La halitosis es el olor desagradable y a veces fétido en el aliento producido por diversos factores como la mala higiene oral, infecciones dentales y también la ingestión de algunos alimentos como ajo, cebolla y curry, entre otros.No se sabe con precisión la prevalencia de esta afección, pero se estima en un 30%

 

¿Cómo ocurre?

Su principal consecuencia se debe al metabolismo de las bacterias, las anaerobias que se encuentran en la cavidad oral degradan ciertas sustancias orgánicas en compuestos volátiles de azufre como el sulfuro de hidrógeno metilmercaptano, la putrescina y cadaverina, entre otros; los cuales son los que producen el mal olor en más del 80% de los casos.

 

¿Cómo se diagnostica?

Para verificar objetivamente que el paciente presenta halitosis, se debe realizar una valoración de sus antecedentes médicos y odontológicos, un examen clínico intraoral y exploración olfativa. Como herramientas complementarias existen la medición organoléptica, la cromatografía de gas (siendo éste el método más objetivo al medir la concentración de los compuestos volátiles de azufre), el monitoreo de sulfuros mediante el Halimeter, y los test BANA.

 

 

Existen 4 tipos principales de halitosis

Genuina fisiológica: no se debe a ninguna enfermedad o condición patológica, este tipo de halitosis se presenta con mayor intensidad por la mañana debido a la actividad metabólica de las bacterias durante el sueño, la disminución de la salivación y de la actividad muscular.

 

Genuina patológica intraoral se relaciona con infecciones y enfermedades orales como las periodontales, caries o afecciones en el dorso posterior de la lengua, entre otras. Ocurre en pacientes con condiciones que favorecen a la acumulación de restos de alimentos y acumulación de placa bacteriana por una deficiente higiene oral, lo que desarrolla ecosistemas anaeróbicos.

 

Genuina patológica extraoral por manifestaciones de enfermedades o desórdenes sistémicos. En esta clasificación encontramos desórdenes respiratorios como la sepsis nasal, infecciones en los senos maxilares y paranasales, amígdalas y faringe, e incluso carcinomas en el tracto respiratorio o pulmón. Por enfermedades del sistema gastrointestinal, generalmente en este caso, la halitosis se presenta como síntoma del reflujo gastroesofágico, y también se asocia a la presencia de Helicobacter pylori que produce altos niveles de compuestos volátiles de azufre. Las enfermedades metabólicas como diabetes, y enfermedades de carácter hormonal y hepático generan agentes odoríferos que circulan por el torrente sanguíneo, los cuales pueden ser exhalados a través del intercambio de gases alveolares hacia el aliento. Existen tratamientos médicos o medicamentos que también pueden producirlo como en el caso de las anfetaminas, antihistamínicos, radioterapias y quimioterapias, entre otros. El trastorno de ansiedad genera una cantidad de factores psicogénicos o psicosomáticos que pueden aumentar los Compuestos Volátiles de Azufre.

 

Pseudohalitosis y Halitofobia, son trastornos mentales en los que el paciente piensa que presenta halitosis, en la primera no existe una prueba objetiva que lo compruebe, en la segunda, el paciente persiste en que presenta halitosis a pesar de que la prueba objetiva clínica sea negativa, por lo que el tratamiento debe ser psicológico o psiquiátrico.

 

Para tratar esta afección se utilizan agentes antimicrobianos, antisépticos o enjuagues bucales, se deben eliminar las causas que la provocan y la higiene dental debe ser constante y eficiente, incluyendo el cepillado de la lengua para eliminar las células epiteliales descamadas, las sanguíneas y las bacterianas.

 

 

Colaboración de Cristian Joshua Hernández González, Médico Pasante de Servicio Social de la Facultad de Medicina, UNAM.

 

Bibliografía

Duque A, Tejada C. Halitosis: Un asunto del odontólogo. Rev. CES Odont 2016; 29(1): 70-81.

Bravo J., Bahamonde H. (2014) Halitosis: Fisiología y enfrentamiento. Rev. Otorrinolaringol. Cir. Cabeza Cuello; 74: 275-282