Sobre el Estrés y sus consecuencias…

Sobre el Estrés y sus consecuencias…

 

 

Todas las emociones derivadas del estrés desempeñan un papel funcional, nos preparan y nos guían a tener cuidado para anticipar posibles riesgos y evitar accidentes. El problema surge cuando dichas emociones te impiden realizar tus actividades cotidianas y laborales e incluso pueden llegar a incapacitarte.

La inquietud, por ejemplo, surge de un bajo nivel de preocupación sin afecciones físicas aparentes. Mientras que la angustia se manifiesta por una sensación de opresión en la ‘boca del estómago’ y dificultad respiratoria cuando la sensación de preocupación se intensifica.

 

El Estrés y sus consecuencias

Según la Asociación Americana de Psicología (APA) el estrés aumenta cada año y las mujeres lo experimentan con mayor frecuencia que los hombres.

El estrés se define como un estado automático y autónomo de tensión física, mental o emocional que resulta de circunstancias adversas, exigentes o de probable riesgo para una persona. Por lo que un estímulo estresante puede generarle una perturbación severa para los sistemas fisiológicos de su organismo.

Además de sensaciones y emociones negativas para tu salud mental como la ansiedad, y depresión, también puede generarte otras diversas enfermedades como las cardiovasculares, cáncer y obesidad, que afectan en diferentes niveles de gravedad la salud de las personas.

 

 Ansiedad. El estresor inicial es desencadenado por una sensación de miedo que se basa en distintas variables ideográficas incluyendo el procesamiento cognitivo, afectivo, conductual y su contexto social. En estos casos, el estrés se enfatiza por una tensión o amenaza que surge de una recreación imaginaria basada en alguna experiencia pasada o presente e incluso de ideas sobre el futuro. Físicamente se puede manifestar con dolor o malestar en la zona del pecho, en el brazo y originarse dificultad respiratoria, por lo que la persona que lo experimenta, muchas veces suele confundirlo con un posible infarto, lo que detona y agrava la situación estresante.

Como tratamiento, sólo un psiquiatra, puede prescribir medicamentos ansiolíticos o antidepresivos en caso de ser necesario. Las técnicas de respiración, relajación, terapias basadas en el método cognitivo-conductual y de manejo del estrés, serán las adecuadas para contrarrestar el padecimiento en caso de ansiedad. Se debe guiar a la persona para identificar los estresores y sus reacciones a ellos.

 

Depresión. Una vida estresante crónica conduce a trastornos en el estado de ánimo como la ansiedad y la depresión. Existe un incremento de la actividad del eje regulador del estrés; la secreción desmesurada y constante del cortisol afecta a las vías de neurotransmisores como la dopaminérgica, noradrenérgica y serotoninérgica, las cuales se involucran directamente con la depresión.

 

Inflamación y cáncer. La vinculación entre el estrés y cáncer ocurre a través del proceso inflamatorio. Las interleucinas pro inflamatorias interactúan con los diferentes sistemas como el endocrino, serotoninérgico, dopaminérgico y noradrenérgico que se encuentran involucrados en la respuesta que genera el estrés.

Los glucocorticoides como el cortisol poseen un efecto antiinflamatorio pero una secreción constante y excesiva de éstos, produce una disminución de la respuesta inflamatoria, inmunidad celular y humoral, facilitando el desarrollo de infecciones. También se eleva el factor nuclear potenciador de las cadenas ligeras Kappa de las células B activadas que, junto con citosinas pro-inflamatorias, favorecen la acumulación de especies reactivas del oxígeno, lo que se encuentra involucrado en el desarrollo, progresión y metástasis en el cáncer.

 

Obesidad. Existe una asociación entre el estrés crónico y el consumo elevado de calorías. Hay un aumento en la actividad de las vías endócrinas, lo cual conlleva a la mayor ganancia de peso por deposito graso y se incrementa la ingesta de alimentos ricos en carbohidratos por la disminución de los niveles de leptina, que ayuda a moderar la ingesta de estos alimentos.

 

Enfermedades cardiovasculares. Ante un estresor se aumenta la presión arterial, la frecuencia y el gasto cardíacos, lo que origina mayor demanda de oxígeno para el corazón, el sistema nervioso libera catecolaminas como la adrenalina que incrementa la respiración. El estrés puede ocasionar también accidentes cerebrovasculares si hay presencia de estrés agudo en los vasos sanguíneos en personas que padecen trastornos de la coagulación. O también favorecer al desarrollo de ateroesclerosis que disminuye el flujo sanguíneo coronario.

 

Con información de Cristian Joshua Hernández González, Médico Pasante de Servicio Social de la Facultad de Medicina, UNAM.

 

Bibliografía.

Herrera-Covarrubias D., Coria-Avila G. (2017) Impacto del estrés psicosocial en la salud. Revista eNeurobiología 8(17):220617

Bystritsky Alexander, Kronemyer David (2014) Stress and Anxiety. Psychiatric Clinics of North America, 2014-12-01, Volume 37, Issue 4, Pages 489-518

 

Referencias

Denise Cristina Escudero Franco, psicóloga. 4ª Feria del Libro de Ciencias de la Salud 2019. Conferencia: Angústiate menos y regúlate más.

Mariluz Morales López, Médica Pasante de Servicio Social de la Facultad de Medicina, UNAM.

NIH News in Health. (2016). Understanding Anxiety Disorders. Recuperado de: https://newsinhealth.nih.gov/sites/nihNIH/files/2016/March/NIHNiHMar2016.pdf [Revisado 11 Sep. 2019].

Medlineplus. (2019). Ansiedad. Recuperado de: https://medlineplus.gov/spanish/anxiety.html [Revisado 11 Sep. 2019].

Historia de la mastografía

Historia de la mastografía

 

 

El cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. La incidencia de cáncer de mama está aumentando en el mundo en desarrollo debido a la mayor esperanza de vida, el aumento de la urbanización y la adopción de modos de vida occidentales.

El cáncer de mama es el más común entre las mujeres en todo el mundo, pues representa el 16% de todos los cánceres femeninos. Se estima que en 2004 murieron 519 000 mujeres por cáncer de mama.

Aunque se puede lograr cierta reducción del riesgo mediante medidas de prevención, esas estrategias no pueden eliminar la mayoría de los cánceres de mama que se registran en los países de ingresos bajos y medios. Así pues, la detección precoz con vistas a mejorar el pronóstico y la supervivencia del cáncer de mama sigue siendo la piedra angular del control de este tipo de cáncer.

Existen dos métodos de detección precoz:

  • El diagnóstico precoz o el conocimiento de los primeros signos y síntomas en la población sintomática, para facilitar el diagnóstico y el tratamiento temprano.
  • El cribado (mastografía), es decir, la aplicación sistemática de pruebas de tamizaje en una población aparentemente asintomática. Su objetivo es detectar a las personas que presenten anomalías indicativas de cáncer.

 

Historia de la mastografía

La primera descripción de un estudio de la mama mediante rayos X corresponde a Albert Salomón, que en 1913 estudia, mediante rayos X, tres mil piezas anatómicas procedentes de mastectomías, dando a conocer la anatomía macro y microscópica, llamándole la atención «pequeños puntos negros» que él consideraba masas cancerosas, y que posteriormente se ha comprobado que corresponden a microcalcificaciones, reportando las primeras 119 mamografías in vivo.

En 1929 Baraldi, brasileño residente en Buenos Aires, publica la técnica de la Roentgen-neumomastia, desarrollada hasta los años 80 con el nombre de Neumooncografia, quien inyectaba aire en los tejidos peri y retroglandulares de la mama para identificar entre otras cosas la relación de los tumores con los planos adyacente

En 1930, Warren es el primero en Estados Unidos que presta especial atención a la mama, desarrollando una técnica precursora de la actual estereotaxia tan difundida ahora en las punciones-biopsia. Inicia, además, el estudio comparativo de la mamografía bilateral ante el negatoscopio.

Hacia 1938 cae en desuso la incipiente mamografía, pero Gershon-Cohen y Strickler  mantienes el estudio, ante la incomprensión de sus colegas de la época. Estudian las diferentes formas de la mama normal realizando comparativos con preparaciones histológicas.

En 1945 Raúl Leborgne en Uruguay le dio impulso al método y caracterizó las microcalcificaciones.

En 1949 en Uruguay aplica una nueva tecnología en la mamografía y galactografía, con placa simple en sobre de cartón sin hojas de refuerzo y como localizador con almohadilla compresora para inmovilizar la mama sin dañarla.

El primer mastógrafo específicamente diseñado para mama fue desarrollado por el francés Charles Gros en 1951 y determina diferencias por imagen entre lesiones benignas y malignas. Esto permitió usar menor energía mejorando el contraste de los diversos elementos que forman la glándula mamaria.  A pesar de esto, la mastografía no fue utilizada sino hasta los 60 cuando Robert Egan diseñó una técnica especial que permitía tener resultados predecibles y reproducibles.

En 1960, el Dr. Robert L. Egan describe una técnica revolucionaria en aquella época para el estudio de la mama. Estudia 1000 casos, y en 1962 publica 53 cánceres asintomáticos (ocultos). Por este motivo su éxito fue extraordinario en Estados Unidos, tanto que la A. C. R. nombra un comité para todo el país dirigido por Walter Scott en 1967.

A lo largo de los años 70 y 80 se da el desarrollo de las hojas y chasis logrando mayor sensibilidad y mejor visualización de las estructuras de la mama.

En la década de 80 y 90 se estableció a la mastografía en algunos países como método de screening para cáncer de mama.

En 1995 surgió la terminología del sistema BIRADS acuñada por el Colegio Americano de Radiología (ACR, por sus siglas en inglés) para la interpretación de las mastografías, y en 2003 fue incorporada a la interpretación del ultrasonido mamario y la resonancia magnética.

 

 

Indicaciones de la mastografía:

  • Mujeres asintomáticas de 40 a 49 años de edad, con riesgo medio, realizar mastografía anual.
  • Mujeres asintomáticas de 50 a 74 años de edad, realizar mastografía cada 1 a 2 años
  • Mujeres mayores de 74 años de edad, realizar mastografía cada 1 a 2 años si tiene buena salud
  • Mujeres con riesgo alto de cáncer de mama, realizar anualmente a partir de los 30 años pero no antes de los 25 años de edad, si hay presencia de mutación genética en los genes BCRA o si no se han realizado estudio pero tienen familiares de primer grado afectadas (madres, hermanas o hijas).
  • Mujeres con hermanas o madres con cáncer de mama premenopáusico, realizar anualmente a partir de los 30 años, no antes de los 25 años de edad o 10 años antes de la edad de diagnostico del familiar afectado más joven.
  • Mujeres con antecedentes de radiación de tórax, recibida entre los 10 y 30 años de edad, iniciaran 8 años después de la radioterapia pero nunca antes de los 25 años.
  • Realizar mastografía anual desde la edad del diagnóstico en mujeres con:
  • Neoplasia lobular con diagnóstico por biopsia
  • Hiperplasia ductal atípica
  • Carcinoma ductal in situ
  • Cáncer de mama invasor o de ovarios

 

 

 

Con información de Cristian Joshua Hernández González, Médico Pasante de Servicio Social de la Facultad de Medicina, UNAM.

 

Fuentes:

http://ibdigital.uib.es/greenstone/collect/medicinaBalear/index/assoc/Medicina/_Balear_/1995v10n/3p155.dir/Medicina_Balear_1995v10n3p155.pdf

González Vergara, C., Ramírez Arias, JL. (2012) Pasado y presente de la radiología mamaria. Lo que el especialista no radiólogo debe saber. Acta Médica Grupo Ángeles. Volumen 10, No. 4, octubre-diciembre 2012. 181-188pp.

Ortiz de Iturbide, MC., Carrasco Ortiz, A. (2016). Actualidades en la detección oportuna de cáncer mamario: mastografía y ultrasonido.  Acta Médica Grupo Ángeles. Volumen 14, Supl. 1, octubre-diciembre 2016. 7-12 pp

¿Laringotraqueítis?

¿Laringotraqueítis?

 

 

La laringotraqueitis aguda es una enfermedad inflamatoria y generalmente infecciosa de las vías respiratorias, su evolución es rápida y es más frecuente en la edad pediátrica, de los primeros 6 meses a los 3 años, sin embargo, pudiera padecerse en la edad adulta. Se puede presentar en cualquier época del año, pero mayormente en invierno.

Entre los virus y adenovirus más comunes que causan la enfermedad, se encuentran Parainfluenza tipo 1 y tipo 3, así como el Virus Sincicial Respiratorio y el de Influenza.

Los síntomas que los infantes manifiestan son accesos de tos traqueal (también denominada como ‘tos perruna’) leves o intensos que resultan imposibles de contener, se puede acompañar de vómito, causar cambios en la voz o pérdida de la misma y un ruido respiratorio en la laringe conocido como estridor laríngeo respiratorio, que se percibe al momento de respirar.

Entre otros signos de alarma y complicaciones se encuentran, dificultad (disnea) e insuficiencia respiratoria, vías respiratorias inflamadas, alteraciones en el estado de conciencia y disminución de la oxigenación.

El diagnóstico es de carácter clínico, se basa en la exploración, en algunas pruebas que detectan los patógenos bacterianos y en la radiografía.

Es importante atender de manera oportuna y temprana al paciente para limitar las complicaciones, como parte del tratamiento se utilizan algunos esteroides por ser una enfermedad aguda inflamatoria; y en los casos de accesos de tos muy intensa, el médico prescribirá el uso de algún broncodilatador, reposo e hidratación.

No existe una medida de prevención propiamente, ya que pueden ser varios virus los agentes causales, el ambiente o la temporada, pero hay que mantener la limpieza e higiene en los niños para reducir los riesgos de infección.

 

Con información del Dr. Jorge Salas Hernández, Coordinador del Subcomité Académico de Neumología de la Facultad de Medicina. UNAM, y Director General del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Ismael Cosío Villegas”.

Prevención del Suicidio

Prevención del Suicidio

 

El suicidio se define como una conducta que inicia con la fantasía de muerte, posteriormente puede llegar a la idea de quitarse la vida, alcanzando el intento o la consumación del mismo de manera deliberada.

Actualmente, representa la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años y las causas más asociadas son los problemas familiares, en las relaciones interpersonales, trastornos mentales como depresión, ansiedad, abuso en el consumo de alcohol o de otras sustancias; y engloba diversos factores como los biológicos, psicológicos, sociales y culturales de los seres humanos.

Cada año se suicidan 800 mil personas en el mundo, lo que representa una muerte cada 40 segundos y durante el 2017 en México, se suicidaron 6 mil 559 personas.

Existe una asociación genética con agentes estresores ambientales. Se ha encontrado que el 11% de las personas que cometen un suicidio, tienen un familiar de primer grado que también se ha suicidado; a su vez, del 6 al 8% de las personas tienen un antecedente familiar con intento de suicidio.

Es mayormente consumado por el sexo masculino que el femenino, pues por cada 4 hombres que lo realizan, una mujer también lo logra, esto se debe a que los hombres utilizan métodos más letales y violentos; mientras que en las mujeres es mayor la frecuencia de intento, por cada 3 de ellas, sólo un hombre lo intenta.

 

¿Cuáles son las señales de alerta?

Cuando la persona propensa a pensarlo, idearlo, planearlo, intentarlo o consumarlo manifiesta sentimientos de culpa, de inutilidad e infravaloración; muestra afectaciones en sus hábitos de alimentación, ya sea con el aumento o disminución del peso y del apetito; cambios bruscos en el estado de ánimo, trastornos del sueño, aislamiento social, tristeza que se vuelve depresión, deserción escolar e incluso llega despedirse de amigos o familiares.

Algunos factores importantes de riesgo socio-demográficos es ser del sexo masculino, vivir solo, estar divorciado o separado, desempleado, haber tenido la jubilación reciente o tener problemas en el trabajo, económicos, de pareja, con los hijos o ser encarcelado.

Para prevenir el suicidio es muy importante tener una atención psiquiátrica o psicológica de manera urgente y ante el intento de realizarlo se requiere además una valoración médica para verificar la gravedad de los daños realizados a su cuerpo. Para ayudar a las personas que manifiestan o demuestran de alguna manera estar en riesgo de cometerlo se debe considerar restringirles el acceso a los medios de suicidio como posibles armas, medicamentos u otras sustancias.

 

 

Con información de la Dra. Brenda Hernández Vega, Especialista en Psiquiatría, Miembro de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, Profesora y Médica Adscrita de Consulta Externa del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de Facultad de Medicina, UNAM.

Tipos de Desnutrición

Tipos de Desnutrición

 

Cuando nuestro cuerpo tiene una deficiente incorporación de nutrimentos (que encontramos en los alimentos sanos) para todas nuestras células, se origina una desnutrición, que se presenta en diversos grados de intensidad, principalmente durante la niñez y se clasifica principalmente en dos tipos:

Marasmo: Es una desnutrición energética–calórica, su evolución es crónica y el peso es notablemente disminuido. La apariencia de los niños que presentan este tipo de desnutrición es demasiado delgada, la masa muscular es excesivamente deficiente, se marcan los huesos por debajo de la piel, tienen aspecto de viejito y los órganos no se desarrollan adecuadamente. La recuperación es muy prolongada.

Kwashiorkor: Esta desnutrición a diferencia de la anterior, es energético–proteica, su manifestación y evolución son agudas, el peso es ligeramente disminuido o en numerosos casos es normal debido a que su apariencia es hinchada, hay presencia de grasa, la cara tiende a ser redonda, sobre todo en las mejillas, sin embargo, la piel desarrolla irritación grasosa o llamada dermatitis seborreica y en algunas partes se puede notar con mucha resequedad, presentan palidez en la parte interior de los párpados inferiores; los dientes muestran desgaste, erosión del esmalte y presentan caries, también puede haber una despigmentación difusa en la piel. La recuperación puede ser breve.

En ambos casos, el cabello se despigmenta, se vuelve muy seco, fino, opaco, en algunas zonas se ve más oscuro y en otras se ve con tonos pálidos y hay alopecia ya que se desprende muy fácilmente. Existe un retraso en el desarrollo psicomotor, hay apatía, irritabilidad, baja producción de ácido clorhídrico, la movilidad intestinal es deficiente, así como la absorción de nutrientes cuando se administran grandes cantidades de comida. El cuerpo entra fácilmente en estado de hipotermia en ambientes fríos e hipertermia en ambientes calurosos.

Cabe señalar que, en varios casos puede darse un tipo de desnutrición mixta, llamada Kwashiorkor marasmático.

 

 

Fuentes:

https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/lineamiento-desnutricion-aguda-minsalud-unicef-final.pdf

http://www.cenetec.salud.gob.mx/descargas/gpc/CatalogoMaestro/119_GPC_DESNUTRICION_MENOR/Ssa_119_08_grr_desnutricion_menor.pdf

http://cvoed.imss.gob.mx/COED/home/normativos/DPM/archivos/coleccionmedicinadeexcelencia/10%20Desnutrici%C3%B3n%20y%20obesidad%20en%20pediatr%C3%ADa-Interiores.pdf

Insuficiencia Hepática Crónica (Cirrosis)

Insuficiencia Hepática Crónica (Cirrosis)

 

 

 

Cuando se daña nuestro hígado por causas como el alcoholismo crónico o alguna hepatitis mal tratada, se presenta una fibrosis, es decir, que se daña el tejido de este órgano por nódulos de regeneración y necrosis, presentando una alteración en su arquitectura y vasculatura. Cuando este proceso dañino para el hígado llega a una etapa terminal, la enfermedad evoluciona a Insuficiencia Hepática Crónica o también conocida como Cirrosis. Es posible detener la progresión de la enfermedad en su etapa inicial y controlar las complicaciones inherentes a ella, sin embargo, el daño que ya está hecho es irreversible.

Otras causas que pueden generarla son el tener hígado graso, consumo de drogas o por contagio de hepatitis al compartir las agujas, con las que se auto administran algunas de ellas; el uso de herbolaria, la automedicación y el uso de suplementos alimenticios o también llamados naturistas.

Cuando se desarrolla esta enfermedad, no muestra síntomas o datos de alerta ya que, el hígado tiende a regenerarse, el posible cansancio que se manifiesta puede llegar a atribuirse a otras causas, pero cuando los síntomas comienzan a surgir, muchas veces o en la mayoría de los casos, es porque se trata de un hígado ya descompensado y estos síntomas pueden ser ascitis o retención de líquido en el abdomen, edema en los miembros pélvicos, e incluso pueden mostrar ictericia y palmas hepáticas, es decir, que se aplanan muy notablemente. En la piel se muestra que los pequeños vasos sanguíneos se dilatan, formando las famosas arañas vasculares, así como aparición de manchas rubíes, crecimiento de mamas en los hombres, y caída del vello púbico.

La exploración física, el ultrasonido, la endoscopía, el perfil bioquímico y el perfil de coagulación, son estudios que ayudarán a identificar si el hígado está funcionando adecuadamente y arrojarán datos que podrán determinar en qué etapa de gravedad se encuentra, e incluso el Fibroscan y la resonancia magnética determinan la elasticidad del hígado para confirmar el diagnóstico.

Se debe evitar el consumo excesivo del alcohol y la mujer es más sensible para metabolizarlo, por lo tanto, es más propensa a desarrollar cirrosis con menor cantidad de alcohol que el hombre.

Las complicaciones son muy variadas, pueden ir desde la encefalopatía hepática condicionada por la alteración en la depuración de amonio, es decir, cuando el cuerpo no elimina correctamente el amonio, por lo que se corre el riesgo de presentar alteraciones en la conciencia, el paciente puede estar desorientado; otros signos son la hipertensión portal, ésta última se puede presentar por la generación de várices, ya sea en el esófago y en el estómago lo que puede condicionar hemorragias y una pérdida de volumen sanguíneo que puede llegar a terminar con la muerte del paciente.

El tratamiento se enfoca en las complicaciones como la retención de líquidos, disminución de sal y proteína animal (que debe sustituirse por la vegetal) en la dieta, así como la prescripción de los medicamentos necesarios de acuerdo a los signos y síntomas que se deban controlar en el paciente.

 

 Con información de la Dra. Mayra Virginia Ramos Gómez, Jefa del Servicio de Gastroenterología del Hospital «20 de Noviembre», ISSSTE.