, de ser así el adulto mayor, puede sufrir alguna caída. De igual manera, es recomendable colocar aditamentos en los baños para que el adulto mayor pueda sujetarse; puede ser a un costado del retrete y otros más a los costados de la regadera, evitar de igual forma los tapetes o cableado expuesto en el suelo.
Es importante no realizar cambios constantes de domicilio, ya que esto favorece las caídas, debido al poco o nulo conocimiento del nuevo terreno donde se va a desenvolver el adulto mayor.
Tratamiento
En cuanto al tratamiento el objetivo principal es mejorar las enfermedades subyacentes y manejar las consecuencias agudas de la caída, ya que no hay tratamiento que evite las caídas, únicamente se puede prolongar el tiempo para que se produzca una nueva caída y esto será a partir de la prevención.
Con Información de Diana Karen Puebla Rosas, Pasante de la Licenciatura de Fisioterapia de la Facultad de Medicina, UNAM.
Fuentes:
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